Seamos positivos

Lilia Cisneros Luján

Una Colorada

2022-12-01

A nadie edifica una contienda que ni siquiera tiene justificación entre ambos o varios bandos. Si alguien de mi grupo escolar, la colonia donde vivo, la alcaldía o municipio en la cual me desarrollo, trata por todos los medios que me sume al pleito que mantiene con alguna persona o grupo, lo primero que debo hacer es un análisis objetivo que pueda darme motivos para ser parte de tal conflicto; caso contrario lo mejor es hacerme a un lado y dejar muy lejano al sujeto que me quiere usar para ganar su disputa. ¿Cuantas peticiones recibe por las redes solicitando su firma para apoyar tal o cual causa? ¿Cómo es que los defraudadores utilizan tales comunicaciones para a la larga encontrar una forma de perjudicarlo? Los bancos[1] son un claro ejemplo de como se le paga a personal imposibilitado, de tomar decisiones en beneficio de quienes ahí dejan en resguardo su patrimonio


Si el asunto es todo lo derivado de su actividad pública –acceso a servicios, beneficios logrados por años de trabajo, justicia por haber sido víctima de alguna acción incorrecta o delictiva- hacerse a un lado en ocasiones implica perjuicios habida cuenta de la mucha razón en aquello de que el ser humano es “zoon politicon”. El ámbito vital se reduce si buscamos hacernos 100% de lado, pero también está en riesgo si de manera irreflexiva levantamos la mano para todo lo que nos propone algún líder, independientemente si fue nombrado por un grupo activo –electores, sociedad civil o dueños de la empresa de que se trate- o si de plano simplemente se tomó atribuciones que no le corresponden. ¿Cómo participar entonces sin ponernos en riesgo en lo personal y lo institucional que nos rodea? El primer elemento para tomar decisiones es estar informado, no solo vea un día completo de imágenes pagadas –con su dinero, por cierto- sino averigüe escuchando a la gente que está más involucrada con uno mismo y empiece a formar su criterio para saber qué es lo que considera más conveniente para Usted y su familia.


Todo ser humano tiene derecho a libertades básicas: estar como ya dijimos informado, lo cual implica conocer los diversos puntos de vista acerca de uno o varios temas. Este derecho supone esfuerzo para educarnos, leer, conocer acerca del tópico, sus posibilidades de ser implementado y tal vez las posibles consecuencias de modificarlo, destruirlo o mantenerlo. En la reciente causa de la democracia ¿podemos lograr que el conflicto deje de serlo para convertirse en una opción de crecimiento? Pareciera que mucha gente se ha convencido de que el enfrentamiento, el insulto y la descalificación del otro es el camino más idóneo para vencer ¿Qué beneficios nos traerá, destruir una institución en la cual los ciudadanos trabajamos[2]? ¿No sería más urgente elaborar una estrategia que ponga límites a las acciones perversas de personas que lucran con la vida de otros seres humanos lo mismo inmigrantes huyendo de condiciones desastrosas en sus países o estado de origen, que chicas adolescentes y niños que se conciben por estos criminales como si se tratara de un objeto que se puede robar, comprar o vender?


Nos regocijamos con el hecho de que haya vuelto a casa la semana anterior una chica de secundaria, ¿qué harán las autoridades con Vania? de menos de 15 años que parece iniciar la misma desagradable aventura de estar lejos de sus padres, hermanos y amigos. Hablemos con los jóvenes, rescatemos la autoridad que en un tiempo tuvieron los progenitores, los maestros y todas esas figuras necesarias para el desarrollo. La libertad existe cuando se tienen y se comprenden las opciones ¿a qué universidad debo ir? ¿Qué religión es la más acercada a la idea que Dios tiene de cada uno? ¿Me conviene afiliarme a un partido político? ¿Cuál es el mejor? Como estos ejemplos podemos irnos casi al infinito y si deseamos saber cuál es el mejor, es conveniente sopesar si las características deben ser cuantitativas o calificativas. Supe de varias personas que admitieron haber sido acarreadas, diciendo “vine porque quería conocer la capital”, acepté la oferta pues la tomé como mi luna de miel o en el extremo “me hace mucho daño salir de mi localidad, pero tengo miedo de que me quiten mi pensión si no aceptaba” e igual para cada uno había justificación que si bien a otros les pareció sin sentido para muchos fue conveniente, lo único que no debemos hacer es nada que pueda modificar a otro o al conjunto.


Que es mejor ¿lo blanco o lo negro? lo contenido en decálogos y procurar no mentir, no envidiar, no ofender, no engañar o ejercer mi particular idea de libertad aceptando ser reclutado como sicario, prostituta, miembro de un grupo de audaces defraudadores, porrista de quien me dé una caridad de 300 pesos, sometido a la voluntad de otro –mi marido, mi amigo pandillero, mi jefe de empresa u oficina burocrática- son tantas las opciones que a veces no es fácil distinguir lo positivo de lo negativo, pero analizarlo ya es un buen comienzo. Por lo pronto luego de las fiestas por las brujas, los muertos, las revoluciones y las ofertas comerciales, todo lo cual implica la arrogancia de creer que todo lo podemos, se acerca una época pletórica de ideas positivas: la misericordia, el amor, la ternura de la vida que comienza en cada bebé nacido, la certeza de que hay quien se ocupa de nosotros como personas trascendentes y por lo tanto valiosas.


[1] Lo mismo que tiendas de autoservicio que le llevan provisiones a su casa como sería el caso de Wal-Mart entre otras muchas.
[2] No solo me refiero a quienes dieron su talento y tiempo para redactar y luego mejorar las leyes que hoy rigen a dicha organización, sino a aquellos que hemos contado votos, vigilado la correcta aplicación de las leyes etc.