Mejora perspectiva sobre AMLO e inversionistas extranjeros vuelven a México
+El acuerdo del Gobierno con los bonistas del NAIM devolvió confianza a los fondos extranjeros.
Nacionales
El Financiero - 2019-01-07
Los inversionistas extranjeros volvieron a recurrir a la deuda local del gobierno mexicano durante las últimas semanas de 2018, atraídos por la nueva confianza en el presidente Andrés Manuel López Obrador luego de que llegara a un acuerdo con los tenedores de bonos de un aeropuerto y propusiera un presupuesto responsable.
El porcentaje de deuda soberana mexicana denominada en pesos y en manos de extranjeros subió 2 puntos porcentuales en diciembre a 61.7 por ciento, el nivel más alto desde agosto, según datos del Banco de México.
Las cifras corresponden al periodo que concluye en Navidad. El peso avanzó 3.5 por ciento y el rendimiento del bono soberano en dólares de referencia bajó 14.6 puntos básicos durante el mismo período.
"Los niveles se volvieron muy atractivos y un presupuesto más constructivo y disciplinado atrajo de vuelta a los compradores", comentó Jens Nystedt, gerente senior de cartera de EMSO Asset Management en Nueva York.
"Espero una fortaleza continua mientras el gobierno cumpla con el presupuesto disciplinado y los rendimientos de los mercados desarrollados sigan siendo limitados".
A finales del mes pasado la Secretaría de Hacienda informó que tuvo un respaldo mayoritario en la oferta de recompra de bonos del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.
Según fuentes cercanas de Bloomberg, el 70 por ciento de los tenedores de bonos participaron en la oferta.
La oferta del Gobierno era por mil 800 millones de dólares, de un total de 6 mil millones emitidos para financiar la obra de Texcoco, la cual el Gobierno de López Obrador pretende cancelar.
Grupos de bonistas se mostraron resistentes a la primera oferta del Gobierno, que era de 90 dólares por cada 100 en tenencias, más un estímulo total de 5.75 dólares.
Esto llevó al Gobierno a elevar la oferta a 100 dólares por cada 100, más un estímulo de 10 dólares a quien vendiera sus bonos, o 10 dólares a quien no vendiera pero aceptara cambiar las condiciones del trato, que fundamentalmente se trataba de desligarlos del NAIM, el cual se pretende cancelar.