Crean mobiliario con neumáticos desechados

+En Misantla, Nereo Rivas y José Luis y Luis González no buscan hacerse ricos ni obtener ganancias extras, sino concientizar a la población de lo relativamente fácil que es cuidar el medio ambiente y la salud de la población

Zona Norte

Milenio.com - 2013-08-24

No buscan hacerse ricos ni obtener grandes ganancias extras, el objetivo es concientizar a la población de la zona sobre lo relativamente fácil que es cuidar el medio ambiente y hasta la salud.

En Misantla, en la zona norte de Veracruz, toda una familia dedicada por años a la venta y mantenimiento de llantas, decidió aprovechar los neumáticos desechados, inservibles o en mal estado.

En vez de que las llantas fueran a parar al basurero público, quemadas en las calles para contaminar el medio ambiente o que sirvieran de criaderos de moscos, decidieron aprovecharlas y utilizarlas como muebles y ornamentos para la oficina o el hogar.

“No queremos obtener ninguna ganancia, simplemente que las personas se den cuenta de que se puede generar un cambio”, explica Luis González Rivas, propietario de la empresa llantera ubicada en avenida Rafael Murillo Vidal, colonia Carlos Smith, de Misantla, en la salida hacia Xalapa.

Desde hace algunos meses, Nereo Rivas, José Luis y Luis González, decidieron fabricar asientos y ornamentos diversos con las piezas que antes eran desechadas. La idea nació por la necesidad de contar con sitios para sentarse y dónde atender a la clientela en la llantera.

Lo que fue un proyecto es hoy realidad: resolvieron el problema y “la necesidad de sentarse”, ahorraron recursos en la compra de mobiliario, pero sobre todo, lograron que mucha gente, no solo sus clientes, se interese en la cultura del reciclaje.

Los primeros ejemplares diseñados no fueron muy bonitos, pero su utilidad resultó óptima. Poco a poco fueron mejorando, comenzaron a utilizar colores, y de hacer asientos simples, pasaron a modelos más elaborados como columpios, macetas, adornos y otros objetos.

La utilización de las llantas sirve, además, para prevenir la proliferación de mosquitos, especialmente el transmisor del dengue, ya que precisamente las que dejan en calles y patios, sirven de criaderos de los insectos.

Las herramientas utilizadas para la fabricación de los peculiares artículos son mínimos: un taladro, una segueta, cuerdas plásticas y pintura vinilica.

El costo de los asientos fluctúa entre los 400 y 500 pesos, dependiendo del diseño. El monto es aceptable, pues una de plástico común y corriente tal vez cueste la mitad, pero su vida útil y el beneficio ambiental no se comparan.

Cualquiera pueda elaborarlas y en la Llantera Rivas dan asesoría gratuita. La idea es difundir y contribuir a la cultura del reciclaje.

Los González Rivas dicen que además de la utilidad, las personas deben valorar que se trata de un trabajo artesanal.

Convertir una llanta en maceta, sillón, centro de mesa o columpio, puede tomar tres horas.

Luis insiste en que con este tipo de trabajos no quieren obtener mayores ganancias, “simplemente que las personas se den cuenta de que se puede generar un cambio”.

La mayor parte de los ingresos que tienen provienen del mantenimiento y cuidado de los neumáticos de los automóviles de sus clientes, pero al aprovechar las que se desechan, evitan que vayan a parar a la basura.

En otros municipios de Veracruz, como Tuxpan, las autoridades recolectan los neumáticos para convertirlos en asfalto; sin embargo, en la mayoría de ellos solo se amontonan.

En el mejor de los casos, los neumáticos son usados para delimitar jardineras en parques públicos o en las escuelas.

Cada año, cerca de mil millones de neumáticos llegan al final de su vida útil en todo el mundo; en México se depositan de manera incorrecta más de 40 millones de llantas usadas, lo que representa millones de toneladas de desechos que producen contaminación visual, ambiental y perjuicios en la salud de las personas, según registros estadísticos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

La mayoría, por no decir todas esas llantas, pudieran reciclarse, ya sea dándoles formas como lo hacen en la llantera de Misantla o triturándolas para aprovechar los materiales recuperados para otras aplicaciones.

Los neumáticos en su elaboración utilizan acero y una importante cantidad de materiales orgánicos que son útiles como fuente de combustible en sustitución del carbón o de la biomasa, o como materias primas secundarias, en la fabricación de subproductos de alto valor añadido.

En algunas celebraciones, como fiestas patronales o de fin de año, la gente acostumbra la quema de llantas, especialmente en estados como Veracruz, donde la mayoría de los municipios prohíbe y sanciona hasta con cárcel la venta y quema de pirotecnia.

Las llantas desechadas pueden utilizarse como impermeabilizante, suelas de zapato, mouse pad, mangueras, juegos infantiles, losetas, pavimentación de carreteras y canchas sintéticas de futbol, pero la realidad es que la mayoría acaba contaminando el ambiente y no es reciclada.

Lo preocupante es que la demanda de neumáticos crece año con año, y en consecuencia el número de las que serán desechadas en ese mismo lapso.

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