La magia del algodón cautiva en Cumbre Tajín

+ Mujeres totonacas imparten talleres para dar a conocer cómo se procesa la materia prima que da vida al hilo de los tejidos artesanales

Zona Norte

COMUNICADO - 2013-03-25

En la Casa del Algodón, la paciencia, la destreza y el amor a los bordados son las características principales de las mujeres indígenas que imparten los talleres en los que se enseña cómo se procesa la materia prima que se ocupa para realizar los tejidos artesanales.

En la Parque Temático Takilhsukut, durante la Cumbre Tajín, con gran alegría las maestras reciben a los turistas y los orientan en la elaboración del hilo de algodón, que es cultivado en los jardines de esta sede del festival.

Esta fibra vegetal, después de varios procedimientos se convierte en una fresca tela ocupada para la elaboración de pantalones, camisas, manteles, pañuelos, faldas, blusas y abanicos, entre otros diseños.

Un aro, un pedazo de tela de algodón, una aguja del número seis e hilo son los principales utensilios para la realización de bordados prehispánicos, que en su mayoría se hacen con puntadas como camino de hormiga, espiga de maíz, panal, huevo de tortuga, colmillo de león y costilla de puerco.

Minerva Salazar Ortega señaló que el algodón es mágico en todos sus sentidos, pues además de ser suave, blanco y natural, se tranforma en bellos tejidos representativos de la cultura totonaca.

Dijo que los comentarios positivos de los visitantes las motivan a seguir enseñando a las personas sus costumbres. “Los turistas se van muy contentos, vienen por varias horas hasta que terminan sus bordados. Desde que llegan se les explica cómo se siembra el algodón y el proceso para hacer el hilo, después se hace el telar, los tintes naturales de cortezas y hierbas medicinales. Así logramos obtener la tela y el hilo”.

Al entrar a la Casa del Algodón, lo primero que se logra ver es la ropa de manta hecha por las mujeres indígenas; en este lugar se reúnen diariamente hasta 250 personas para aprender y practicar el arte del bordado.

“Estoy muy orgullosa de mi origen y de la lengua materna que dejaron nuestros antepasados. Queremos rescatar todas las antiguas actividades y por eso lo enseñamos con mucho amor. Además, es una terapia motivacional, en la que admiras las riquezas de la naturaleza y, al mismo tiempo, te relaja”, expresó.

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