+La mujer que enfrentó una cirugía mal hecha por el ahora también difunto médico Víctor Jacobo Flores, en cuya clínica desde siempre hubo quejas de muchas personas
Policiaca
David González Cruz - 2016-01-27
Una dama identificada como Guillermina Márquez Martínez, murió la mañana del pasado sábado en su domicilio de la calle Hilario C. Salas de la comunidad Los Cerritos, perteneciente a este municipio, víctima de cáncer en la matriz, según la versión de familiares.
La mujer que enfrentó una cirugía mal hecha por el ahora también difunto médico Víctor Jacobo Flores, en cuya clínica desde siempre hubo quejas de muchas personas que aseguraron quedar peor después de las operaciones que allí les practicaron.
Los hechos se dan desde el año 2014 cuando la hoy fallecida sufría sangrado debido a que le diagnosticaron miomas en la matriz; la única solución era operarla para sacarle dicho órgano.
Ante tales hechos decidieron llevarla a la clínica del médico antes mencionado a quien pagaron para que realizara la operación y donde el trato fue eso, sacar el útero.
La cirugía finalmente se hizo y la dama volvió a casa; el asunto fue que su salud nunca mejoró, por el contrario, meses después empeoró por lo que fue llevada al Hospital General de Minatitlán donde le confirmaron que la matriz nunca le fue extraída.
Lo anterior, en poco tiempo le provocó el mortal cáncer. La familia, al enterarse que Jacobo Flores no había realizado la operación de forma correcta, trataron de localizarlo para que respondiera por dicha acción, pero qué sorpresa se llevaron cuando les informaron que éste ya había fallecido.
Tas luchar algunos meses contra la peligrosa enfermedad, finalmente el sábado pasado, la infortunada dama que contaba con 52 años, dejó de existir. Y ahora, ni a quién reclamarle, asegura la familia.
Los restos de la dama fueron sepultados en el panteón de Los Cerritos, siendo acompañada la familia por una multitud que lamentó los hechos.
Antes, el féretro fue llevado a la iglesia adventista del Séptimo Día del mismo lugar, donde realizaron un culto de cuerpo presente y después trasladado a su última morada.