Fidel, el político más conocido en Veracruz

así lo confirmó una encuesta que se conocía en el gobierno

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2011-10-05

Hace no mucho, el ex secretario particular del gobernador Rafael Murillo Vidal y ahora articulista Alfredo Bielma Villanueva, mientras hacíamos antesala para entrar a un programa de radio me preguntó si sabía quién en este momento era el político más conocido de Veracruz entre la población del estado. Ante mi respuesta negativa, de inmediato me respondió que Fidel Herrera Beltrán. Me dijo que así lo había confirmado una encuesta que se conocía en el gobierno.
No lo dudo, le dije y lo comento ahora. Le respondí que si era cierto lo atribuía a que como gobernador del Estado tuvo un verdadero y efectivo –afectivo aunque fuera fingido y en efectivo eso sí real además– acercamiento y contacto con la gente, sobre todo con los más necesitados, a los que durante sus incansables recorridos por toda la geografía les repartía dinero constante, contante y sonante cuando se le acercaban, se quejaban con él y le pedían que los ayudara para pagar su recibo de agua, de luz, etcétera.
Mi familia, que vive en Coatzacoalcos, me comenta que en las colonias hay mucha gente que lo recuerda con gratitud precisamente por eso, porque en un momento de sus vidas les dio dinero en efectivo; que lo añoran y que hablan muy bien de él.
Pero también cabría pensar que la aceptación ciudadana que tiene se debe al estilo populista de gobierno que ejerció, que precisamente hace un año las inundaciones en la cuenca del río Papaloapan y en el sur del estado lo tenían batiendo lodo y metido en el agua hasta el cuello auxiliando y ayudando a los miles de damnificados por los que, tiene que reconocérsele, dio hasta la última gota de su aliento y nunca los dejó solos e incluso llegó al grado de contratar lanchas para que rescataran y sacaran a sus animales. Todavía se recuerda que alguna vez prácticamente se fue a vivir a un hotel de Minatitlán y llevó consigo a buena parte de su gabinete para atender a los afectados por el desbordamiento del río Coatzacoalcos.
Ya antes, con una política asistencial digna de imitarse a favor de los damnificados en los casos de emergencia que se presentaron en diversas partes del estado, había instrumentado programas para reponer a las familias enseres que se compraban en el comercio local para apoyar a los comerciantes que también habían sufrido pérdidas, a los que además apoyaba con créditos. En Poza Rica, alguna vez un damnificado al que se le habían repuesto enseres cayó incluso en el abuso pues pretendía que el entonces gobernador le comprara también coche nuevo porque el suyo se le había mojado.
Con su gran verbo y poder de convocatoria que tenía, durante los días de emergencia consiguió o alquiló helicópteros donde pudo y sacó a los inundados de los más lejanos pueblos para trasladarlos a sitios seguros, días en los que muchos veracruzanos pobres vivieron la experiencia de volar, algo que quizá jamás volverá a repetirse en sus vidas.
Y ya ni se diga cuando al término de los actos que encabezaba se dejaba querer por la gente, la abrazaba, la apapachaba, a todos les firmaba escritos aprobando peticiones aunque no se cumplieran siempre, pedía a sus ayudantes gorras, se las ponía y al primer pretexto se la enjaretaba al primero que pudiera fuera mujer, hombre o niño, que se iban contentísimos con lo que para ellos constituía un verdadero trofeo, un grato recuerdo.
O como cuando llegaba a las escuelas y veía a los niños formados bajo el sol, pegaba el grito en el cielo, se indignaba, regañaba, les ordenaba romper filas y que se refugiaran bajo los árboles o corredores techados aunque fuera en desorden o bien enviaba a cada uno, uno a uno, paraguas para que se protegieran y de pilón accedía a tomarse con ellos todas las fotos que le solicitaban.
Fidel era abordable donde fuera que se presentara.
Por eso no dudo que sea cierto lo que me dijo Bielma Villanueva. Seguramente todas esas personas abonan a esos resultados que arrojan las encuestas a favor de su persona.
Pues once meses después de que dejó el Gobierno del Estado, el cuenqueño está de vuelta en la vida política activa del país al haber sido designado por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI como delegado para los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango, lo que lo catapultaría para una posición en el próximo Congreso federal como senador e incluso como diputado e incluso podría llegar a pensarse en una posición relevante en el próximo Gobierno federal.
Fue cierto, ciertísimo –a menos que me desmienta, lo que ya no me extrañaría– que en junio de 2005, luego de una gira por el sur del estado, comiendo en el restaurante Villa Rica de Mocambo en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, el entonces presidente Vicente Fox, quien acababa de aceptar la renuncia de Santiago Creel como secretario de Gobernación, le dijo –y se lamentó– que lástima que no era de su partido si no lo nombraba como titular en el palacio de Covián, lo que da idea de su habilidad como político.
No extraña que el CEN no le haya encargado también Veracruz. Conociéndolo como lo conocemos, hubiera puesto el estado patas arriba por su movilidad, hubiera acaparado reflectores, se hubiera apropiado de la voz cantante y hasta hubiera provocado que se dijera que había dos gobernadores. Hubiera repintado todo de rojo. Pero precisamente esa movilidad que tiene hará que en esté, sin duda, en los medios y que mueva y remueva el priismo en los estados que tiene asignados. Sus ecos mediáticos nos habrán de llegar, no se dude.
No deja de ser significativo que una entidad que le encargaron fue la de la familia del líder nacional del PRI, Coahuila, de los Moreira y no sería extraño que un día lo viéramos tomando café allá con el mismísimo Catón, Armando Fuentes Aguirre. No deja de ser significativo que le encargaron un estado señero en materia económica y financiera como es Nuevo León, donde se volverá a hablar de tú con los billetudos del poderosísimo sector empresarial de esa entidad y puenteará con el inminente próximo presidente Enrique Peña Nieto.
En fin, que aparte de los cuestionamientos acá por la deuda que heredó, está de vuelta en el primer plano político. Ya habremos de saber cuántos de sus seguidores o de políticos que no recibieron una oportunidad en el actual gobierno se le acercan cuando venga a Tamaulipas, colindante con Pánuco. Sin duda, en política no existen cadáveres. Hay de aquel que no lo tenga presente.