La Historia como montaje

JAVIER ROLDÁN DÁVILA

La insoslayable brevedad

2021-08-16

Lo suyo, lo realmente suyo, es el revisionismo histriónico

La reciente celebración por la caída de Tenochtitlán denominada ‘500 Años de Resistencia Indígena’, tiene un penetrante aroma a propaganda política en favor de Claudia Sheinbaum.

Sin grandes méritos en lo que va de su gobierno, las festividades son el escenario perfecto para placear, desde el zócalo de la CDMX, a la señora regenta (lo de regenta es literal).

Así pues, el tema de pedir al gobierno y la Corona española, junto con el Vaticano, que ofrezcan una disculpa a los pueblos originarios de México por el fenómeno de la Conquista, fue un acto sin ningún tipo de buenos oficios diplomáticos que, por lo mismo, fracasó y enturbió la relación con España y la curia romana.

En este mismo sentido, conmemorar los 500 años de resistencia no va acompañado de una política integral para sacar del abandono a dicho sector de la población, en cualquier ciudad media se puede observar a indígenas pidiendo limosna en los cruceros, esto, después de casi tres años de la 4T, o sea, las cosas siguen igual.

Por otro lado, hay evidencia de que los presupuestos oficiales para investigación antropológica y arqueológica se han reducido como nunca entonces ¿interesa realmente tener un conocimiento certero de la historia nacional o sólo se trata de generar ocurrencias como construir pirámides de cartón?

Lo acontecido a estos pueblos, hasta la fecha, ha sido una tragedia, la única diferencia es que, en el México posrevolucionario, las etnias son utilizadas como bandera política, pero las desigualdades estructurales persisten. Todo es parafernalia.