De Títulos Nobiliarios, Reconocimientos y Algo Más…

Por Francisco Vargas Perales

CON DERECHO A RÉPLICA

2019-04-26

En política se habla que existe un tipo de funcionarios, de cualquier nivel, que “se suben a un ladrillo y se marean”, pierden el piso, completa la frase el vulgo. A ese tipo de políticos se les puede señalar de impreparados, porque tal parece que, psicológicamente no estaban preparados para asumir cargo de alguna importancia que les confiere el pueblo y al paso del tiempo van rayando en lo ridículo o en el egocentrismo. Según el cristal con que se mire.

Porqué toco este tema, inteligente lector, resulta que al presidente municipal de mi pueblo, un pueblo modesto, subdesarrollado, Tuxpan, de este estado de Veracruz, el señor alcalde Juan Antonio Aguilar Mancha, precisamente este viernes, una Organización venida de tierras lejanas, de Arabia Saudita, el Congo Belga y algún otro país del Orbe, le entregarán a nuestro alcalde una presea junto con un pergamino, como un reconocimiento de “Ángel Por la Paz”, hágame usted el refavor cabrón, como diría un viejo y reconocido periodista.

Estos ilustres señores que harán la entrega de tan ilustre reconocimiento al señor alcalde de Tochpan, se firman como Excelentísimo Príncipe de Camerún, y otro como Embajador de la República de Arabe Saharaul Democrática, quienes al otorgar esta presea, título o reconocimiento, es porque les consta que nuestro ínclito alcalde en turno, ha andado pregonando la paz en el mundo. Lo que a los tuxpeños nos consta es que Juan Antonio Aguilar Mancha, nuestro alcalde, no ha salido nunca de estas tierras por ser una persona modesta y de bajos recursos, Vox populi, vox Dei.

Esto me recuerda al libro que escribió el laureado escritor Luis Spota, allá por la década de los sesenta, “Casi el paraíso”, donde narraba la conducta de la sociedad mexicana y de la clase política, de adquirir títulos nobiliarios y alternar con la alta sociedad, para esto, se escribe en el mencionado libro, hay quién gusta de conseguir amistades de supuesta alcurnia y un reflejo de lo acontecido, me recuerda a aquel amigo de Don José López Portillo, expresidente de México, un tipo casi analfabeta que Don “Pepe”, lo habilitó como Jefe de la Policía capitalina y también lo habilitó como General de 4 estrellas, sin haber cursado una carrera en el Colegio Militar, pero no conforme con esto, Alfonso Durazo se hizo entregar un título de Honoris Causa de una prestigiosa Universidad, enfermo de poder el hombre; días aciagos de nuestro México que todavía estamos resintiendo los mexicanos las secuelas.

También me recuerda, que en una ocasión, allá por la década de los ochenta, un nativo de la Villa de Tamiahua que ocupaba un cargo de quinta en el gobierno del Distrito Federal, el hombre tenía la intención de llegar a ser presidente municipal de la Villa y un día llegó a esta acompañado de un sequito de “periodistas” de la capital de la república, miembros de una de tantas organizaciones que existen en ese medio y anunció a los lugareños que le sería entregado el “Micrófono de Oro”, que no era de oro, como un reconocimiento a su persona, como un ciudadano ejemplar que le había servido a Tamiahua (?) y a México. Es ocioso decir que el número de “periodistas” en esa ceremonia nombrada a la que también asistió gente representativa de Tamiahua, comieron y bebieron de lo mejor y a placer, por no menos de tres días.

Pero esto de otorgarse títulos honoríficos y reconocimientos que el pueblo juzga como “balines”, no es privativo de los funcionarios descerebrados, en una ocasión el exalcalde Alberto Silva Ramos, muchacho valioso, muy inteligente, nos sorprendió a los tuxpeños cuando anunció que no se sabe qué organización en la ciudad de monterrey le entregaría un “Tlatoani”, como un reconocimiento a su valiosa aportación a México y a Tuxpan, vaya que este muchacho no tenía necesidad de hacer esto, lo que los tuxpeños llamamos ridículos, pero tal parece que los mexicanos que somos prietitos, aspiramos tener como amistades a hombres blancos y barbados, el síndrome del Emperador Moctezuma, de que los hay, los hay. Y yo trataré de estar presente en esa ceremonia que se llevará a cabo el día de hoy de la entrega del título nobiliario a “Toño” Aguilar Mancha, como gusta que le llamen, para ser testigo de la historia. Yo digo y nada más. Y hasta la Próxima Dios Mediante.

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