Mujeres indígenas emigran a Poza Rica en busca de mayores oportunidades
Sin embargo su situación sigue igual
Zona Norte
- 2011-04-19
En el primer cuadro de la ciudad, todos los días por las mañana se asientan varias mujeres indígenas para vender productos como artesanías y verduras, todas ellas se ubican en varias banquetas una pegada a la otra, en su mayoría son migrantes de la sierra de Puebla y de la sierra del Totonacapan que no tuvieron otra opcion que salir del campo para ganarse unos cuantos pesos en esta ciudad, considerada como un polo de desarrollo en el Norte del Estado de Veracruz.
Carmen Xochigua migrante de la zona indígena del Totonacapan quien vende verduras en una tina en una de las banquetas del centro de las cuales son muy concurridas por la población flotante y del municipio, destaco que desde hace dos años y medio trabaja vendiendo frutas y verduras en una tina en Poza Rica por ser un municipio con mayor infraestructura que la zona serrana y que Papantla.
“En mi municipio natal no encontré trabajo y de jornalera me pagaban sueldos de hambre y sin prestaciones por lo que decidí desplazarme para acá donde me va un poco mejor, hay mucho bullicio, sin embargo logro sacar para comer y irla pasando, deje a mis hijos en el rancho, los veo cuando puedo, aquí vivo en un cuarto”, añadió.
La vida de Carmen Xochigua es como muchas otras que viven en precariamente en la ciudad, hasta el momento ninguna autoridad ha realizado algún diagnostico de donde vienen o como es que llegaron a la ciudad y es que nadie se ha preocupado por atenderlos.” Refirió Martha Solís Luchadora Social.
“La migración de mujeres indígenas a las zonas urbanas es cada ves frecuente, es un fenómeno que sigue cobrando importancia en Poza Rica, cada día son mas las mujeres trabajando o buscando una mejor forma de vida a las que no tienen acceso en sus comunidades, sin embargo sufren la discriminación, salarios y ganancias bajas o son perseguidas por las autoridades municipales o la misma policía que tratan de desalojarlas a la fuerza, por asentarse en calles y banquetas”, señaló.
Por su parte en las banquetas del primer cuadro de la ciudad otras mujeres indígenas como Carmen sufren junto con sus hijos pequeños las inclemencias del calor, la baja venta de sus productos que ofertan, el hambre y la escasez de alimento y pasan casi las 24 horas en el mismo lugar.
Así mismo la indígena Maria Salustia de la sierra de Puebla destacó que tiene poco tiempo en Poza Rica y salió de su comunidad por la falta de empleo y el abandono de su esposo un campesino que se fue de mojado a los Estados Unidos y tuvo que traerse a sus 4 hijos menores quienes piden dinero en los cruceros.
Es incalculable el número de mujeres indígenas que arriban a Poza Rica para tener un mejor futuro, sin embargo a pesar de que año con año se destinan recursos para mejorar la calidad de vida de las mujeres indígenas por parte del CDI Falta mucho por hacer y revertir la gran proporción de la marginación y pobreza.
La entrevistada destacó que no tan solo en Poza Rica, si no en todo el estado existe un gran número de mujeres indígenas que son discriminadas, abusadas, y que viven de forma precaria en la entidad, sin embargo es necesario que no tan solo las instancias de gobierno conjunten esfuerzos, si no también la sociedad civil para que mejoren su vida.
Finalmente añadió, “cuando las mujeres indígenas deciden migrar es difícil, muchas dejan a sus hijos, su tierra y representa una transformación que va desde la perdida de costumbres y vestimenta y en muchas ocasiones no hablan español y les es difícil comunicarse, por eso es que es necesario crear mayores empleos especialmente para mujeres indígenas”.