Vainilla veracruzana, parte importante de la historia de México

+ Los conocimientos sobre su cultivo son un patrimonio legado por los totonacas, quienes hace más de mil años ocupan la región de Papantla y sus alrededores.

Zona Norte

COMUNICADO - 2012-06-10

La vainilla es parte importante de la historia de México y ha llevado su aroma y sabor a todo el mundo, desde las milenarias tierras del Totonacapan, en el Estado de Veracruz, informó la Secretaría de Turismo y Cultura (Sectur).

Los conocimientos sobre su cultivo son un patrimonio legado por los totonacas, quienes hace más de mil años ocupan la región de Papantla y sus alrededores.

La historia de la vainilla está relacionada con los rituales, leyendas y tradiciones del pensamiento mágico-religioso de los totonacas, quienes a decir de algunos especialistas, crearon toda una cultura alrededor de este producto.

Esta planta es una orquídea perenne, terrestre, trepadora, de tallo flexible, cilíndrico, simple o ramificado, de color verde brillante y tiene de 10 a 15 centímetros de longitud, y de uno a dos centímetros de diámetro, con hojas alternas, dispuestas en zigzag y las guías pueden llegar a medir hasta 50 metros de longitud.

Leyenda de la vainilla

La historia cuenta que en los tiempos del rey totonaca Teniztli III, una de sus hijas, Tzacopontziza, “Lucero del Alba”, llamada así por su gran belleza, fue consagrada al culto de Tonacayohua, diosa de la siembra y los alimentos.

Tzacopontziza se enamoró de un joven príncipe llamado Zkatan-oxga, “Joven Venado”, a pesar de que tal sacrilegio estaba penado con la muerte; al no encontrar refugio para su amor, huyeron hacia la montaña, donde se les apareció un monstruo que los envolvió en llamas, obligándolos a retroceder.

A su regreso, los sacerdotes los esperaban y sin explicación alguna fueron degollados y llevados a un adoratorio, en donde tras sacarles el corazón y ponerlos en piedras votivas del ara de la diosa, fueron arrojados a una barranca. En el lugar en que se les sacrificó, la hierba empezó a secarse, como si la sangre de las dos víctimas, allí esparcida, tuviera un maléfico influjo.

Tiempo después empezó a brotar un arbusto, elevándose a varios palmos del suelo y cubierto de espeso follaje; al alcanzar su desarrollo total, comenzó a crecer junto a su tallo una orquídea trepadora. Una mañana, la planta se cubrió de flores y todo el sitio se baño de exquisitos aromas.

Ante el asombro de los sacerdotes, no dudaron en creer que la sangre de los dos príncipes se había transformado en arbusto y orquídea; su sorpresa fue mayor cuando las hermosas flores se convirtieron en largos y delgados frutos que al madurar desprendían un dulce y suave perfume, como si el alma inocente de “Lucero del Alba” esenciara las fragancias más exóticas.

Así, la orquídea fue declarada planta sagrada y se elevó como ofrenda divina en los adoratorios totonacas, tomando el nombre de caxixanath, que significa flor recóndita.

Durante muchos años, ningún otro país conocía los secretos de esta magnífica orquídea de la zona tropical de Papantla.

La cosecha de la vainilla se realiza una vez al año, entre los meses de septiembre y enero, y el proceso de fecundación sólo dura un día, por lo que la polinización debe hacerse en ese momento y de manera manual, con mucha paciencia y talento.

Los primeros en exportar esta planta fueron los españoles, quienes se la llevaron y la sembraron en las Islas Bourbon; hoy en día, el término Bourbon vainilla se continúa utilizando en buena parte del mundo.

Otros países productores son Indonesia, Tahití, Tonga y otras ciudades de África y China.

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