Este domingo 28 de julio, recordamos que hace 16 años iniciamos esta empresa periodística.
También recordamos que la de periodista es una de las actividades más difíciles del mundo, que no permite reposo ni atraso ni indiferencia.
Si ha de describirse la actividad periodística, debemos decir que une a todas las demás actividades humanas.
Se necesita ser un sicólogo para advertir de inmediato cuando los informadores se apegan o no a la verdad.
Se necesita ser ecónomo para saber cuando la fuente pretende beneficiarse del trabajo de los demás y de los periodistas.
Se necesita ser médico y sacerdote para aliviar los males, pesares, sinsabores y frustraciones de quienes recurren a nuestros servicios.
Se necesita ser navegante para trasladarse de inmediato de un lado a otro, sin encontrar obstáculos que impidan la labor de informar oportunamente.
Se necesita ser maestro para orientar a la quienes nos leen.
Se necesita ser político para tener contentos a todos.
Se necesita ser antropólogo para analizar las actividades de la comunidad y sus consecuencias.
Se necesita ser sociólogo para entender lo que pasa en nuestras vecindades.
Se necesita ser extraterrestre para que los demás te ubiquen como fenómeno, ya que tu percepción no corresponde a realidad alguna.
Se necesita ser misionero, porque no te permite traer en tu bolsillo el dinero suficiente para tomarte un café.
Se necesita también, ser adivino para poder interpretar y aterrizar conceptos ajenos, que permitan transmitir ideas sin saber que existen.
Se necesita despojarse de individualismos para forjar una mejor sociedad a través de la información, que al fin y al cabo, totalmente, es enseñanza y aprendizaje.
Ser necesita ser el sumun de todos los súper héroes, para tener la facultad de la ubicuidad, de la velocidad, de la indestructibilidad, de la máxima inteligencia y del máximo compromiso con los demás.
Y, después de conjuntar todas las actividades, se necesita ser humanista, para identificarse con las mejores aspiraciones del tejido social, luchar por ellas y aspirar a verlas cristalizadas.
Apenas, ayer, hace 16 años iniciamos esta labor periodística.
Cuando iniciamos dijimos que no diríamos que seríamos los mejores, no nos colgaríamos las etiquetas de exclusivas o de los únicos informadores.
Dijimos que pretendíamos y pretendemos ser un vínculo de identificación entre los seres humanos que nos leen y un puente de entendimiento entre las voluntades de quienes aspiran al mejoramiento humano.
También prometimos que seríamos el eco de los que apenas tienen voz, para que su expresión se multiplique para ser oída por todos.
No todo ha sido grato, pero sí ha sido satisfactorio.
De los errores y de los tropiezos, aprendimos.
De los aciertos y de la suma de voluntades, aprendimos.
De la confianza y la desconfianza, también aprendimos.
No nos es ajena la desilusión, como no nos es ajena la realización.
No todo ha sido cuesta arriba. También ha habido tropiezos y caídas.
Luchamos, sí, luchamos día a día para estar en el mercado y en su preferencia.
Quizás haya días en que apenas nos perciba. Habrá otros días en que nuestra voz se oiga fuerte, firme y sonora.
Habrá días en que se identifique plenamente con nosotros, porque así es su pretensión personal.
Habrá días en que no nos conozca, porque no se identifique con nuestros conceptos.
Pero, créanos, estamos luchando por ser lo que quisimos ser: Sus amigos… siempre.
La actividad periodística es apasionante.
Y finalmente, ser inmortales, cuando lo que publicamos, deba ser consultado en el futuro para saber lo que éramos como sociedad, como ciudad, como estado, como república y como mundo.
Ser, al fin y al cabo, un testimonio vivo en el tiempo.