+ Columna del C.P. Renato P. Vázquez Chagoya, director del Semanario Sotavento
Zona Sur
Renato P. Vázquez Chagoya - 2015-01-06
Históricamente existe la idea que el uso del Istmo de Tehuantepec para el transporte de mercancías de un océano a otro, fue concebido por el conquistador y colonizador de la Nueva España, Don Hernán Cortés, quien intentó que funcionara en su tiempo.
Relata Enrique Cárdenas de la Peña, en su obra “Escondite de Culebras, que “… (Hernán Cortés) busca la forma de utilizar el Coatzacoalcos como un medio de comunicación a través del propio Istmo; a poco, anclas, cables y aparejos empiezan a ser llevados desde Veracruz a Coatzacoalcos por barco, cargados allí en canoas de bajo calado para navegar río arriba, y transportados luego por los indígenas, a cuestas, desde loas fuentes del río Coatzacoalcos hasta el litoral del Pacífico”.
Sin embargo: “el sueño de Las Hibueras, y el de Tehuantepec también, se extinguen en el devenir de Hernán Cortés. Ambos tienen estrecha relación con los primeros años vividos por los pobladores de Coatzacoalcos”.
Uno se pregunta si la comunicación entre el Golfo de México y el Océano Pacífico sería una idea concebida originalmente por Hernán Cortés o, como parece ser, era consecuencia de un reiterado y permanente uso del río Coatzacoalcos de la gente que habitaba el Istmo de Tehuantepec.
Y esto puede deducirse de la Relación Geográfica que en 1580 elabora Suero de Canga y Quiñones, cuando asienta que en la Provincia de Coatzacualco, Villa del Espíritu Santo “Hay diferentes lenguas, que es mexicano corrupto, popolucas y mixtecos y ZAPOTECAS”.
De tal manera que de ello puede inferirse que era común el intercambio humano del Pacífico al Golfo de México, y a la inversa, de tal manera que se realizaba una estrecha convivencia entre gentes de todo el Istmo de Tehuantepec y por lo tanto, la idea que tuvo Hernán Cortés, pudo haber nacido de la información que recibió de sus fuentes.
Posteriormente, Gaspar de Zúñiga y Acevedo, virrey de la Nueva España, en 1604, dejó a su sucesor unos “Advenimientos Generales”, donde con especial interés advierte como “se ha conseguido con efecto el deseo de algunos virreyes pasados de abrir camino carretero a Tehuantepec, costa del Mar del Sur, desde río de Coatzacoalcos, y de la utilidad que es”.
“Realmente –consigna Enrique Cárdenas de la Peña– Martín Enríquez de Almanza y Luis de Velasco hijo, amén del propio conde de Monterrey, han perseguido la idea de concluir un camino que yendo de las fuentes de Coatzacoalcos a Tehuantepec, permita con cierta facilidad el transporte de artillería y herraje para los barcos de Manila a través de tal ruta, iniciada en el Golfo en la embocadura, y luego remontada por el curso del río, con cauce final por tierra hasta el Pacífico”.
Desafortunadamente para nuestra historia, no existe documentación que confirme la creencia de que la convivencia entre los pueblos del istmo de Tehuantepec, ahora oaxaqueños y veracruzanos, hayan sido permanentes, cotidiano y comunes, desde antes de la Conquista y de la Colonia española, más que el indicio de la lenguas que se hablaban en la Provincia de Coatzacualco.
Muchos intentos
Mucho se ha escrito y mucho se ha proyectado respecto al uso y utilización del istmo de Tehuantepec como un medio económico, fácil, adecuado, benéfico y prometedor para el transporte de mercancías, que cruzarían la parte más estrecha de la república mexicana, para recibir en cualquiera de sus extremos y llevar hacia el otro, lo que se requiera transportar.
Los intentos más recientes, fue en la década de los setenta del siglo XX, cuando se creó la Comisión Integral de Desarrollo del Istmo de Tehuantepec, en el gobierno del presidente de la república Luis Echeverría Álvarez y que dirigía el licenciado Hugo Cervantes del Río a nivel federal y, a nivel estatal, el gobernador Rafael Hernández Ochoa. A nivel local, correspondió al licenciado y ahora magistrado Edel Álvarez Peña, ocupar el puesto ejecutivo de tal comisión.
Se siguió tocando el tema y en 1996, todavía se convocó a su estudio para revivir tal propósito.
En el ayuntamiento anterior al actual, siendo presidente municipal Marco Theurel Cotero, presentó un estudio para motivar a la puesta en marcha de un sistema de comunicación interoceánica que fomente la actividad económica del istmo de Tehuntepec, siendo los principales beneficiario los puertos marítimos de Salina Cruz y Coatzacoalcos.
Todo parece indicar que el proyecto se le hace imposible a nuestras autoridades federales, que nada más “soban” el proyecto pero no definen ninguna acción al respecto.
Nace otra opción
El pasado 29 de diciembre de 2014, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua y el empresario chino Wang Jing, dieron el banderazo de inicio a la construcción del Gran Canal Interoceánico, en una jornada marcada por protestas campesinas en distintos puntos del país
Este canal tendrá una inversión de 50 mil millones de dólares, según su constructor HKND de Hong Kong y tendrá una extensión de 278 kilómetros, tres veces y media que el de Panamá, que tiene una longitud de 77 kilómetros y atravesará 8,624 kilómetros cuadrados del Gran Lago de Nicaragua, de agua dulce y el mayor de América Central, que pudiese ser afectado según los ambientalistas
Según los constructores, se prevé que la obra dure cinco años y que su operación se inicie en el año 2020. El tiempo de construcción de este canal tomará la mitad de lo que se utilizó para construir el de Panamá, que fue de diez años. Hay que ver que después de un siglo la técnicas y equipos son muy diferentes a los de 1914 en que se terminó el de Panamá.
Durante la construcción del Canal de Nicaragua, según el constructor se utilizarán 50 mil trabajadores directos y otros 20 mil indirectos.
La profundidad del Canal de Nicaragua será de entre 23 a 52 metros, cuando el de Panamá tiene por el lado del Atlántico 12.8 metros y por el Pacífico, 13.7 metros. El río Coatzacoalcos tiene una profundidad promedio de 21 pies, algo así como siete metros.
¿Qué esperamos?
Sin embargo, a diferencia de Panamá que es una realidad, del de Nicaragua que ya inició su construcción y el de México, que sigue todavía en propuesta, hay mucha distancia, que visto a los ojos de los señores del dinero cada día que pasa se vuelve poco atractivo.
Tendremos que suponer entonces, que el Corredor Transístmico todavía tardará algunos días, sino es que años, en concretarse.
Esperemos con grandes ilusiones...