+ Desde hace más de un año más de siete familias de la colonia Francisco I. Madero en Poza Rica continúan viviendo entre chapopote
Zona Norte
- 2011-05-03
Desde hace más de un año más de siete familias de la colonia Francisco I. Madero en Poza Rica continúan viviendo entre chapopote y sufriendo por las afectaciones en sus viviendas, situación que no se ha resuelto a pesar de haber solicitado el apoyo a las autoridades locales, estatales y de la Paraestatal Petroleros Mexicanos (Pemex).
La inundaciones de chapopote en las viviendas de la calle 5 de febrero de la colonia Francisco I. Madero iniciaron hace más de 1 año con un escurrimiento que Pemex argumentó a los vecinos es «natural»; sin embargo los afectados nunca esperaron que la situación se agravará hasta el punto de perder poco a poco su patrimonio.
En repetidas ocasiones algunos de los afectados han pedido el apoyo a las autoridades, desde la pasada administración municipal, y no ha habido ninguna respuesta favorable, pues las afectaciones continúan en viviendas, algunas incluso tuvieron que ser abandonadas ante las deplorables condiciones en que se encuentran por el chapopote.
En las viviendas afectadas las inundaciones con chapopote mezclado con aguas negras han llegado a alcanzar niveles de hasta 80 centímetros, por lo que con las pérdidas de bienes materiales y afectaciones en la estructura de las casas los daños podrían ascender a más de cien mil pesos por vivienda.
Algunos afectados han señalado que el origen de las inundaciones fue la construcción de una barda que interfiere la circulación del crudo que circula en el cauce «natural» que pasa por la parte trasera de las viviendas afectadas.
Sin embargo, otras familias afectadas culpan a Pemex, pues argumentan que el cauce de chapopote no puede ser natural y si es así piden a la Paraestatal intervenga pues es un riesgo para todo el sector el tener un arroyo de crudo al aire libre.
Ante esta situación advierten a Pemex que de tener una solución favorable interpondrán las denuncias correspondientes para que la Paraestatal se haga responsable de los daños que se han ocasionado en las viviendas.
Desde que se dio a conocer la situación, Pemex envía cada tres días a una plantilla de más de 10 trabajadores que acuden a realizar labores de limpieza y extracción del crudo en el lugar donde se ha formado una posa de «chapopote y aguas negras». Con el apoyo de una bomba sacan los residuos que son trasladados a través de pipas.
Sin embargo los trabajos de atención por parte de la Pemex no han sido suficientes, pues el problema es tan grave que al bombear cada tercer día el crudo es como «dar una aspirina a un dolor de cabeza».
Pues los vecinos sólo tienen limpio unas horas y las filtraciones se siguen presentando en diversas viviendas.