Ya les chocó el atole con el dedo
Arturo Reyes Isidoro
Prosa Aprisa
2015-07-09
Pregunté ayer en “Prosa aprisa” por qué nadie salía a dar la cara, a decirnos cuál es la verdadera situación económica del Gobierno del Estado y de las arcas públicas, a qué podemos y debemos atenernos, qué se va a poder hacer y qué no en lo que resta de esta administración en los 14 meses que le quedan. Dije también que mes con mes los pensionados y jubilados tienen que salir a bloquear calles porque es el único camino que encuentran para que se les depositen sus pagos.
De éstos, ayer no fue la excepción, aunque ahora desde temprana hora tomaron el edificio de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan) exigiendo que se les depositara su pago correspondiente al mes de junio y la única condición que pusieron para retirarse fue que se les pagara su dinero y que no querían hablar ya con ningún funcionario porque a nadie le creen, ya que no cumplen lo que ofrecen.
Para ser justos, hay que reconocer que ayer al menos el propio secretario de Finanzas y Planeación, Antonio Gómez Pelegrín, acompañado de Julio Cerecedo Aguilar, director de Política Regional de la Subsecretaría de Gobierno, salieron a dar la cara a los manifestantes, aunque para pedirles que abrieran el paso para que los pudieran atender en las oficinas de la Sefiplan. No cedieron y no les creyeron. Papelito, billete habla, les respondieron, al tiempo que les mostraban como argumento para su rechazo los cheques de hule con los que les han pagado y se los han rebotado en el banco. No fue sino hasta diez horas después, cuando confirmaron que les habían hecho de verdad ya su pago, que liberaron el edificio.
La falta de confianza y credibilidad está llegando o ya llegó al extremo y eso no es nada bueno para el Gobierno. En la Sefiplan se quedaron con una gran olla de atole que les enviaron en una camioneta y que tuvieron que bajar varios trabajadores (y también con una gran jarra de té de tila para los funcionarios) y Toño y Julio se quedaron con el dedito índice bien lavado con el que les iban a dar atole con el dedo a los manifestantes, pero estos dijeron que ya están chocados de lo mismo. Ciertamente Gómez Pelegrín y Cerecedo Aguilar no son los responsables de la situación pero al menos ayer dieron la cara, que ya fue algo.
Quién sabe si en el gobierno están calculando la magnitud del descontento popular y las consecuencias que puede tener. Un reflejo de ello es una carta electrónica que me envió ayer Mario Fernández Sánchez, que publico por su seriedad y porque no se trata de un anónimo:
“Querido Amigo:
Estoy leyendo en este momento, en el portal de Al Calor Político, acerca de un incidente que anoche sucedió en pleno centro de la Ciudad de Xalapa; un taxi fue golpeado por una patrulla de la fuerza civil que después del hecho huyó.
Si esto nada más denota el espíritu de desprecio y falta de respeto con el que la autoridad se comporta ante el ciudadano, lo que siguió es algo que yo no había visto en mis casi 70 años de vida: resulta que se generó una especie de manifestación espontánea de los transeúntes, en apoyo del taxista y fue tal la presión que el responsable de asuntos Internos de la SSP se tuvo que apersonar para hacerse cargo de los daños.
Me dirijo a un experto en asuntos políticos como usted para que me explique ¿qué está sucediendo?, ¿qué más se puede esperar de una ciudadanía así?, ¿por qué lo hicieron?, ¿por solidaridad o por hastío, frente a la situación de desprecio e impunidad que manifiesta hacia la ciudadanía este gobierno?
Ojalá asuntos como este hicieran reflexionar y enderezar en algo sus acciones, si no, no habrá dinero ni trampas que alcancen para ganar las próximas elecciones.
Aprovecho para enviarle un saludo afectuoso y mis felicitaciones por su columna cuya lectura me es tan indispensable como el café matutino.
Mario Fernandez S.”
Sus preguntas me las hago yo también y creo que, igual, todos. Lo único que puedo decir es que refleja el descontento popular con la actual administración y que ésta debe dar una explicación convincente a la población y a la ciudadanía. Alguien tiene que hacerlo antes de que se desborde la inconformidad y vivamos hechos inéditos hasta ahora para nosotros.
Pero también, sobre el nuevo crédito que contrató el Gobierno del Estado por 1,338 millones de pesos pero que fue registrado hasta marzo en Hacienda Federal, dejando como garantía de pago las participaciones federales, a pagar en un año y siete meses, y el riesgo de que contrate más deuda por 3 mil 662 millones, ayer por fin dio señales de vida el senador Héctor Yunes Landa y, aunque tibiamente, dijo no ser partidario de pedir más préstamos, aunque parece que lo hizo más como pretexto para hacerse propaganda pues ante una pregunta de los chicos de la prensa sobre si pese a que está endeudado el Gobierno buscará la candidatura para suceder a Javier Duarte de Ochoa, no lo pensó más y soltó de su ronco pecho que “yo le entro en cualquier esquema, mientras más grande es el problema más grande es el reto, y yo soy hombre de retos”, pero nada de que va a presentar un punto de acuerdo en el Senado para que se exhorte a la administración estatal a que informe y aclare por qué tanta deuda, a cuánto asciende realmente ésta y en qué se aplicó el dinero.
Pero habría que reparar en un pequeño gran detalle que debiera poner a preocupar a los hombres del Palacio de Gobierno: ¿por qué el Gobierno Federal, esto es, por qué el presidente Peña Nieto no ha venido al rescate económico del gobierno duartista?, ¿por qué lo está dejando solo, que se ahogue solo?, ¿hasta cuándo va a actuar para no dejar solos a los veracruzanos, si es que piensa actuar?, ¿acaso le puso como condición que recupere todo el dinero público que se han robado y por eso acaban de detener a puro charalito pero no a los grandes tiburones señalados por la fama pública, a puro pendejo que no sabe leer y escribir como dijera el taxista?, ¿por qué?
A propósito de la crisis de Grecia, el lunes el director editorial del diario Excelsior, Pascal Beltrán del Río, dedicó su columna a la grave crisis económica y financiera de ese país. Citó una frase del filósofo Bernard Henry-Lévy pronunciada un día antes en el sentido de que “no se lleva a un pueblo al precipicio para escapar del callejón en el que uno mismo se metió”, y remató: “Cuando se apaguen los cantos de ‘o-ji, o-ji, o-ji’ –no, no, no– (se refería al no de los griegos a aceptar términos de los acreedores internacionales para rescatar económicamente a Grecia porque les significaría más sacrificios) quedará una lección muy dura pero muy clara de esta tragedia griega: Puede parecer muy estimulante vivir más allá de los ingresos que uno tiene. Mentir y aceptar préstamo tras préstamo para llenar la brecha entre lo que se tiene y lo que se quiere. Sin embargo es una receta que lleva al desastre. Y eso es válido para un individuo, una familia, una organización y un país”. Se podría agregar: y para un estado.
Por fin se fueron los encuerados
Admiro la paciencia del secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, para negociar con una caterva como esa de los llamados 400 Pueblos, una verdadera lacra social que ofende la dignidad de sus mujeres, las humilla, las exhibe y viola sus derechos humanos. Ayer logró que por fin se fueran de Xalapa no concediéndoles nada en concreto con respecto a un problema del mercado de Misantla y dándoles el avión con respecto a unas bodegas de la extinta Tabamex en Álamo. Qué bueno que los bateó. Son unos vividores de la protesta social. El pueblo xalapeño está harto de ellos y en especial de quienes los encabezan. El gobierno no debe permitir por ningún motivo que sigan haciendo de las suyas y debe enviarlos al lugar que verdaderamente les corresponde: Pacho Viejo.