#ArrierosSomos: CINCO MINUTOS POR FAVOR

+ Columna del C.P. Renato P. Vázquez Chagoya, director del Semanario Sotavento

Zona Sur

Renato P. Vázquez Chagoya - 2015-08-10

Es recurrente y aclaro, no estoy criticando.

Cuando se conversa con alguien, recurrimos a las frases de “Si Dios quiere”, “Con la gracia de Dios”, “Alabado sea el Señor”, “Bendito sea el Señor”, “Gracias a Dios” y otras similares, que ya son cotidianos en nuestras conversaciones y que ya son parte de nuestra lenguaje, las decimos de manera mecánica.

Le digo a un amigo pastor de uno de los templos cristianos que existen en nuestra región, que el repetir esas frases hace que Dios se distraiga, que en vez de poner atención a los múltiples y graves problemas que existen en la Tierra, cada vez que alguien lo menciona, distrae su tiempo y su atención a escuchar esas plegarias.

Le argumento que cuando despertamos de nuestros sueños, Dios ya nos dio permiso de vivir y de hacer en ese día y si nos dio permiso de vivir y hacer ese día, es que está contemplando darnos permiso por los días venideros. Que eso tenemos que agradecerlo al inicio del día, cuando despertarnos y al retirarnos a dormir.

No quiero discutir de religión ni de la costumbre de decir lo que nuestro corazón siente.

Lo que quiero pedirles, es que hoy, a las diez de la mañana, no digan ninguna de esas frases que distraiga a Dios.

De diez de la mañana a las diez con cinco minutos, por favor déjenmelo a mí solito. Quiero sólo esos cinco minutos con Dios.

Porque quiero que oiga mi voz y mi ruego.

Señor, dale a mi hermano Fernando Arturo el alivio que sólo tú puedes dar.

Dale paz y tranquilidad, fortaleza y ánimo. Dale consuelo y oriéntalo en su pesar.

Lo que les has dado se te agradece siempre. Sólo dale un poco más de tu generosidad y de tu amor.

Está en tus manos, Señor.

Más que extraño

Para la diputación local falta casi un año para elegir al relevo. Para la presidencia municipal, faltan dos.

Sin embargo, hay dos aspirantes a ambos puestos que andan como “trompos chilladores” en la arena política promoviéndose, aun cuando falta un buen tiempo para que se abran las convocatorias y se realicen a elecciones.

Por eso extraña que Ricardo Orozco Alor, quien es director del Consorcio Clavijero, ande “placeando” en el sur del Estado, en desayunos con periodistas, con regalitos a algunas comunidades, para demostrar que es “muy bueno”. Desde luego, que trae una imagen nada placentera desde que fue regidor, precisamente con Lupe Porras y después, colgándose los milagritos que dejó el anterior director del Itesco, que él sólo presumió.

No crean que Ricardo anda solo. No. Atrás de él trae una sombra bastante poderosa cuyas iniciales son Flavino Ríos Alvarado, que se desempeña por segunda vez como Secretario de Gobierno.

Ambos personajes, están convencidos de que de lograr Ricardo la diputación local, el siguiente paso es conquistar la presidencia municipal. El síndrome puro de Guadalupe Porras David, que ese fue el camino que Flavino le trazó. No me pregunté cuál fue el resultado final, que aún estamos lamentando.

El otro que anda acelerado por su mami con miras a la presidencia municipal, para relevar a José Luis Sáenz Soto y a Héctor Damián Cheng Barragán, es el ahora diputado Ciro Gonzalo Félix Porras, que cree que el camino que siguió su mamá y ahora él, es el que seguramente lo va a llevar a la presidencia.

Uno se pregunta si las intenciones de esos dos personajes tienen la simpatía de los que mandan en el Estado y de los que pagan las campañas políticas.

Hay que recordar que a Guadalupe Porras le funcionó porque en la época que hizo campaña, su padrino político y aliado, era precisamente Flavino Ríos Alvarado, que coincidentemente era secretario de Gobierno y pudo, de alguna manera, influir para su selección y elección.

Ahora los tiempos son distintos. Flavino tiene a su favorito para la diputación local y Guadalupe tiene a su hijo encaminado hacia la presidencia municipal.

También advierto que de no haber ninguna otra persona que levante la mano y diga “yo”, los visibles candidatos, sin merecimientos, serían ellos.

Y cuando no existen otros que aspiren, entonces, los que andan desesperados buscando el “hueso”, resultan los ganones.

Sobre el particular les cuento una anécdota. Era tiempo de cambiar al comité directivo municipal del PRI y se dio a conocer la planilla. Un periodista que colaboraba directamente con el que mandaba en la Sección 10 del STPRM, esperaba ser incluido en la nueva directiva. Se hace la convención y resulta que su nombre no aparece. Entonces mi amigo, el periodista, se sintió desplazado e ignorado. Fue a ver al líder y le preguntó del porqué su omisión. El líder le preguntó si alguna vez había mostrado interés en sumarse a las funciones del partido y si alguna vez se lo había manifestado. Mi amigo contestó que no.

El líder le dijo que como nunca había mostrado interés en pertenecer al comité directivo municipal del PRI, él tomó en cuenta al que se lo fue a pedir. La comisión era la de prensa y difusión.

Así, que es tiempo de levantar la mano o por lo menos decir con determinación “yo quiero”.

Otras posibilidades

Y precisamente, por eso nos preguntamos si no hay otros ciudadanos que ocupen los puestos públicos.

Cada vez que hay elecciones y se renuevan los ayuntamientos, nos encontramos varios nombres que ya ocuparon puestos semejantes. Nombres hartos conocidos, de familias que han hecho “carrera política”, por lo que no es raro sentenciar que en política los puestos “son heredados”.

Y así está todo el país.

Los puestos para senadores, para diputados y para secretarías y subsecretarías, direcciones y subdirecciones, están ocupados por hijos, sobrinos, esposas, familiares y amigos de los políticos más encumbrados en cada ámbito.

Y humanamente nada tiene de malo.

Pregúntese usted, si usted estuviera en la función de elegir y poner, ¿a quién pondría? ¿A sus familiares o a algún desconocido? ¿A sus amigos o a algún recomendado? ¿A quién pondría o a quién elegiría?

Pero no crean que es fortuito.

Los que andan metidos en eso de la política son pocos y andan ahí sabiendo el costo que tendrá el que los tomen en cuenta. Habrá los que hagan carrera rápido por su inteligencia, por su disposición o porque son cercanos al que manda. Habrá otros que siempre estarán en las líneas de los mantienen al grupo unido y trabajando, que serán recompensados con puestos de mediana importancia y otros, que de plano, los que nada más van a ver, eso nos pasarán de seguir ahí de espectadores.

Un analista económico decía que los ascensos en cualquier actividad son de dos tipos: Por empuje o por impulso.

Los que eligen el empuje son los que tienen que poner toda su capacidad, esfuerzo, entusiasmo, tiempo y hasta la integridad para lograr sus objetivos. El que llega por impulso, siempre tiene a su lado, arriba o atrás de él, a uno que decide y recomienda. Y éstos son los menos.

Sin embargo, como en la lotería, hay que participar.

Las palmeras sin suerte

Cuando se desempeñaba como alcalde el Maestro José Luis Sáenz Soto, sus colaboradores sembraron en los arriates de la avenida “Heroico Colegio Militar”, en la colonia Petrolera, por lo menos un centenar de palmeras, que con el tiempo serían un motivo de ornato en la ciudad.

Sin embargo, ya sea por conductores imprudentes que se suben a dichos arriatas por perder el control de sus vehículos o por personas que nada tienen que hacer más que fastidiar al próximo, se observa que muchas de las palmeras están siendo víctimas del vandalismo.

Cuando transite por esa avenida, observe que la mayoría de las palmeras han sufrido el maltrato de algún desafortunado ser viviente, que descarga sus frustraciones, su impotencia o su maldad en esas plantas.

Por supuesto, que tampoco hay autoridad alguna que las cuide o autoridad que vigile la integridad de esas palmeras.

¿De qué sirve pues que se gasten cientos de pesos en plantas que nadie va a cuidar? ¿De qué sirve gastar ese dinero si no se les garantiza su desarrollo y su permanencia, menos su cuidado?

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