FANTASMAS EN LOS MEDIOS
Dos Fantasmas del pasado de Veracruz recorren los medios de comunicación.
Eduardo Coronel Chiu
Asuntos Públicos
2020-12-07
El de Ernestina Ascencio, la mujer de origen Nahua de 73 años encontrada muerta en 2007 en un paraje de Soledad Atzompa en la sierra de Zongolica y el de Regina Martinez periodista de 47 años, corresponsal de la revista Proceso, hallada asesinada en su domicilio en la ciudad de Xalapa en 2012, son dos muertes cuyos procesos penales se han dado por cerrados oficialmente, pero que siguen atrayendo la atención en el espacio público. Cada uno ha tenido su periodo noticioso, con eventuales retornos en la agenda informativa, esta vez, concurren azarosamente en una nueva reapertura de sus temas.
Tienen en común no tanto su condición de mujer, como que sus muertes y sus respectivos procesos de investigación, están marcados con la sombra de la duda y el cuestionamiento al Sistema de Justicia Penal del estado de Veracruz y del Estado Mexicano.
Por ello ninguno de los dos casos es una historia nueva en Veracruz, como tampoco lo son el contexto político- criminal y de seguridad pública, los actores locales y nacionales de ambos dramas o las narrativas y leyendas que rodearon esos episodios. Volvieron a escena este fin de semana, cada uno movido por sus propios motores.
LA CIDH Y LA VERDAD HISTÓRICA DEL CASO ERNESTINA ASCENCIO
Un organismo de justicia internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) a petición de familiares de la víctima Ernestina Ascencio aceptó revisar el controvertido y manoseado proceso de investigación. El pasado viernes se celebró la audiencia inicial, donde las partes, el Estado mexicano y la Fiscalía de Veracruz y los familiares de la víctima, actualizaron el viejo debate sobre la causa de muerte, en particular sobre el asombroso cambio en los peritajes de médicos forenses en la necropsia, de ataque sexual a gastritis.
Este hecho inconcebible en un sistema profesional y confiable de investigación penal arruinó en definitiva su credibilidad. Como se recuerda, el peritaje inicial realizado por personal de la entonces Procuraduría General del Estado radicado en Orizaba, estableció como causa de muerte una fractura de cráneo, reportando además signos de agresión sexual por la via anal y vaginal. Se dijo entonces que la señora antes de morir había señalado a militares como agresores, así que las primeras versiones, apuntaron a que se trataba de una violación tumultuaria realizada por miembros del ejército destacados en la zona para el combate al narcotráfico. El procurador del estado era Emeterio López Márquez y el Gobernador Fidel Herrera Beltrán.
El viraje vino cuando el presidente de la república Felipe Calderón para entonces ya en alianza con el ejercito la guerra contra el narcotráfico, descalificó la versión local y aseguró la causa de muerte era » gastritis».
Se hizo un nuevo peritaje, con personal de la CNDH, desplazaron a los locales- despidieron y sancionaron a los autores de la primera necropsia y la concluyeron que la muerte se debió a pérdida de sangre debido a una úlcera gástrica, que se complicó por un viejo padecimiento de anemia.
La Procuraduría del estado declaró el no ejercicio de la acción penal y no hubo impugnación de los familiares ( ahora se quejan de que con engaños los mantuvieron 20 días en la ciudad de méxico)
En la audiencia del viernes los representantes del Estado Mexicano- incluido el representante de la Fiscalia de Veracruz, de nombre no sin ironía Hernán Cortés Hernández, ratificaron la versión oficial.
Esa es ahora la verdad histórica y por lo que se ve, el gobierno de AMLO decidió no abrir otro frente contra militares.
El proceso de revisión en la CIDH, va para largo, verificará y evaluará pruebas, eventualmente podría llevarlo a la Corte Interamericana, pero al final las resoluciones no atañen a las personas sino al Estado, para las víctimas podría haber reparación. Para las personas que estuvieron involucradas, nada.
REGINA MARTINEZ Y LAS HISTORIAS PROHIBIDAS
Un trabajo colectivo de periodismo internacional, el Cartel Project, Forbidden Stories, compuesto por 60 periodistas de 18 países, incluido de México, la Revista Proceso, relanzó el caso de Regina Martinez para reiterar el cuestionamiento a la investigación oficial y exigir la reapertura del caso.
El Pais de España, el Washington Post de USA, The Guardian de Reino Unido, publicaron reportajes del tema; En el primero de los mencionados, «Regina Martinez, el asesinato que marcó el camino para silenciar a la prensa en México», se acompaña de otro relacionado «Las Amistades Tóxicas de Fidel Herrera», que conecta los presuntos nexos delictivos del ex gobernador de Veracruz.
No extraña el enfoque de los reportajes, ya que el gremio periodístico- comenzando con la Revista Proceso para la que laboraba como corresponsal- y los activistas de derechos humanos y la libertad de expresión nunca han creído la versión oficial que descartó como móvil la actividad profesional de Regina Martinez y desechó que alguien pretendiera silenciarla por los temas que abordaba o las investigaciones que estaba realizando que supuestamente vinculaban a políticos con narcotraficantes.
La linea argumentativa de refutación no ha variado.Las sospechas a la investigación oficial provienen sobre todo del contexto de su actividad profesional, el periodismo, su enfoque en temas de corrupción política, delincuencia organizada, violencia y narcotráfico, y del clima de agresiones contra comunicadores que se desplegó en ese tiempo y que alcanzó sus mayores niveles durante el gobierno de Javier Duarte (2010-2016), sucesor de Fidel Herrera Beltrán ( 2004-2010) en cuyos periodos la presencia de la delincuencia organizada y la violencia criminal irrumpió y cobró auge en la Entidad.
La investigación ministerial concluyó que la muerte de Regina, tuvo como móvil el robo y un sesgo pasional; recibió múltiples golpes y fue asfixiada por José A Hernández el Jarocho, supuesto » novio» de Regina, según el testimonio de Jorge Antonio Hernández el Silva, copartícipe del crimen, quien luego se retractó y dijo haber sido torturado para confesar.
El Jarocho nunca fue capturado y se ignora su paradero. El Silva sentenciado a 38 años de prisión, tuvo un proceso también giros inesperados, el Tribunal Superior de Justicia- la sala del entonces magistrado Edel Alvarez Peña en el marco de conflicto por pagos comerciales con el gobernador Duarte-revocó la primera sentencia y liberaron al Silva, posteriormente lo re-aprehendieron, dictaron nueva sentencia y se sabe murió en la cárcel.
En realidad hay pocas novedades en los reportajes; una entrevista reciente de Laura Borbolla, una ex funcionaria de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) coadyuvante de la investigación por la parte federal, quien declara basura a los servicios periciales de Veracruz, la contaminación torpe o deliberada de la escena del crimen en el domicilio de Regina. Y en el reportaje de Fidel, aparte de las ya conocidas menciones como agente del grupo criminal de los Zetas, la novedad sería la reseña del monitoreo de la DEA y de la policía Catalana(Mossos d- Escuadra) durante el tiempo que aquel fungió como cónsul en Barcelona, así como los vínculos supuestamente confirmados con conocidos narcotraficante de España, sin haber actuado debido a que el corto periodo diplomático de Fidel no les permitió judicializar su caso.
Si va a reabrir la investigación penal del homicidio de Regina Martinez, como parece indicar el pronunciamiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, acompañado de su panegírico, que le ganó el aplauso fácil, señalar las anomalías procesales no es suficiente.
No basta narrar que pudo haber sido un » crimen de Estado», hay que demostrarlo en un juicio penal,
Abrir otra línea de investigación a tantos años de distancia no es procesalmente sencillo, su reto inicial será ¿ Cómo trasladar las presunciones y conjeturas a indicios o evidencias válidas en juicio que vinculen a determinadas personas como responsables del delito ?
La desconfianza en las investigaciones oficiales, alimentan especulaciones y teorías conspiratorias, plots de Thrillers políticos, que pueden o no ser verdaderas.
Cuando la leyenda se convierte en hechos, publicamos la leyenda, es una cita memorable de un Western, lo dice un viejo reportero en El hombre que mató a Liberty Valance, esperemos no sea aplicable a las leyendas de los fantasmas de Veracruz.