Úsese y tírese
En el apellido llevaba la definición: era pequeño
JAVIER ROLDÁN DÁVILA
La insoslayable brevedad
2019-10-15
No cabe duda que las canonjías que otorga el poder son adictivas, sobre todo para aquellos que no son capaces de encontrar satisfacción en el hecho de ser productivos desde otras trincheras, requieren de la vanagloria para sentirse realizados.
Es el caso de Lorenzo Antonio Portilla, que después de estar siete años al frente del Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz, pretendió que los diputados le autorizaran otro lapso similar y para ello, optó por envilecer, aún más, su actuación como auditor, ni así lo logró.
Durante la administración de Javier Duarte, Portilla fue omiso, nunca vio lo que detectó la Auditoria Superior de la Federación, nadó de ‘a muertito’, eso sí, apenas asumió funciones Miguel Ángel Yunes, el contador se alineó para lanzar denuncias contra su antiguo patrón.
Caído Yunes en desgracia, Portilla se puso de tapete ante la 4T y enderezó una serie de querellas contra la yunicidad, irregularidades que, obvio, encontró ‘de última hora’.
Su interés consistió en quedar bien con Cuitláhuac para que lo apoyara, pero los morenos sólo lo usaron y como suele ocurrir con los chaqueteros, le dieron una patada en el trasero. Ahora, un grupo de ex funcionarios anunciaron que lo demandarán por la vía penal con pruebas en la mano...tan sencillo que era concluir el encargo y hacer mutis.