JORNADA HUASTECA: Tecnificación reúne a ganaderos

+Cansados de peladeros en la huasteca

Zona Norte

Livia Díaz - 2012-03-09

Los que desean ranchos productivos y no peladeros; sembradíos y ganancias y no deudas, están buscando la forma de vivir de la ganadería.

En la huasteca veracruzana, comenzó uno de los doce cursos para ganaderos que pretenden capacitarlos para sembrar maralfalfa en abril.

La tecnificación del campo por el gobierno estatal de Veracruz, pretende que en dos años, cada ganadero tenga una hectárea sembrada con maralfalfa.

El maestro que ha dicho esto a unas 200 personas en el local de la asociación ganadera de Tantoyuca, es de Ozuluama, y se llama Leocadio del Ángel Cruz.

Explicó que la planta, que es muy buen alimento para ganado, fue creada por un frayle en Colombia.

Un ganadero de San Luis Potosí, tuvo que ver morir a 200 vacas para comprender, que era hora de tecnificar su campo.

Sembró, y ahorita tiene capacidad para tener 500 vacas y alimentarlas con pastos sembrados en 25 hectáreas, que se cortan cada 60 días.

El ingeniero Leocadio mostró las fotos a los agricultores de Tantoyuca y les fue mostrando que, con 15 kilos diarios de esta plantita, que crece hasta dos metros y medio en su quinto corte, se alimenta una vaca; pero además, en esa cantidad de alimento, hasta el 18 por ciento es proteína.
La planta que proponen para siembra y alimento del ganado de todo tipo y los animales de granja, llega a producir 285 toneladas.

El ingeniero ha dicho que está sabrosa y muy deliciosa para los animales, siempre y cuando se corte en su momento exacto, y que se guarda en silos, y algunos ya se han diseñado para que estén dando de comer a ellos, no importando si es sábado, domingo o día festivo.

Así el rancho deja de ser un peladero sin hojas para que coman los animales, y éstos van comiendo y engordando que es lo que se hace. ‘En la huasteca todos producimos alimentos y todos comemos´.

Porque con este proyecto se contempla que con el insumo más barato –el conocimiento- alcance para todos.

De tal suerte que con el programa que impulsa el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, en base a razonamientos económicos, sanitarios, reproductivos, y de mejoramiento genético, en 24 meses, habrán, en los campos veracruzanos, suficientes alimentos y también ganado.

Así también, se va a perforar ollas de agua, almacenarla, y a introducir otras herramientas en donde no hay agua, como la lluvia seca, que permitirá el mismo resultado.

Además de que son sistemas silvopastoriles, es decir que además de hacer pastos, tiene el objetivo de hacer bosques. Sembrando árboles.

Todo está muy bien, solo que hay que comprender este proyecto, porque como dice Leocadio ‘los ganaderos siempre empezamos todo al revés’, primero adquirimos las vacas y luego buscamos alimentos.

Pero la experiencia alimentaria de muchos países nos muestra que, primero se siembra y cosecha el alimento y ya luego se tiene al ganado.

Como en Europa, en lugares en donde no existe el clima y los elementos que permitan alimentar con las siembras al ganado y tienen que fabricar alimentos en sacos; los que después, los agricultores mexicanos andan comprando, a precios carísimos, por no haber producido, en una tierra que si es buena para eso, los alimentos para sus animales.

Así que ahora, el propósito de los ingenieros de la secretaría de agricultura estatal, es mostrarles a los ganaderos, que con un poco de ayuda va a ser posible producir los alimentos para no tener que hacerles el gasto a los europeos de sus alimentos hechos en fábricas, sino que en sus silos van a tener de reservas mucha maralfalfa para sus animales, y que además podrán venderle, quizá, en el futuro, a los animales a los europeos, que con esos altos costos, no logran producir al ritmo que podría llegar a producir Veracruz, con este plan, y el trabajo de sus hombres.

Es que si todo sigue igual, como se ha planeado y ya se está haciendo en muchos ranchos, van a poder sacar hasta 500 vacas con el alimento sembrado en 25 hectáreas cada 60 días, como ya hace este agricultor de San Luis Potosí, que tuvo que ver morir a sus animales por la sequía para entender y asumir el reto de tecnificar.

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