Apenas el lunes pasado en Sotavento Diario publicamos Gotitas del Saber, de la Profesora Daphne de Luzuriaga Lara, titulada “Anoche soné”.
Quien iba a imaginar que por la tarde, un poco después de las 18:00 horas, recibiríamos la noticia de que la apreciada y querida Maestra había fallecido en la ciudad de Coatzacoalcos.
El trato que la Maestra Daphne dispensó a mi familia, a mi esposa y a mis hijos fue de mucho cariño. Yo no puedo decir menos, porque siempre me ofreció su afecto y un injustificado cariño. Poco hice para merecerlo, pero se que en su naturaleza así era su desbordada generosidad.
Debo contarles, que muchas familias de la región nutrieron sus conocimientos de lo que ella escribía y transmitía en sus columnas de Gotitas del Saber.
Ricardo Castelo Castillo, cuando era presidente municipal de Nanchital, me comentó un día, que después de sus desayunos dominicales, invariablemente comentaba con su esposa y sus hijos la columna de la Maestra Daphne de Luzuriaga Lara.
No dudo, que otras familias, igual que la de Ricardo Castelo, también lo hicieron así.
Sus columnas se podían leer con gran facilidad, ya que el lenguaje empleado era llano, pecando exageradamente de sencillo. Y su contenido, puntualmente interesante. No sobraba ni faltaba nada. Escrupulosamente redactados, revisados y analizados.
Su tema favorito era su familia, sus gatos, su vocación de Maestra, sus alumnos, sus vivencias y los miles de sueños satisfechos o no, que se llevó con ella. Volcaba en sus textos, muchas anécdotas de sus alumnos, que sin duda, la acercaron más a ellos, que le profesaban admiración inigualable.
Ningún tema le parecía poco o mucho para ser tratado. Los enfocaba en su justa dimensión. No recurrió nunca a la vulgaridad ni a la exageración. Bien educada, sabía de los límites.
Amorosa sin igual, derrochaba miel entre sus amigos y que recuerde, siempre fue exageradamente respetuosa con los demás.
El profesor Francisco Herrera Castillejos, durante la misa de cuerpo presente que le hicieron en la iglesia de Cristo Rey de Minatitlán, me comentaba:
Que su abuelo -no se si me equivoco- le había dicho que las personas mueren tres veces:
-“Primero, cuando el cuerpo deja de funcionar, que es muy doloroso. Segundo, cuando el cuerpo es enterrado o cremado, porque desaparece ante quienes la conocieron y tercero, cuando la persona es olvidada. Esta última es la más triste”.
A la Maestra Daphne de Luzuriaga Lara, siempre la tendremos presente.
Que tenga vida eterna Maestra Daphne.
Caos vial en Minatitlán
El antiguo delegado de Tránsito Capitán Cipriano Rodríguez y García, traía siempre una cantaleta de que “En Minatitlán no existe cultura vial”. En repetidas ocasiones se le señaló que lo que no existe en Minatitlán es una autoridad vial que aplique los reglamentos de tránsito y vialidad.
Y le poníamos de ejemplo que una gran cantidad de conductores de taxi, que son los que más infracciones cometen por su forma temeraria de manejar, han ido por lo menos una vez a los Estados Unidos. Y allá, sin que nadie se los diga, respetan las disposiciones legales: No tiran basura en la calle, cruzan por las esquinas y no por en medio de las cuadras, no alteran el orden público con sus gritos y desfiguros, etc.
Pero, aquí, cual vil “transformers”, los conductores del servicio público de taxis y de transporte de pasaje, hacen de las suyas.
Cual más de ellos, se dan vuelta en “u” en cualquier lugar, sin importarles que puedan ocasionar un accidente contra el vehículo que manejan o graves lesiones a los pasajeros que llevan. Se paran sin previo aviso y recogen pasajeros en el arroyo de circulación. No respetan ningún señalamiento, invaden las áreas de paso de peatones y los semáforos para ellos no existen.
Lo peor, es que el mal ejemplo cunde y los conductores particulares, para no ser menos, están siguiendo tan deleznable conducta.
En fin, la circulación de vehículos es caótica y los minatitlecos tenemos que soportar grosería y media de los conductores irrespetuosos porque no ha existido una autoridad que aplique correctamente los reglamentos que rigen a ese tipo de actividad.
También se argumenta que no existen suficientes elementos en la delegación de Tránsito para atender tantos servicios a escuelas, instituciones privadas y públicas, por lo que no se puede vigilar el comportamiento de los conductores de servicio público y privado.
Ahora, con el cambio de funcionarios, pasando también los elementos de Tránsito al sistema de Mando Único, no vemos a ninguna autoridad vial vigilando el comportamiento de los conductores, sea el tipo que sea.
Es urgente que la delegación de Tránsito de Minatitlán se “preocupe y ocupe”, como dicen los políticos, de su función y que pongan en orden la circulación de este sufrido y resignado pueblo.
Desigualdad social y legal
Presume el gobierno federal, los estatales y los municipales, que se implementará un seguro de vida para las madres solteras.
Qué bueno que se quiera proteger a los infantes que quedan huérfanos y desamparados, pero en los demás casos, ¿por qué no?
Ese enfoque es una contradicción a la teoría de justicia, imparcialidad e igualdad.
¿Sólo a las madres solteras? ¿Y los padres solteros, qué? ¿Los padres que viven juntos, qué? ¿Y las tías que se hacen cargo de sus sobrinos? ¿Y los abuelos que se hacen cargo de los nietos? ¿Y de los padrinos que se hacen cargo de los ahijados? ¿Y los extraños que se hacen cargo de niños ajenos?
No hay justicia, imparcialidad e igualdad, porque si falta una madre soltera, sus hijos quedarán en el total abandono y desamparo. ¿Y en el caso de la muerte de un padre soltero, no? ¿En el caso de la muerte de una pareja, no? ¿En los demás casos, no?
Tal enfoque coloca en el papel de discriminados a los padres solteros y a las parejas que viven juntos, que son padres o padres-tutores substitutos.
¿Por qué sólo las madres solteras? ¿Y los hermanos solteros que se hacen cargo de sus hermanos menores?
¿Los demás no tienen las mismas consideraciones y el mismo derecho que sólo tienen las solteras?
Vayamos a otro extremo.
Una familia, tiene cuatro hijos, uno es chaparro, el otro es gordito, el tercero es moreno y el cuarto es alto.
El jefe de familia, determina que por sus características, el que podrá comer carne es el chaparro y los demás no. Es más, ni la mamá del chaparrito.
Al quedar excluidos los otros, la legislación está imponiendo un criterio discriminatorio sobre los demás casos análogos..
No hay razón fundamentada de tal conducta. Se toma una decisión sólo por el sentimiento y por la apreciación de quien decide.
Nuestros políticos y nuestros legisladores, de golpe y porrazo quitaron con esa decisión de favorecer sólo a las madres solteras, el derecho inalienable de la Constitución, de que todos los mexicanos somos iguales. Y que no hay ciudadanos de primera, ni de segunda ni de ninguna clase.
Pero, nuestros políticos, deseosos de ser “innovadores”, olvidando los principios de justicia, imparcialidad e igualdad, crean aberraciones legales, que a la larga nos están perjudicando, porque andan regalando recursos públicos que ni ellos mismos saben de donde los van a sacar.
Usted que no está en la situación de madre soltera no se ha preguntado: ¿Por qué usted no? O todos coludos o todos rabones.
Y hay otras preguntas.
¿Quién se beneficia con que las madres solteras tengan un seguro, del que no podrán echar mano, sino hasta que mueran y eso, si los familiares lo saben y tramitan la indemnización?
Esta medida parece estar hecha al tamaño de las compañías aseguradoras que recibirán una buena cantidad de dinero cada año, sin indemnizaciones que pagar, porque quienes se hacen cargo de niños desamparados, se vuelven eternos y por la misma preocupación no se enferman ni se mueren sino hasta ver que sus “hijos” ya pueden valerse por sí mismos.
Conste, no me opongo a que les den el seguro a las madres solteras, pero, ¿por qué a los demás, que tienen la misma situación de ser responsables del cuidado, alimentación, vestido, educación y supervivencia de menores, no se les otorga el mismo derecho?