La importancia del río Coatzacoalcos
Renato P. Vázquez Chagoya
ARRIEROS SOMOS
2019-06-19
Arrieros somos.- Renato P. Vázquez Chagoya (4.250)
Cuesta creer que el río Coatzacoalcos es el origen de todo. Por sus características y sus facilidades de comunicación, aquí decidieron los antiguos establecerse.
La doctora en Arqueología Ann Cyperhs, en su obra “Retos y riesgos en la vida Olmeca”, a grandes rasgos nos ilustra que siempre ha habido inundaciones periódicas en nuestra región, pero que a diferencia de nuestro tiempo, hace cuatro mil años, cuando inicia la “Civilización Olmeca”, no había damnificados, sólo beneficiados. Ellos sabían cómo aprovechar el impacto de las inundaciones.
Fue por el río donde llegaría Diego de Ordaz en 1521, quien conferenció con los nativos, identificándolos como gente de paz y dispuestos a “negociar” con la gente de Hernán Cortés, allá en lo que fue el pueblo de Goazacoalco, en donde está el puente Antonio Dovalí Jaime (Coatza II).
Posteriormente, el río fue lo que permitió a Gonzalo de Sandoval, el 10 de junio de 1522 -previamente capturando a una importante cacique- someter militarmente a los rebelados del pueblo de Goazacoalco, imponiéndole el nombre de “Villa del Espíritu Santo”, para iniciar la Colonización en la región, desapareciendo el antiguo pueblo de Goazacoalco.
Antes de la Conquista y Colonización Española, fue por el río donde se comunicaban los 66 pueblos que existían cuando se fundó la Colonia en 1522, según la Relación Geográfica de 1580 signada por el alcalde mayor de la Provincia de Goazacoalco, Suero de Cangas y Quiñones, auxiliado por el marino presuntamente italiano Stroza Gali. Dramáticamente señala que cuando se inició la Colonia Española en la región existían 50 mil habitantes y que para la fecha de la Relación Geográfica de 1580, sólo sobrevivían tres mil “indios”.
Entre los 66 pueblos que enumeró Suero de Cangas y Quiñones, aparecen tres ubicados en lo que hoy es Minatitlán: Tlacotenco, Thacoxalpan y Tilzapoapan.
Proyecto de un astillero y fuerte militar
Existe en el “Museo Naval de Madrid”, un plano de 1731 que indica un proyecto para la instalación de un astillero para la construcción de navíos y de un fuerte militar para su defensa. Trasciende que sólo se construyó el fuerte y en el plano aparece la ubicación de un aserradero denominado “La Fábrica”, en el lugar que ocupa hoy la ciudad de Minatitlán.
Para 1798, en el paraje de La Fábrica, es detenida la embarcación “Nuestra Señora de Guadalupe”, supuestamente por transportar mercancía ilegal. Después de las averiguaciones pertinentes, la embarcación fue liberada, comprobándose que traía mercadería legal para un comerciante de Chinameca.
Entre los años de 1802 a 1804, el sabio alemán Alejandro Von Humboldt recorre el país, toma nota de todo lo que ve y le cuentan, hace mediciones, logrando elaborar una obra importante para conocer la vida del país en esa época. Con base en su recorrido y en sus observaciones logra dar vida a su “Ensayo político sobre el Reino de la Nueva España”.
Destaca Humboldt que por La Fábrica “…por ese camino se conducía a Veracruz y a La Habana el tasajo de Tehuantepec, el añil de Guatemala y la cochinilla de Oaxaca… se desembarcan los géneros en el Paso de La Fábrica, y de allí se llevan a lomo de mula por el pueblo de Acayucan… para llevarlos, por la barra de Tlacotalpan al puerto de Veracruz”.
Ya para 1816, por el río, llegarían al puerto de La Fábrica, armas para los insurgentes mexicanos que se enfrentaban a los representantes de la corona española, buscando la Independencia. Manuel Mier y Terán había sido comisionado a recoger el armamento, sin que lo lograra, porque antes naufragó en el río San Juan.
La Independencia de México
Fue por el río en 1823, por el que llegaría Tadeo Ortiz de Ayala, para promover la colonización de la región del Coatzacoalcos, quien propuso al gobierno federal la instalación del puerto y la aduana de Minatitlán, que logró cristalizar en 1825, mediante decreto que expidió el presidente Guadalupe Victoria el 8 de octubre de ese año.
Fue también el río, el que permitió la llegada de 836 europeos, procedentes de Burdeos, Francia, en diez embarcaciones, que pretendieron colonizar la región del Coatzacoalcos, desde Minatitlán, entre 1829 y 1831. Este propósito, promovido por Tadeo Ortiz de Ayala, fracasó rotundamente.
Las invasiones a Minatitlán
Fue por el río, donde llegaría el buque Stromboli un 21 de mayo de 1847, para tomar posesión de Minatitlán y las villas de Cosoleacaque y San Cristóbal Jáltipan, a consecuencia de que el gobierno de Antonio López de Santa Anna otorgara una concesión a José de Garay, para explotar durante 50 años el tránsito de personas y mercancías por el Istmo de Tehuantepec, concesión que De Garay enajenó a los ingleses Manning y Mackinstosh y a Juan Schneider. Transferencia que negó validez el gobierno mexicano, suscitándose entonces enfrentamientos diplomáticos y militares, como la ocupación que referimos. En esta incursión del Stromboli, a cañonazos se destruye el fortín que existía en la barra del Coatzacoalcos.
Fue también por el río, desde nuestro malecón, que durante el siglo XIX, salieron miles de trozas de maderas preciosas hacia Cuba y hacia Europa, a través de las embarcaciones de todos los países que tenían marina mercante en esa época. También se hicieron exportaciones de plátano, ganado y, posteriormente en el siglo XX, de crudo, gasolinas y arena sílica.
En el actual edificio del DIF municipal, antes Casa de Fierro, donde funcionó antiguamente Salubridad, fue el epílogo de la Invasión Francesa, que se dio en Minatitlán entre julio de 1863 y el 24 de marzo de 1864, cuando los franceses evacuaron Minatitlán y la región, y en donde se refugiaron los nativos que no participaron en el ultimátum que recibieron los franceses para abandonar Minatitlán.
Una fecha que deberíamos conmemorar con gran entusiasmo y alegría, es precisamente el 24 de marzo de 1864, cuando los franceses abandonaron territorio minatitleco, considerado como el PRIMER TERRITORIO mexicano libre de la invasión francesa, habiéndose trasladado por el río Coatzacoalcos hacia su patria.
Por su ubicación en el recorrido del río Coatzacoalcos que los hermanos Pearson ubicaron la refinería de petróleo en Minatitlán desde 1906, por sus colinas y por el calado que en esa época permitía el transporte del crudo y de las gasolinas.
¿Se nos olvidó el río?
Todavía se recuerdan los torneos del sábalo, las carreras de lanchas de turbo, que hasta el gobierno de Amado Guzmán se celebraban en el río.
No conocemos viajes en lanchas con fines turísticos y menos si el río Coatzacoalcos, nuestro río, fue utilizado alguna vez para el acuatizaje de hidroaviones.
No conocemos la instalación de “marinas” en las riberas para la navegación recreativa o deportiva.
No tenemos en la ribera del río centros de esparcimiento y de recreo.
Sabemos de la prodigalidad del río porque hay cientos de pescadores que reclaman afectaciones a la pesca, argumentando contaminación del cuerpo de agua.
Es tiempo de darle su importancia al río Coatzacoalcos.