Xalapa, la batalla entre Morena y PAN-PRD
La desbandada priista en la capital veracruzana
Luis Alberto Romero
Hora Cero
2017-03-24
La capital del estado es una plaza que se le ha complicado al PRI desde hace un par de décadas; sin embargo, el difícil escenario electoral ha sido superado por los anteriores cuatro candidatos del tricolor.
Luego de dos elecciones en que el Revolucionario Institucional fue derrotado de forma contundente por Rafael Hernández Villalpando (PRD), en 1997, y Reynaldo Escobar Pérez (Convergencia) en 2000, el partido fundado por Plutardo Elías Calles determinó seleccionar con pinzas a sus abanderados a la alcaldía xalapeña; es decir, postular a gente que garantizara un buen resultado. Así llegaron a la presidencia municipal Ricardo Ahued Bardahuil, David Velasco Chedraui, Elizabeth Morales García, y Américo Zúñiga Martínez.
Dicho de otra forma, el PRI lleva cuatro periodos en el ayuntamiento xalapeño. A pesar de ello, el avance registrado por los partidos opositores, particularmente el Movimiento de Regeneración Nacional, ha sido incuestionable, a tal grado de que hoy, los dos diputados locales por los distritos de Xalapa son de la cuadra de Andrés Manuel López Obrador, al igual que la curul en la Cámara Baja del Congreso de la Unión.
Morena no ha participado en una elección al Senado de la República; en 2018 será su primera contienda por ese cargo y todo parece indicar que, de continuar la tendencia que se ha observado en Veracruz así como el escenario nacional y los altos números de López Obrador en las preferencias, en la entidad habrá uno y probablemente dos senadores de esa fuerza política.
Regresando a Xalapa, dados los resultados obtenidos por Morena en las elecciones de 2015 y 2016, uno pensaría que dicho partido ya es la primera fuerza política en el municipio: en el proceso federal de 2015, Elizabeth Morales mordió el polvo ante Cuitláhuac García Jiménez. Un año después, en la elección para gobernador, la suma de Morena en los dos distritos de la capital superó los 76 mil sufragios, relegando al PRI y aliados a la tercera posición. La coalición PAN-PRD fue segunda, sumando 55 mil votos en esos dos distritos.
Esos antecedentes, sin embargo, se enmarcan en procesos totalmente diferentes al que tendremos en 2017, porque mientras en 2015 la elección fue federal y en 2016, local, este año se renovará el ayuntamiento; es decir, la figura de gobierno que se percibe más cercana al ciudadano.
Para esta contienda, Morena apuesta por un académico prácticamente desconocido, Hipólito Rodríguez Herrero, licenciado en economía por la UNAM, con maestría y un doctorado en ciencias sociales, lo que habla de una preparación sólida.
En tanto, la alianza entre los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática envía a la contienda municipal a un rostro muy conocido por los xalapeños, el empresario David Velasco Chedraui, ex alcalde y ex diputado local, cuyos puntos favorables tienen que ver con el prestigio familiar; el alto nivel de reconocimiento (superior a los 70 puntos porcentuales entre los habitantes del municipio); y la obra realizada a su paso por el ayuntamiento.
Velasco Chedraui es el candidato con la tercera mayor votación en la historia de Xalapa; en 2007 obtuvo casi 73 mil votos. Diez años después, en la presente contienda, buscará superar esa cifra, arropado ya no por el PRI, sino por panistas y perredistas.
La desbandada priista en la capital veracruzana
¿Qué pasa con el PRI en Xalapa?. Alejandro Montano Guzmán, ex secretario de seguridad pública en la administración de Miguel Alemán, y ex diputado federal, propietario del periódico El Portal, aparece como el rival más débil en la elección para alcalde de la capital veracruzana.
En cualquier otra circunstancia, Montano Guzmán no sería un mal candidato pero en su contra juega el enorme desprestigio que arrastra el Revolucionario Institucional.
Una reciente encuesta, a cuyos resultados tuve acceso, indica que 35 de cada 100 xalapeños dicen que nunca votarían por el tricolor.
El PRI, en la capital veracruzana, aparece sin fuerza y a ello se suma el gris papel que ha desempeñado la dirigencia estatal del partido. Por si fuera poco, no hay operación política con los diferentes grupos del tricolor y la desbandada es una realidad.
El mayor problema para el PRI es que si comienza a extenderse la percepción de que las opciones con más probabilidades de triunfo están en PAN-PRD y Morena, habrá un éxodo de priistas que la dirigencia del partido no podrá contener.
Por cierto, en los corrillos políticos circula la versión de que el grupo alemanista estaría cerrando filas para apuntalar a Montano; a pesar de ese factor, la empresa priista se observa sumamente complicada por la enorme desventaja con la que el candidato parte en la presente contienda. @luisromero85