Miyuli de carne y hueso
Pepe Valencia
ADELANTE
2016-11-14
No es Supermán. No posee varita mágica alguna, ni es hacedor de milagros. Así que no se ilusionen más de la cuenta. Cuando por fin acceda Miguel Ángel Yunes al ansiado solio del poder y se tope con todo lo que ya se sabe: deudas y más deudas, inseguridad y violencia por doquier, sin dinero en las arcas públicas y largas filas de acreedores, incluidos los alcaldes, no dispondrá de muchas opciones.
Señoras y señores, mirando de frente, con franqueza y sin ambages habrá de decirles: No hay lana. La desviaron o se la robaron. En lo que a deuda institucional se refiere, “debo no niego. Pago no tengo.”
En virtual moratoria, el gobierno no puede paralizarse y, sin recurrir a un borrón y cuenta nueva, lo que le vaya ingresando, por participaciones federales, créditos, impuestos locales y otras vías, se utilizará para cubrir gasto corriente y compromisos prioritarios e ineludibles del primero de diciembre en adelante.
Lo atrasado, que espere. Tal vez pronto caigan los para entonces ex servidores públicos corruptos y sean obligados a reintegrar lo que se robaron.
Por más que haya reestructuración de la deuda, recortes presupuestales, ajustes de diversa índole, como la desaparición o adelgazamiento de organismos burocráticos, etcétera, el próximo será un gobierno austero.
La prensa no recibirá dinero a manos llenas como en el pasado reciente y sobrevivirán los medios de comunicación profesionales. Saldrán ganando los veracruzanos, con periodistas que informen con veracidad y denuncien con fundamento a los hombres del poder.
Los calumniadores no durarán mucho. Solitos se extinguirán.
Vienen años de vacas muy flacas. Y no hay para cuándo engorden.
Así será el gobierno de Miguel Ángel Yunes. No esperen grandes obras. Confiemos en que no haya recortes salariales o despidos de trabajadores.
Los tiempos de Miguel Ángel de hecho se iniciaron el 5 de junio, cuando, igual que el legendario héroe de efímera y a la vez gloriosa vida, el aguerrido Aquiles, vencedor de Héctor, Yunes Linares defenestró al PRI.
Se apresta a ejercer su breve gobierno de apenas dos años, que marcará un antes y un después de Yunes.
Sus adversarios temen que desate una ola de represiones y venganzas políticas. Los veracruzanos desean y demandan seguridad y tranquilidad en sus hogares, justicia social, castigo para ex servidores públicos corruptos y que reintegren lo robado.
Como gobernador, Miguel Ángel Yunes hará lo que pueda, no lo que quiera.