Fin del Mandato

Lilia Cisneros Luján

Una Colorada

2020-09-02

Dependiendo de los valores, no la prédica de supuestos valores, el ejercicio del poder puede extenderse un poco más de los límites que en las democracias se han establecido. La historia nos muestra cómo pasan de los ocho, los doce y hasta los treinta años de “ejercicio” regímenes, que a la larga y casi siempre a la corta, terminan vulnerando los derechos de sus gobernados

Hosni Mubarak no solo presidió el poder de Egipto por 30 años, es justo reconocer que tuvo una serie de aciertos en el control del caos derivado del asesinato de Anward al-Sadat; pero como siempre sucede terminó hartando a los ciudadanos, finalmente lo sacaron para encarcelarlo. ¿Qué ventajas y cuales desventajas sigue viviendo Egipto como resultado de este largo periodo y las acciones promovidas por el grupo denominado la primavera árabe?

México tuvo su historia similar, Porfirio Díaz sigue siendo el ejemplo más socorrido para señalar lo que no se espera de quien haya llegado al poder por la vía democrática ¿Por qué quienes finalmente logran una primera magistratura tienen en su ánimo la fantasía de eternizarse? ¿Cómo sería la historia de Benito Juárez, si no lo salva la angina de pecho?[1]

Es muy amplia la bibliografía acerca de cuantos mandatarios han sido destituidos de su encargo, quienes fueron, como es que se hicieron del poder y de qué manera los corrieron. Desde incapacidad mental hasta incompetencia podemos analizar cómo es que hombres y mujeres que ostentaron el poder casi sin límites han sido destituidos en Israel –aun hoy hay manifestaciones en contra de Benjamín Netanyahu- Alemania, indonesia, corea del Sur, Lituania, Libia, España, Portugal, Croacia, Islas Marshall -por parrandero un presidente solo estuvo en el puesto 17 días – Rumania, Moldavia muchos otros en África y cuando menos dos - Andrew Johnson y Bill Clinton- en los Estados unidos de América fueron acusados y se pidió su destitución

Luego de ese largo periodo de destituciones por golpes de estado militares, en América Latina han ocurrido casi una veintena de Procesos que en su mayoría se han sustentado en la corrupción y la violación a los derechos humanos. Sin ser exhaustivos podemos mencionar a Carlos Andrés Pérez –Venezuela 1993- y todo un grupo por su implicación en negociaciones no muy honestas con la empresa brasileña Odebrecht. [2] ¿Quién es más corrupto el político que acepta sus condiciones o el empresario que las propone? El común denominador es la entrega de grandes cantidades de dinero anticipado “por debajo de la mesa” para ser usado en procesos electorales que lleven a las urnas a quien se pretende apoyar, a cambio de que este durante su encargo les de facilidades para hacer negocios. Con variables podemos mencionar a Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala -2011-2016 en juicio que lo llevó a cárcel junto con su esposa Nadine Heredia en julio de 2017- Alan García, perseguido luego de su segundo periodo quien optó por el suicidio en ese mismo 2017. Como en casi todos los casos, otro elemento común es la traición de algún colaborador- en el caso de Alan García fue su secretario particular- que termina aliado con personajes o grupos también involucrados que con este tipo de manejos pretenden evitar el justo castigo que les corresponde. Que decir de los Fujimori, de Fernando Color de Mello –por corrupción pasiva, es decir no hizo nada para impedirla- y otras gentes que por razón de su edad cumplen su prisión en casa. Dilma Roussef, Lula da Silva -quien salió ya de la cárcel, pero insiste en volver al poder- Fernando Lugo –del Paraguay- y la sucesión de guatemaltecos, como Otto Pérez Molina, Roxana Baldetti. Entre la popularidad de actores, deportistas y en general sujetos sin experiencia política, Ecuador tiene también sus historias con personajes como Abdalá Bucaram, Lucio Gutiérrez -que supuestamente vendió armas a Colombia- Rafael Correa o la hoy tan golpeada Bolivia con Gonzalo Sánchez de Lozada y el propio Evo Morales.

Dependiendo de los casos y en proporción directa al poder de los opositores, la fuerza o intereses de quien los apoye; todos los mandatarios perseguidos que han terminado abruptamente sus mandatos lo han hecho por renuncia, destitución, extradición a otros países o casos como el mencionado, suicido tal cual se tratara de emular a los poderosos senadores romanos. Construcciones como el metro de Lima, la carretera interoceánica o muchas otras que podemos estar usando desde México hasta la Patagonia, tienen en su base dineros de Odebrecht ¿A cuántos se ha encarcelado por estos actos de corrupción? ¿Por qué hay veces, en que la respuesta colectiva tarda en concretarse?

La palabra clave es “anomia” o sea el desánimo, el desencanto colectivo no siempre llega tan pronto como la gente pensante y con visión espera. Sobre todo, quienes carecen de experiencia suelen echar mano de la dádiva masiva a los más desposeídos, lo cual lleva el riego de aumentar el número de pobres y derivado del desperdicio, a grandes problemas para mover la economía, pues los beneficiarios gratuitos, raras veces se ocupan de producir para dinamizar la economía. En los sistemas populistas –igual de izquierda que de derecha o sin ideología, lo que prevalece es el relajo y la autocracia; pero en casos peores, los autócratas ni si quiera alcanzan ese grado, ya que se quedan atorados, en niveles de caciquismo ignorante, como aquel presidente municipal mexicano, que cínicamente reconoció que, si robaba, pero “poquito”

[1] Es una afección cardíaca que corresponde a males que producen lo que hoy conocemos como infarto.
[2] Opera en los sectores de Ingeniería, Infraestructura, Industria, Energía, Transportes y Medios, en cuando menos 10 países de Latinoamérica