+ Texto del C.P. Renato P. Vázquez Chagoya, director del Semanario Sotavento
Zona Sur
Renato P. Vázquez Chagoya - 2015-01-11
Hoy, precisamente hoy, hace un año, falleció mi hermano César Augusto Vázquez Chagoya.
Y ayer, 11 de enero, cumpliría don Palemón Vázquez Atilano, mi padre, si estuviera en este mundo, 98 años de vida. Y reflexiono, sí los vive, porque vive en nuestro recuerdo y en nuestros corazones, desde 1971 en que físicamente nos abandonó. Vive en nuestras acciones y reacciones, porque de él heredamos parte de nuestra naturaleza.
Ignoro sí César Augusto, sabiendo de lo mortal de su mal, planeó reunirse con mi padre y mis hermanos Guillermo Enrique y Jorge Eduardo, en esa fecha en que dio inicio el origen de nuestra familia por la vía paterna.
Lo ignoro y nunca lo sabré.
Lo que sí sé es que su ya no estar físicamente hace más profunda la ausencia del mi padre y de mis tres hermanos, uno mayor y dos menores que yo.
Me gustaba cuando estábamos completos, mis padres y mis hermanos, porque estábamos descubriendo nuestro mundo de responsabilidades, nuestras capacidades y nuestras perspectivas.
Estábamos en el punto en que arrancaríamos nuestros pasos para ir en busca de la vida y de nuestras esperanzas.
No hubo mejor época que esa. Donde compartíamos nuestros sueños y nuestros afanes en busca de la realización.
Después, con la muerte de mi padre Don Palemón, seguimos sus pasos y también elegimos cada uno su camino. Establecimos retos, muchos se cumplieron, otros se perdieron en el olvido y otros, los más se alcanzaron.
Don Palemón no nos dejó bienes ni dinero. Nos dio las armas para enfrentar el futuro, nuestro futuro y nos dejó la herencia de un respeto total de la comunidad a su trabajo, a su participación social y deportiva, a su conducta y a su vida.
Creo, que la herencia de Don Palemón hacia nosotros fue más que suficiente a través del ejemplo. No hay ni hubo más valioso que eso.
Siempre estaremos agradecidos con el amor de Don Palemón.
Don Palemón disfrutó mucho a César Augusto
Cuando ya Don Palemón nos mantuvo estudiando a los hermanos mayores: Carlos Alejandro, Fernando Arturo, Guillermo Enrique, Renato Palemón, Elsa Henrieta y Jorge Eduardo, en la ciudad de México, inició la aventura de dirigir la Liga de Béisbol Infantil y Juvenil de Minatitlán, también llamada “Liga Pequeña”, desde 1962 hasta 1971. Ya antes, Don Palemón había encabezado durante 20 años, la creación, mantenimiento, desarrollo y esplendor del equipo de basquetbol “Minamex”, que hizo historia en el deporte minatitleco. También se había organizado con otras personas un club de “andadores”, llamado Netzahualcóyotl, con el que recorrió toda la región sur.
Cuando César Augusto tenía algo así como nueve o diez años, fue que compartió sus momentos libres en las horas de entrenamiento en la Liga Pequeña de Béisbol. Si había que jugar alguna posición, a César Augusto lo pusieron de cátcher, hasta que cumplió los doce años, que es la edad que abarcaba la Liga, en que dejó de jugar béisbol. Sus ansias deportivas de César Augusto no terminaron ahí. En la secundaria, practicó el fútbol y abrazó la pasión de su vida: La política.
Fue en el paso de la secundaria de César, que sufrimos la muerte de nuestro padre en un 14 de septiembre de 1971.
Después emprendería César Augusto la ampliación de conocimientos y empezó a estudiar bachillerato en Xalapa y allá mismo, en la Universidad Veracruzana empezó la carrera de abogado.
Ya encarrerado y con la cercanía de sus amigos de las mismas inquietudes, emprendió sus actividades políticas en le MNJR, en el sector popular y en otras agrupaciones que no recuerdo. Total, abrazó el apasionante mundo de la política.
Ocuparía puestos relevantes, desde síndico del ayuntamiento de Minatitlán, diputado local por del distrito de Cosoleacaque, subdirector de la Policía Judicial del Estado, delegado de Seguridad Pública en la cuenca del Papaloapan, y ocupó distintos cargos en la administración pública estatal. Su especialidad era la información política y social de todo el Estado.
Algo cambió en su enfoque de vida al término del gobierno de Patricio Chirinos Calero, porque cortó de tajo con su dependencia directa con el gobierno y se hizo comentarista político o mejor dicho, columnista político.
Y fue más allá, fundó varios medios impresos, a los que dio impulso y eran medios obligados de consulta de los políticos por lo bien informado que estaba.
Eso era la característica de sus comentarios y artículos: la información a profundidad de los temas.
Mucha gente que lo leía preguntaba: ¿Tu hermano César no tiene miedo de que lo maten?
Como se nota su ausencia
Acostumbrado a hablar telefónicamente varias veces a la semana con él, lo extraño como no se imaginan.
Admiré de él su inteligencia, carácter y su temple.
Luchó por estar bien y consciente hasta el último día de su vida.
Un día antes de su muerte, pretendía salir de su casa para realizar varias diligencias que tenía pendiente. Él argumentaba que sus asuntos lo estaban esperando.
Su amada Magdalena Baizabal Pozos, alarmada, llamó por teléfono para que hablara con él y lo persuadiera de que no saliera a la calle. Me contestó la llamada y afortunadamente hizo caso.
Dice Magdalena que se calmó y que subió con ella, se instalaron en la sala de su casa, disfrutando César Augusto de su compañía y la de sus menores hijos Zarina Abril y Julio César, durante todo el sábado 11 de enero de 2014, cuerdo, alerta y totalmente consciente.
Al día siguiente ya no despertó.
Durante todo el día se le asistió medicamente, pero el cáncer que padecía ya no le permitió regresar a la vida ni a los suyos.
Ahora, no sé qué sea más difícil, si la vaciedad de que ya no podemos leer sus artículos que entrañan lecciones permanentes de historia y de política, o los aterradores sentimientos de que ya nunca más lo volveremos escuchar: Hale, hale, hale, para decirnos: Adelante, adelante, adelante.
Y en su honor, diré que como todo hermano tuvo sus fallas, pero su corazón filial fue grande, inconmesurablemente grande al extremo de quedarse sin nada cuando alguno de nosotros necesitó de su apoyo y de sus recursos.
Y también en su honor, diré que fue como todos mis otros hermanos. Generoso y humano, sumamente humano.
Que su ejemplo nos siga dignificando como seres humanos y que su cariño lo sigamos disfrutando con sus actos.
Y que su vida se prolongue en la grandeza de sus hijos Olivia del Carmen, César Augusto, Alejandro Magno, Dante Alfonso, Zarina Abril y Julio César.
Hale, hale, hale.
Misa hoy en la Cristo Rey
En punto de las seis de la tarde, se oficiará una misa de cabo de año en memoria de César Augusto, en la iglesia de Cristo Rey, de la colonia Nueva Tacoteno. Agradeceremos su presencia.