+Han iniciado ataques al próximo Gobierno, ex Subsecretaria de energía (2012-2016) quien desde un reciente artículo publicado, ha lanzado una serie de acusaciones.
Nacionales
SINEMBARGO.mx - 2018-10-30
Cuando deberían estar avergonzados por el daño que le han hecho a México, ex miembros del gabinete federal han iniciado ataques al próximo Gobierno. Me refiero a Lourdes Melgar, ex Subsecretaria de energía (2012-2016) de Enrique Peña Nieto, quien desde un reciente artículo publicado en el diario español El País[1] ha lanzado una serie de acusaciones con la clara intención de sembrar la duda en el sector y desestabilizar la política energética del próximo Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Dice Lourdes Melgar que “la soberanía nacional no reside en producir gasolinas”, en alusión al objetivo del próximo Gobierno. Dra. Melgar, si hoy los EU decidieran dejar de exportarnos gasolina (o gas), nuestra economía se paralizaría por un periodo incierto. En tanto accediéramos a una alternativa de abastecimiento estable, nuestra economía se desestabilizaría quizás por años. Pero a ustedes no les importa mucho la soberanía nacional, lo cual nos demostraron cuando entregaron el mercado de la gasolina –y de todo el sector energético- a empresas extranjeras. Aún antes de la entrada de las gasolineras extranjeras –que hoy nos venden la gasolina a precios nunca antes vistos en este país petrolero-, desde la subsecretaría a su cargo salieron los planes para la rampante importación de gasolina de los EU a Pemex. Por eso hoy, 75 por ciento de la gasolina consumida en el país es de importación. A ustedes, Dra. Melgar, se debe que México haya perdido su seguridad energética.
Junto con la descontrolada criminalidad y excesos de corrupción durante el sexenio de Peña Nieto, gobierno del que usted ha sido pieza clave Lourdes, el rechazo a su política energética es otra de las causas por las que México decidió sacarlos del poder el pasado 1º de julio. ¿No han entendido el mensaje?
Dra. Melgar, justamente durante el periodo en que usted estuvo en la Secretaría de Energía es cuando los ingresos petroleros se desplomaron del 38 al actual 8 por ciento de los ingresos públicos; y gran parte de ese faltante en las arcas nacionales está yéndose a los bolsillos de empresas extranjeras. Ese es el dinero que hoy falta en nuestros hospitales, en nuestras escuelas, en nuestras carreteras y en nuestros bolsillos.
Las empresas extranjeras les deben mucho a todos ustedes. Quizás por eso gran parte del gabinete energético de Felipe Calderón y ahora del de Enrique Peña se han ido al extranjero, muchos de ellos recompensados por sus servicios al ser nombrados como consejeros y accionistas de compañías petroleras y de electricidad extranjeras, así como académicos en centros de investigación (think tanks) financiados por empresas transnacionales de energía. Esta es una modalidad de conflicto de interés –y de falta de ética- conocida como “la puerta giratoria”.
Lourdes Melgar señala que con la reforma energética que ella y la administración Peña nos impusieron “la exploración y la extracción de hidrocarburos se mantiene como áreas estratégicas del Estado”; sólo falta que nos aclare a qué Estado extranjero se refiere, pues después de décadas de superávit en el sector petrolero, desde 2014 somos importadores netos del sector.
Dice también que “el gran reto de disminuir la dependencia de Estados Unidos no está en las importaciones de gasolinas sino en el gas natural”. Está en ambas, Sra. Ex Subsecretaria. Hoy en día, la gasolina y el diesel tienen elevados coeficientes en la matriz insumo-producto de la economía mexicana, por lo que los altos costos de estos combustibles se transfieren al precio de los bienes y servicios y deteriora día a día la calidad de vida de todos los mexicanos. Sí, también de los pobres, pues su impacto en la canasta básica es particularmente alto. Esto me recuerda al aún Secretario de Economía Ildefonso Guajardo, quien hace poco afirmaba en su comparecencia ante el Senado que “los pobres no comen gasolina”.
Le recuerdo a la ex subsecretaria Lourdes Melgar que tenemos los actuales problemas de desabasto de gas nacional porque su administración hizo un desbalance energético al disminuir la producción de electricidad de las plantas hidroeléctricas y sacaron del mercado plantas de ciclo combinado de la CFE para darle entrada a la iniciativa privada con plantas de gas; Gas que no tenemos y que al caerse la producción petrolera también disminuyó la producción de este energético en consecuencia;
Por lo que en la práctica corrupta de este sexenio aprovecharon para dar entrada a grandes negocios para hacer gasoductos a compañías como la corrupta Odebrecht, así como meter al negocio a políticos que aprobaron la reforma energética, a través de empresas que participaron en la construcción de los ductos Los Ramones.
Lourdes Melgar parece desconocer que hay varios problemas sociales que deja esta administración precisamente al pasar por encima de la propiedad privada y no consultar a las comunidades para meter gasoductos. Por ejemplo, hoy TransCanadá y otras compañías tienen proyectos inconclusos con grandes pérdidas porque no han podido conectar una infraestructura derivado de la irresponsabilidad, corrupción y soberbia con la que actuaron ella y los demás funcionarios que despacharon en la SENER.
Se le olvida a Melgar que Rocío Nahle advirtió desde hace tiempo (debate en el Senado, 2008) que la política neoliberal estaba cortando el suministro de gas a las petroquímicas y por ello los privados estaban haciendo cuantiosas importaciones para producir petroquímicos secundarios, reportando un gran déficit por la falta de visión productiva; Política que continuaron y que hoy ni mencionan. Hoy, bajo la capa de transición energética, lo que en realidad les ocupa son los negocios de amigos y socios.
Mucho hace Andrés Manuel López Obrador al no hablar en estos momentos de reformar los Artículos 25, 27 y 28 Constitucionales, que la saliente administración traidora modificó. Ellos tuvieron su oportunidad y lo hicieron mal. Lo menos que ahora pueden hacer, es permitir que otros arreglen el desorden que ellos dejaron.
También señala la ex subsecretaria Melgar que “resulta desafortunado construir refinerías…”, que “la inversión es cuantiosa” y que con ello “se incrementarían las emisiones (de dióxido de carbono)”. Si la gasolina se refina en refinerías mexicanas o extranjeras no disminuye necesariamente la huella de carbono de nuestra economía. La solución estaba en acelerar la transición energética de este país, aunque nunca encontraron la fórmula.
Sus argumentos, Dra. Melgar, son geniales para entregar el negocio de la gasolina a empresarios de los EU; Al decir que ya estamos a un pasito de la transición energética, fingen ignorar el hecho de que dicha transición energética llevará décadas aún; Décadas en las que nuestro parque vehicular seguirá dependiendo en gran medida de gasolina y diesel, por lo que la transferencia de riqueza nacional a los dueños de las refinerías extranjeras será una verdadera descapitalización del país por unos veinte años más.
Simplemente, la Unión Europea, cuyos países son la vanguardia la implementación de energías limpias, se ha propuesto como meta al año 2030 producir el 32 por ciento de su energía por medio de fuentes renovables. Nuestro país tardaría unos diez o quince años más que ellos en alcanzar esos niveles. Dicho sea de paso, por la reforma energética que aprobaron PRI, PAN y el Partido “Verde”, los escasos proyectos de energías renovables que empiezan a realizarse en el país son minúsculos y predominantemente de empresas extranjeras, pues esta legislación carece de estímulos a la investigación y el desarrollo de energías renovables nacionales más allá de la simulación, pues su gran preocupación ha estado en abrirle la puerta a las empresas transnacionales y no a la transición energética, por lo que realmente me sorprende esta repentina preocupación de la ex subsecretaria por el cambio climático.
La ex subsecretaria Melgar también presume como uno de sus logros que “La crisis de desabasto (de gas) de 2011-2012 se atacó ampliando la red de gasoductos en más de 7.000 kilómetros, lo que permitió tener acceso a la oferta más competitiva del mundo (EU)”; Sra. Melgar, los esfuerzos de la política energética del país no debieron orientarse a aumentar nuestra dependencia energética de los EU, sino a reducirla por medio de un aumento de la capacidad de producción nacional.
Para referirse a los integrantes del próximo gabinete energético, titula usted su artículo “¿ideología o pragmatismo?”, queriendo abrir una rendija de desconfianza en quien lo lee al insinuar casi al final que se trata de personajes con ideología. Nuevamente se equivoca. Si alguien en este país conoce las entrañas del sector energético es la próxima Secretaria de Energía, la Ing. Rocío Nahle, a quien ni su ex jefe, el aún titular de esa Secretaría, Pedro Joaquín Coldwell, ha podido refutarle uno solo de sus cuestionamientos desde el Congreso de la Unión. Lo mismo pasa con los demás miembros del gabinete energético del gobierno entrante, de quienes me consta su profesionalismo y entrega. Por cierto, Rocío Nahle es la primera Ingeniera Química con especialidad en Petroquímica que llega a la secretaria que despacha el sector energético: por fin no será un tecnócrata aprendiz de todo y nada quién dirija esta área.
Para estar en el gabinete energético de este país ya no basta con tener conocimiento del sector, Dra. Melgar, ahora además hace falta ser honesto y tener un alto valor nacionalista para defender los intereses de todos los mexicanos, y no estar al servicio de empresas y gobiernos extranjeros.
Usted quiere sembrar la duda sobre el nuevo gabinete acusándolos de ideologización, pero aquí los únicos ideologizados son ustedes: su ideología es el fundamentalismo de mercado, mismo que ha colapsado la producción nacional de hidrocarburos, además de tener salpicado al sector entero de la corrupción más cínica que haya padecido este país.
Dra. Melgar, ustedes creen que los mexicanos somos tontos y que no sabemos que ustedes son los responsables de que de 2012 a la fecha se haya duplicado el precio de las gasolinas, haya caído en 43 por ciento la elaboración nacional de gasolinas y diesel, se haya reducido en más de un tercio la producción nacional de petroquímicos y que haya caído en 21% la producción nacional de gas natural a pesar de la creciente demanda. Tan solo en 2017, el déficit comercial petrolero fue equivalente al 99% del déficit comercial de toda la economía mexicana, lo que refleja el enorme daño que el mal manejo del sector energético le ha hecho a la economía mexicana. Eso sí debe sembrar la duda entre los inversionistas nacionales y extranjeros.
A ustedes les quedó muy grande el cargo, pues nos entregan un desastroso sector energético, demostrando no sólo tener la ideología equivocada, sino, a juzgar por estos resultados, además carecer de pragmatismo, que es de lo poco que podían presumir los tecnócratas del viejo régimen. Así pues, si a evaluación vamos, ustedes están reprobados.