El ataque a El Buen Tono

Desde principios de los 60 del siglo pasado cuando en Coatzacoalcos una turba saqueó, destruyó e incendió archivos, muebles y el inmueble que ocupaba en el centro de la ciudad el semanario Gráfico del extinto periodista Javier Zea Salas, no recuerdo otro ataque dirigido contra un medio en el estado como el que acaba de sufrir ayer por la madrugada el diario de reciente aparición El Buen Tono de Córdoba.

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2011-11-07

El ataque en Coatzacoalcos ocurrió a plena luz del día ante la complacencia de las autoridades y siempre hubo la sospecha casi segura de que el ataque se fraguó desde Xalapa con la venia del entonces gobernador Fernando López Arias por la línea crítica e implacable que ejercía aquel rudo y combativo periodista.

Ahora, según los primeros reportes, un grupo de jóvenes armados irrumpieron en los primeros minutos del domingo en las instalaciones del diario que apenas comenzó a circular hace un mes, rociaron de gasolina una parte de las instalaciones y le prendieron fuego destruyendo principalmente las computadoras de la redacción.

Desde el lado oficial, a través de un comunicado de prensa, se informó que el gobernador Javier Duarte de Ochoa lamentó lo ocurrido, ordenó acelerar las investigaciones para conocer las causas del siniestro manifestando su solidaridad con directivos, comunicadores y personal que labora en el diario de reciente creación, y pidió al procurador general de Justicia, Amadeo Flores Espinosa, acelerar la investigación y el peritaje para esclarecer los hechos.

Esa tarea exige prontitud, eficacia y certeza para dejar a salvo de cualquier sospecha a la actual administración pues el atentado ocurre cuando aún resuenan los ecos del escándalo mundial por el encarcelamiento de dos tuiteros, lo que se tomó como un atentado a la libertad de expresión, pero también cuando aún pervive la acusación de que se trató de ocultar información de víctimas de la delincuencia organizada aunado a la aprobación de la ley que creó el delito de Perturbación del Orden Público, lo que seguramente ha motivado esta vez que el incendio a las instalaciones de El Buen Tono le haya dado la vuelta al mundo como noticia, lo que mete ruido al Gobierno del Estado a ocho días de que el Ejecutivo entregue su primer Informe de labores.

Esta vez, como ocurrió con el asesinato del bien recordado compañero Miguel Ángel López Velasco “Milo Vela” y su familia, del diario Notiver, el gobernador Javier Duarte actuó oportunamente, pero su expresión pública no será suficiente si en efecto no se investiga ni se resuelve como no se investigó suficientemente ni se resolvió –por lo menos hasta que no haya un informe oficial de las indagaciones del caso– en los casos en que perdieron la vida “Milo Vela” y su familia pero también, poco después, la compañera Yolanda Ordaz, del periódico mencionado. Esta es una buena oportunidad para que el nuevo procurador Amadeo Flores demuestre que no hará lo mismo que su antecesor Reynaldo Escobar Pérez, que ya lo primero que hizo correcto fue no salir apresuradamente a decir en las primeras horas del domingo que el atentado estaba relacionado con la delincuencia organizada o que los directivos del periódico tienen antecedentes penales de acuerdo a la Plataforma México.

El caso es complicado pero también tiene líneas de investigación a seguir. Por un lado la militancia política, panista, del propietario del medio, José Abella García; por el otro, la archisabida molestia que causó en la competencia la aparición del nuevo periódico; pero también algún material que se ha publicado en el diario como la fotografía del alcalde de Fortín de las Flores, César Torrecillas, con varias “edecanes” en el reciente concierto de Ricky Martin en el estadio Luis “Pirata” Fuente en Boca del Río en el que se advierte que tiene algunas “copitas demás” y está metiendo la mano a las bellas chicas mientras corea “Living la vida loca”, foto que causó revuelo en la conurbada Ciudad de los Treinta Caballeros, o los señalamientos que hace contra el actual Ayuntamiento que preside Francisco Portilla Bonilla.

El Buen Tono es una publicación diaria propiedad de Compañía Periodística de las Altas Montañas, S.A. de C.V., cuyo editor responsable es Hassan Rashid Aldama Assam y el director general Armando Martínez. Este periódico fue anunciado a finales del año pasado luego de la amarga experiencia que como candidato panista a la alcaldía vivió su propietario Abella García, quien se quejó de que “por no comprar a los periódicos, no publican mi campaña y ahora hasta encuestas manipuladas van a publicar”. Consideró que no había equidad y que los medios están cooptados y copados y creó su diario que tiene como lema “Proponemos soluciones, exigimos acciones”, un medio de comunicación “libre”, un nuevo formato “de ver las noticias” en la que, en los números que han salido, se ha notado la publicación de notas que generalmente no se publican en otros periódicos, pero donde también se da cabida a toda la información que tenga que ver con panistas, que también se minimiza o no se publica en la casi generalidad de los diarios del estado.

Abella García no ha tenido un tránsito fácil en la vida pública desde que decidió afiliarse al PAN y luego postularse como candidato por ese partido a la alcaldía de Córdoba: en abril de 2010 el abogado Jorge Reyes Peralta lo acusó de “fraude simulado” a lo que Abella dijo que se trataba de un “show” en su contra; el 7 de mayo su casa de campaña fue cateada “por error” porque presuntamente tenía armas reglamentarias; el 27 de mayo el dirigente petista cordobés Juan Carlos Fernández Zulueta consideró “excesiva” su petición al Gobierno del Estado para que le diera seguridad porque se sentía amenazado; el 1 de junio luego de que el poderoso empresario Domingo Muguira Revueltas le reiteró su apoyo condicional y reprobó que se volviera a postular una vez más a Francisco Portilla Bonilla como candidato del PRI, nuevamente el abogado Jorge Reyes Peralta lo denunció penalmente por “operación con recursos de procedencia ilícita” ya que traía un coche Ferrari rojo; el 17 de julio lo acusó un menor indigente, Luis Enrique X, de que lo había mandado llenar de caca de vaca porque no había hecho buen uso de un apoyo que le había dado y curiosamente la policía lo “encontró” lleno de caca, acusaciones que nunca se le probaron. Lo último: el pasado 12 de octubre, hace menos de un mes, le ganó un pleito legal al director de Tránsito del Estado, Carlos Demuner Pitol, quien había instruido a la delegación de Transporte Público retener sus unidades presuntamente por violar el reglamento de tránsito al invadir ruta, pero el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, de acuerdo al dictamen número 108/2011, ordenó que pueden circular los autobuses de la ruta 7 de Fortín-Córdoba-Centro-Fortín, propiedad de la empresa de Abella, tal y como lo venía haciendo desde hace varios años. En esto, vale mencionar que el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, ex correligionario suyo, le había otorgado su respaldo pues había certificado que la ruta, que recorren los autobuses desde hace siete años, fue la autorizada y refrendada ahora por la sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo. Sobre el ataque de ayer, Abella García publicó en su twitter: “me quemaron el periódico, pero no las ganas”, lo que habla de su determinación de no dejarse amedrentar.

Desde este espacio, mi abrazo y mi solidaridad con los compañeros periodistas de El Buen Tono. Me sumo también a la instrucciones del Gobernador para que se aclare el atentado, pero también, como seguramente todos los periodistas del estado, demando que se castigue a los responsables sean quienes sean. El ataque contra ellos es un ataque a nuestro libre ejercicio de expresión, a nuestro oficio, a nuestro trabajo diario. No debemos permitir más impunidad. No debemos permitir, por ningún motivo, que traten de acallar ninguna voz periodística por los motivos que sean. Vale.