#ArrierosSomos: MI MAMÁ NO SE QUEDÓ CON LOS 30 MDP DEL PUENTE; FUE POLO TORRES
+ Columna del C.P. Renato P. Vázquez Chagoya, director del Semanario Sotavento
Zona Sur
Renato P. Vázquez Chagoya - 2015-02-23
“Fue Polo Torres”, dijo Ciro Porras a Rosalinda Morales, de Imagen del Golfo, publicada en la página dos de la sección principal de Diario del Istmo, del pasado 18 de febrero del presente año.
Claro que se refiere al asunto de la construcción del puente Minatitlán-Capoacan, que se inició en el último semestre de la administración municipal de Guadalupe Porras David, por el que se adelantó al contratista la cantidad de 45 millones de pesos y que los ayuntamientos siguientes están pagando a Banobras, sin que se haya construido tal puente.
Desde luego, Polo Torres García ignoró todo lo referente a la construcción del puente señalado, pero no ignoró la obligación de pagar a Banobras las cuotas pactadas hasta su total liquidación. Tampoco gestionó Polo Torres se aclarara con el contratista lo referente a la situación económica del convenio entre éste y el ayuntamiento y sí, como era la intención original, de continuarla y terminaría.
La celeridad con que Guadalupe Porras celebró el contrato, dicen que sin licitar la obra, la entrega inmediata y sin mayor trámite del anticipo en dos partes -30 millones de Banobras y 15 de Pemex-, la nula y escasa obra que se apreció en las márgenes del río Coatzacoalcos, rumbo al Jagüey, es lo que mueve a sospecha.
Si el argumento de Polo Torres para suspender o ignorar la construcción del puente fue de que en tiempo de lluvias el Playón Sur se inunda y los vehículos no pueden pasar en un periodo que va de un mes a tres meses, entonces no tenía razón alguna para suspenderlo, porque lo mismo se inunda en el Playón Sur como en el Jagüey, en donde tampoco se puede pasar y que es la única vía de comunicación con el área rural, ya que el chalán que trasladaba vehículos de y hacia Capoacan tiene tiempo que dejó de funcionar. Y, Polo Torres debió haber considerado que la mayor parte del año sí sería utilizable.
En esencia Ciro Félix Porras, basa su creencia de inocencia de su señora madre, en que el Orfis y la Legislatura dan por aprobadas las cuentas públicas del ayuntamiento que presidió Guadalupe Porras David y que no existe interés alguno en deslindar responsabilidades en ninguno de los ámbitos de gobierno, superiores al municipal.
Ciro también argumenta que los señalamientos que sufre la moral de su mamá obedecen a los tiempos electorales. Nada más que hay que aclarar que Guadalupe Porras David no es candidata a ninguna diputación federal en este año. Y, en lo que respecta a Isabel Morales Aguirre, es posible que esté “agarrando aire” con esta postura, que es razonable, legal y necesaria.
Isabel Morales le da la razón a Ciro Félix Porras
Ironía aparte, Isabel Morales Aguirre, dijo a la reportera Tere Carrasco de Imagen del Golfo, según publicación del pasado 19 de febrero del presente año, en la portada de la sección Minatitlán: “Ciro dice la verdad”.
Amplió Isabel la información: “La exalcaldesa no se quedó con 30, fueron 114 mdp”.
Esos 114 millones de pesos, se originan por el préstamo de 69 millones de pesos que hizo Banobras al ayuntamiento de Minatitlán, 15 millones de pesos que aportó Pemex, 18 millones de pesos que pagó la administración de Leopoldo Torres García y 12 millones de pesos que ha pagado la administración actual, que se continuará pagando hasta que se cubra en totalidad el crédito que Banobras otorgó al ayuntamiento de Minatitlán.
Isabel Morales Aguirre dice que desea “que Guadalupe Porras David devuelva el dinero de los minatitlecos, incluyendo la parte que se llevó Leopoldo Torres, porque a pesar de que sabía que nunca existió el puente Capoacan, destinó indebidamente 18 millones de pesos para esa obra”.
Sentencia Isabel: “Ni Guadalupe Porras ni Leopoldo Torres son unos inocentes, ellos son abogados, sabían perfectamente lo que hacían, y sí, le robaron a Minatitlán”.
Concluyó: “No podemos permitir que estos ladrones se hayan llevado más de 248 millones de pesos”.
Iguales defectos, iguales errores
Tanto Guadalupe Porras David como Leopoldo Torres García terminaron peleados con sus amigos, con la mitad de la ciudadanía, con los empleados municipales, con los empleados de confianza, con los proveedores, con los prestadores de servicios, con transportistas, con los campesinos, con los pescadores, hasta con los propios ediles de “su” ayuntamiento, etc.
Ninguno de los dos, vergonzosamente, presentaron el tercer informe a la ciudadanía, temerosos de sufrir reclamaciones públicas por su mala actuación y por su trato.
A Guadalupe Porras, varios comerciantes le fueron a tirar basura frente al palacio municipal y los transportistas materialistas tiraron desechos fétidos frente a su domicilio particular.
Sin embargo, hay que reconocer que ninguno de los dos padece “sentimiento de culpa”, ya no digamos vergüenza, porque están bien protegidos y amparados, gozando del reconocimiento partidista y sindical. Una en Xalapa, Ver., en la CNOP estatal y el otro, en México, D. F., como comisionado sindical en el STPRM.
También hay que reconocer, que ante la indignación o ante la indiferencia ciudadana o gubernamental, ambos, realizan sus actividades políticas y laborales en lugares estratégicos para librar las culpas públicas que cometieron.