¿Dónde está el maestro Aristeo?

2015-09-11

La crueldad y la falta de compromiso de quienes supuestamente se encuentran encargados de garantizar la integridad humana, el día de hoy se encuentra nuevamente evidenciada. Es indignante, pero desafortunadamente es la realidad que se vive en el estado de Veracruz, la cual se encuentra a merced de la delincuencia organizada. La desesperación de una familia queda en manos de quienes al parecer sólo simulan resolver la terrible situación que viven las personas cuando un familiar es secuestrado y que no encuentran ningún tipo de apoyo en las instancias que supuestamente están diseñadas para activar mecanismo de protección para la víctima y que sólo se dedican a garantizar a los victimarios, la posibilidad de continuar enriqueciéndose a costillas de los ciudadanos que sufren en carne propia el rapto de un ser querido.

En la ciudad de Jaltipan, Veracruz, la familia del maestro Aristeo Hernández Facundo, quien pese a haber pagado por su rescate –por asesoría de la Fiscalía Especializada en Secuestros ubicada en el municipio de Coatzacoalcos- continúa sin ser devuelto a su familia.

Dejo la crónica de los hechos amable lector. Considero plasmarla la denuncia tal cual para su lectura y posteriormente para nos apoyen a la difusión de la misma en las redes sociales. Agradeceré su total y absoluto apoyo para que este material sea difundido y llegue a todos los rincones de la República Mexicana.

La denuncia

Jáltipan, Veracruz, a 10 de septiembre del 2015.- El profesor Aristeo Hernández Facundo, toda su vida fue maestro, teniendo un nivel académico de Licenciatura. Las generaciones de alumnos que pasaron por el aula donde impartió clases en el CBTIS 48 y la Bachilleres “Acayucan”, lo recuerdan con cariño y como el maestro que impulsó decididamente su formación académica. Hombre de izquierda, demócrata convencido, honesto y honorable, logró el apoyo de la comunidad que lo eligió presidente municipal en el trienio 1995-1997. La misma comunidad, hasta el día de hoy, toma como referencia de un gobierno social y comprometido con la ciudadanía, su mandato constitucional.

El 05 de agosto del año en curso, regresando a su domicilio desde la cabecera municipal de Jáltipan hasta la parcela ejidal de la que era dueño, en la carretera que une Lomas de Tacamichapan con Aguacatepec, fue brutalmente privado de su libertad y secuestrado por maleantes irredentos.

Tras su secuestro comenzó el viacrucis, la angustia atroz y la impotencia ante la brutalidad de privar de la libertad a un ciudadano probo, ejemplar y mayor de edad (65 años). Desde la clandestinidad que otorga la llamada telefónica, pronto una voz amenazante exigió dos millones de pesos a la familia, como rescate para devolverle la libertad, sano y salvo.

Dos millones de pesos que la familia jamos ha poseído ni en dinero líquido, ni en bienes raíces, lo que llevó a pedir prestado a amigos y vender urgentemente los bienes más posibles que permitieran ofrecer algo a los secuestradores.

El mismo día del secuestro recurrimos al Batallón militar acantonada en la ciudad de Minatitlán, ahí, escuchamos la conseja de que era necesario poner la denuncia penal, a pesar de que una condición de los secuestradores, era precisamente no dar parte a policía alguno. Sin embargo, nuestra voluntad familiar y ciudadana nos impulsó a solicitar la ayuda de todo cuerpo de seguridad para que se iniciara una investigación pronta y expedita que rescatara al profesor Aristeo con vida de las garras de los criminales. Así fue como acudimos al día siguiente a la Fiscalía Especializada en Secuestros ubicada en la ciudad de Coatzacoalcos, donde nuestra denuncia fue atendida por el Lic. Sinaí, quien a su vez, recomendó que la denuncia se interpusiera posteriormente al periodo de “negociación”; reconociendo la experiencia del grupo antisecuestros, se accedió en la estrategia, siendo asignado para apoyarla el comandante Jesús, quien desde ese momento se convirtió en el “negociador” dando instrucciones de cómo proceder paso a paso.

Así, pasaron 15 largos y angustiantes días, donde las llamadas aumentaban el terror sicológico sobre la familia en la amenaza constante de asesinar al profesor Aristeo, finalmente, los delincuentes aceptaron la cantidad de doscientos cincuenta mil pesos, los cuales fueron juntados con grandes esfuerzos y se convino su entrega el día 21 del mes de agosto, previo acuerdo con el consejero comandante Jesús.

Los delincuentes recibieron el dinero, no entregaron al profesor Aristeo y simplemente dijeron que estaba “todo bien y lárgate que te seguiremos vigilando a

donde vayas”, recogieron teléfonos que habían servido de herramientas y se fueron sin decir más. Los tres días siguientes, el silencio se volvió siniestro, premonitorio de desgracias y de muerte, el mismo comandante Jesús se retiró del domicilio, en una despedida poco alentadora.

Después, recibimos la llamada del grupo antisecuestros de la fiscalía, para que se iniciara la “investigación ministerial”. Los días corrían en contra de la vida del profesor Aristeo, mediando el procedimiento, llamaron a declarar a la compañera del profesor, señora Alicia y a otros familiares, para que hace dos semanas el Lic. Sinaí, escuetamente dijera: -¡Es técnicamente imposible hallar con vida a la víctima!

Ahora, el tiempo está parado, ni siquiera luto podemos guardar porque no se sabe nada del profesor Aristeo y las investigaciones, ya no son para rescatar con vida a la víctima sino para dar con sus asesinos.

De nada sirvió el protocolo de negociación, tampoco las “pesquisas” que desconocemos si realmente las hizo el “grupo antisecuestro” como las técnicas de rastreo de llamadas, a las que las compañías están obligadas a realizar cuando media una acto criminal, el hecho está, que la propia autoridad, responsable de prevenir y resolver los secuestros, en voz de uno de sus integrantes y luego de que se siguió todo su protocolo de “negociación” da por muerto al profesor Aristeo.

Familiares, amigos y ex alumnos nos sentimos indignados por este acto criminal, pero sobre todo, por la incapacidad manifiesta de los órganos garantes de administrar justicia con prontitud y expedito, al no realizar todo lo humanamente posible por rescatar con vida al Profesor Aristeo Hernández Facundo.

Exigimos al gobernador Javier Duarte de Ocho que gire instrucciones a la fiscalía especial antisecuestros para que investigue con mayor ahínco el secuestro de profesor Aristeo y lo libere de sus captores y si lo han asesinado, Dios no lo quiera, capture a los delincuentes y los castigue con todo el peso de la Ley. Además, que solicite el apoyo de la federación, del ejército y de la marina, para erradicar la ola de violencia, asesinatos y secuestros que tiene asolada toda la zona sur de Veracruz y particularmente el municipio de Jáltipan, donde en una sola tarde han muerto varios ciudadanos a manos de sicarios y hasta se han robado, cajeros automáticos, arrancándolos, en plena luz del día. El Estado no es fallido por el simple capricho de los ciudadanos, sino por la plena incompetencia del gobierno en turno que, por acción u omisión, no garantiza a los ciudadanos la seguridad de sus vidas y sus pertenencias y en esto, el representante del Poder Ejecutivo de quien depende la Fiscalía, al no estar pendiente de la eficacia y eficiencia que la fiscalía ministerial debería responder ante la ola de crímenes a manos de narcotraficantes y secuestradores.

¡El Profesor Aristeo Hernández Facundo debe ser rescatado con vida! ¡Esa es la exigencia de la familia Hernández Facundo! ¡Y dada la naturaleza de cómo opera el crimen organizado, demandamos al estado se garantice la seguridad y vida de toda mi familia! ¡Urge se ponga un alto a la delincuencia en México, en Veracruz, pero muy especialmente en Jáltipan, donde se ha perdido la paz y armonía que nos distinguió en otros tiempos!