Artesanos y comerciantes del municipio de Naolinco, Veracruz, encabezados por Javier Ismael Hernández Rivera, zapatero y representante del gremio, hicieron un llamado a la ciudadanía y a los visitantes para valorar y promover la auténtica producción artesanal del calzado naolinqueño, frente al creciente ingreso de productos industriales y foráneos.
En conferencia de prensa, artesanos y comerciantes de Naolinco, reconocido pueblo mágico y zapatero ubicado a 45 minutos de Xalapa, encabezados por Javier Ismael Hernández Rivera, zapatero y representante del gremio, hicieron un llamado a la ciudadanía y a los visitantes para valorar y promover la auténtica producción artesanal del calzado naolinqueño, frente al creciente ingreso de productos industriales y foráneos.
“Somos un barrio de artesanos, no de comerciantes de mercancía china. Todo lo que hacemos es a mano, desde la suela hasta la hebilla del cinturón”, afirmó Hernández Rivera, quien explicó que los talleres familiares ubicados en las calles Nicolás Bravo y Miguel Lerdo mantienen viva la tradición del calzado artesanal desde hace generaciones.
El grupo de artesanos conformado por alrededor de 20 familias dedicadas al oficio de producir zapatos, cinturón y huarache artesanal a mano, destacó que en esas calles se fabrican botas vaqueras, botines, calzado de dama y modelos exóticos elaborados con piel de res, cocodrilo, lagarto, pitón, avestruz o mantarraya, todos materiales legales y de origen controlado. Los precios van desde 300 pesos en huaraches hasta 5 mil pesos en botas exóticas, con tiempos de elaboración que oscilan entre cuatro y cinco días por cada par.
Durante su llamado a preferir y consumir el calzado de Naolinco, los zapateros mostraron diversos productos, incluyendo cinturones cincelados a mano, pintados y repujados sobre cuero curtido vegetal, con hebillas también artesanales provenientes de talleres poblanos. “Nada es sintético, todo es piel legítima, curtida y trabajada por manos veracruzanas”, puntualizó Javier Ismael Hernández Rivera Hernández, representante de los zapateros.
Entre los asistentes estuvieron Abiu Domínguez Salma, de la calle Nicolás Bravo; y dueños de negocios locales como Boots Armas, Zapatería Heraclio y Creaciones Aymar, quienes subrayaron que la competencia desleal de calzado industrial procedente de León, Guadalajara y la Ciudad de México ha afectado el mercado local.
“En Naolinco somos todos artesanos, pero algunos comercios del centro ya revenden productos de fábrica. Nosotros seguimos haciendo el trabajo a mano, como nuestros padres y abuelos”, sostuvo Hernández Rivera.
Los comerciantes señalaron que recientemente, durante las festividades del Día de Muertos, comenzaron una campaña de embellecimiento y promoción de su barrio para atraer al turismo y fortalecer la economía artesanal.
De cara al Buen Fin y la temporada decembrina, los productores invitaron al público a visitar su zona tradicional conocida como “La Escuadra”, cerca del restaurante La Casona y conocer el proceso artesanal que distingue a Naolinco como la capital del calzado hecho a mano en Veracruz.
Finalmente, adelantaron que trabajan en un proyecto especial para el mes de diciembre, con el propósito de seguir impulsando el reconocimiento de los verdaderos artesanos y rescatar el valor cultural del oficio zapatero que, aseguran, forma parte viva de la identidad veracruzana.