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Cuando un gobernante concentra todo el poder y no lo delega en sus colaboradores, suceden situaciones absurdas como las que se dieron en Veracruz durante la administración del exgobernador Fidel Herrera Beltrán (2004-2010), en la que algunos subordinados de los titulares de las diversas dependencias estatales no obedecían muchas veces las órdenes de sus superiores, y cuando éstos determinaban separarlos de sus cargos, aquéllos se negaban a dimitir y acudían directamente al mandatario para que los sostuviera o reinstalara en sus puestos.
Inclusive llegaron a darse casos como el del desaparecido arquitecto Christian Morales Carreto, quien como secretario técnico de la entonces Secretaría de Desarrollo Regional llegó a tener más poder que la titular de la Sedere, Leonor de la Miyar Huerdo, porque él se entendía directamente con Herrera Beltrán y muchas veces tomaba decisiones o asignaba millonarios contratos sin informar a su jefa inmediata.
Ahora, en la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador está ocurriendo una situación más o menos parecida en cuanto a la relación de los funcionarios de la Federación con los de las entidades federativas, por cuya relación directa con el poderoso mandatario menosprecian e inclusive agreden a los miembros del gabinete presidencial y a los altos representantes del Poder Legislativo pese a ser militantes del mismo partido.
La referencia se hace porque en Veracruz, donde se ha hecho evidente que el afecto y compromiso del grupo gobernante de Morena están claramente definidos a favor de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, como precandidata a la Presidencia de la República, los prominentes funcionarios del gobierno estatal no han mostrado siquiera la más elemental cortesía, apertura, tolerancia y cordialidad políticas hacia los demás morenistas que pretenden suceder a López Obrador en 2024, pese a que tienen el pleno control de la estructura de su partido tras arrasar el año pasado en la elección interna de consejeros y dirigentes locales, lo que sería definitorio en la entidad a la hora de elegir por encuesta al candidato presidencial dentro de unos ocho meses, aproximadamente.
Al que le ha ido peor ha sido al líder del Senado, Ricardo Monreal, cuyos aliados han sido perseguidos inclusive penalmente, como ocurrió con el secretario técnico de la Junta de Coordinación Política de la Cámara alta, José Manuel del Río Virgen, encarcelado en diciembre de 2021 en el reclusorio regional de Pacho Viejo al imputarle la Fiscalía General del Estado la presunta autoría intelectual del crimen del candidato de Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Cazones de Herrera, ejecutado en junio de ese año.
El canciller Marcelo Ebrard ni siquiera se ha atrevido a pisar todavía suelo veracruzano, aunque se sabe que está operando desde la Ciudad de México y últimamente designó como su coordinador estatal a Primo Dothé Mata, senador de San Luis Potosí con licencia.
Y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, no obstante ser el supuesto “hombre fuerte” de López Obrador como operador político, acaba de ser descalificado públicamente por el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, quien no sólo cuestionó los oscuros antecedentes de expriistas y expanistas veracruzanos que se han sumado a su precandidatura, sino también el “destape” que hizo el tabasqueño el pasado martes 24 en el puerto de Veracruz del expresidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, como aspirante a la gubernatura, el cual, por cierto, se reunirá el próximo sábado en Xalapa con alrededor de 200 miembros de la Corriente Crítica del PRI procedentes de diversas regiones del estado.
Como se recordará, López Hernández destacó la trayectoria de Gutiérrez Luna como “abogado generoso, comprometido, el amigo, y yo aquí se los quiero recomendar, es una gente excepcional”. Pero luego agregó: “Es tan comprometido, que hace rato lo dije a propósito de otro amigo, pero esta es la generación del relevo en Veracruz para todo lo que venga, más y mucho más adelante… es uno de los diputados que más destaca por su compromiso con el movimiento. Pero el problema para muchos, para quienes, porque, pues, así es esto de la política, lo malquieren, no es que no tenga presente y que no tenga una trayectoria, sino lo que no quisieran algunos es que no tuviera futuro y ahí sí se van a topar con pared”.
¿Le cumplirá Adán a Sergio a pesar de la evidente malquerencia del grupo en el poder? Ya se verá. Por lo mientras trascendió que las frecuentes visitas del secretario de Gobernación a Veracruz y el crecimiento de su movimiento en la entidad que encabeza el diputado Gutiérrez Luna ya habría ocasionado un sutil reclamo de Claudia Sheinbaum al gobernador Cuitláhuac García, quien el pasado viernes 27, aprovechando su visita a la Ciudad de México donde sostuvo reuniones estratégicas para el estado, se reunió en privado con la Jefa de Gobierno y se tomó fotografías que promocionó en sus redes sociales.
“Estando acá por Palacio Nacional, visité a nuestra queridísima compañera del movimiento y alta representante de la 4T, Claudia Sheimbaum, jefa de Gobierno en la capital del país. Dialogamos varios temas, entre ellos turismo y medio ambiente. Habrá buenas noticias que beneficien a los veracruzanos y a los habitantes de la CDMX muy pronto”, publicó el mandatario veracruzano.
Ayer trascendió que Sheinbaum estaría por regresar en plan grande a la capital del estado, que ya visitó muy discretamente hace casi seis meses, el 7 de agosto de 2022, cuando acompañada del gobernador García Jiménez recorrió el Museo de Antropología de Xalapa.
