Los gobiernos del PRI y sus candidatos

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2015-03-27

Con una febrilidad que tal vez no le habíamos visto en los primeros cuatro años de su gobierno, en la última quincena de este mes que concluye el próximo martes, ya en plena Semana Santa, el gobernador Javier Duarte de Ochoa se dio a la tarea de inaugurar obras por distintos puntos de la geografía estatal.
Si bien no son grandes obras, faraónicas como las hubo en otros sexenios y por lo mismo de relumbrón (sin duda porque no hay recursos), al menos son obras sentidas y necesarias por las comunidades donde las puso en servicio. De paso, me imagino que servirán para cuadrar cifras y justificar el uso de recursos cuestionados por la Auditoría Superior de la Federación respecto de la Cuenta Pública 2013.
¿Por qué esta febrilidad oficial precisamente ahora y no en otras fechas, antes o después? En la práctica tiene una razón de ser: porque antes de las elecciones del próximo 7 de junio, marzo es el último mes en que se pueden realizar este tipo de actividades que pueden connotar una forma velada de hacer proselitismo entre el electorado veracruzano y precisamente por eso las prohíbe la Ley Electoral, para que no pasen a formar parte de las campañas que realizarán los candidatos apenas que pase la Semana Mayor, en especial las de las campañas de los candidatos del PRI.
En realidad no es nada nuevo. Todos los gobernadores han hecho lo mismo: acumular obras para ponerlas en servicio lo más cerca posible de la fecha de los comicios, hasta donde la ley lo permita, como una forma de tratar de influir en el electorado para que vote por los candidatos tricolores, como una forma de decirle al ciudadano que los priistas en el gobierno si trabajan y hacen obra y responden, una forma de hacer campaña a favor de los candidatos oficiales eludiendo cualquier castigo de los órganos electorales.
Por lo pronto, Javier Duarte y sus estrategas políticos han echado la carne al asador, la mucha o poca carne que tienen y seguramente este fin de semana meterán el acelerador a fondo y son capaces de terminar hasta el último minuto del próximo martes 31.
Lo interesante será saber el próximo 7 de junio y en los días subsecuentes qué tanto de efectividad sigue teniendo este viejo tipo de artimaña electoral, porque no sólo la sociedad ha cambiado sino por las difíciles circunstancias por las que atraviesan el país y el estado por la crisis económica, la corrupción, la impunidad y la inseguridad, que motivan un descontento general, además porque muchos candidatos están muy cuestionados.
A eso deberá sumársele la bajísima calificación que tiene el presidente Enrique Peña Nieto, según lo mostró ayer la séptima evaluación que le hizo el diario Reforma mediante una encuesta, con cifras que en el caso de los candidatos del PRI debieran preocuparles porque indirectamente reflejan la desaprobación ciudadana, pero también de los líderes de opinión, al máximo gobernante y a su gobierno tricolor.
En el último cuatrimestre que midió el periódico, Peña obtuvo la más baja calificación desde que inició su gobierno. Con respecto a los ciudadanos, el presidente va en caída libre. Salvo en abril y julio de 2013 cuando tuvo un promedio de calificación de 6.3 por ciento, esto es, aprobado de panzazo, a partir de diciembre de ese año comenzó a caer su nivel de popularidad hasta llegar a un 5.0 este mes, o sea, reprobado.
Pero los líderes de opinión son más severos. Ellos llegaron a tener a Peña Nieto en un 7.1 en abril de 2013 y a partir de ahí lo han ido bajando hasta llegar a un 3.5 en este mes, una caída, un desplome drástico, que el diario quiere pensar que se debe al tema de la corrupción, indudablemente por la Casa Blanca.
En cuanto al nivel de aprobación, igual, a Peña le va mal. Solamente 39% de mexicanos lo aprueba contra 57% que lo desaprueba. Por cuanto hace a los líderes de opinión, únicamente 17% lo aprueba y lo reprueba el 82%. Igual, tanto uno como otros (54 y 71%, respectivamente) no creen (porque desconfían) que servirá para algo el Sistema Nacional Anticorrupción, e igual la mayoría de los ciudadanos piensa que hay poca o nada libertad de expresión.
Eso es lo que piensan los mexicanos del gobierno del PRI y del presidente del PRI. Estando prácticamente a dos meses de los comicios, todo indica que esta vez no habrá efecto Peña Nieto, positivo, sino defecto Peña Nieto, negativo.
¿Los candidatos del PRI irán a hablar a partir del 5 de abril o qué le van a decir a los ciudadanos, al electorado, sobre la corrupción, la impunidad, la inseguridad, la falta de transparencia, los señalamientos sobre el manejo de los recursos públicos, la crisis económica, el negro panorama para 2016?
Como quiera que sea y con lo que tiene y puede, en el caso de Veracruz Javier Duarte ha hecho ya lo que ha podido por cuanto a tratar de influir en la percepción ciudadana sobre la imagen de su gobierno priista para que repercuta en los candidatos de su partido. A ver para qué tanto le alcanza.
Presentaron interesante libro
La Secretaría de Gobierno, a través de la Dirección General de Desarrollo Político e Institucional, realizó la presentación del libro “El rediseño de la representación política”, de los académicos de la UNAM, Khemvirg Puente, Efrén Arellano Trejo y Fermín Rivas Prats. Los comentarios sobre la obra estuvieron a cargo del Magistrado Eduardo Andrade Sánchez, Dr. Rodolfo Chena Rivas y Dr. Miguel Casillas. El evento estuvo presidido por Fernando Sánchez García, Director General de Desarrollo Político e Institucional.
Ahora, el temporal
Los efectos del invierno, en plena primavera, no terminan. De hecho, por ejemplo, en el caso de Xalapa, ha persistido el invierno y la primavera no ha entrado de lleno. Pero como si el estado no tuviera ya suficientes problemas, ahora se han adelantado las lluvias de mayo causando daños y damnificados en diferentes puntos de la entidad.
Por lo que se ve, para el caso de las autoridades, los conjuros de los brujos de Catemaco el primer viernes de marzo de nada han servido. A unos problemas se acumulan otros. A ver si ahora se van a bailar a Chalma.
He pasado algunos días en el Distrito Federal. El clima ha estado agradable. El inicio de la próxima semana volveré a la capital del país. Me checo mi salud. La distancia y la actividad allá me complican un poco las cosas. Veré si los días de actividades me permiten escribir. Si no, nos veríamos hasta pasada la Semana Santa.