#Crónica: "QUIERO VER A MI PAPÁ; ¿PORQUÉ A ÉL, SI ERA BUENO?

+Crónica del periodista Pedro S. J. Tolentino

Zona Sur

Pedro S. J. Tolentino - 2017-12-19

Contrastando con recientes días nublados y lluviosos, el sol caía a plomo sobre los árboles de la Escuela Primaria "Prof. Ragael M. Aguirre Cinta, donde entre uno de los salones, yacía sin vida entre un charco fornado por su sangre, el reportero de nota roja Gumaro Pérez Aguilando, con al menos 4 perforaciones de arma de fuego, del tórax al cráneo.

El lugar ya estaba acordonado por los marinos del mando Único, en espera de que arribaran los peritos y el personal forense que realizaria el levantamiento del cadáver.

"Quiero ver y abrazar a mi papá, mamá diles que nos dejen pasar", gritaba envuelta en llanto la más pequeña de sus hijas, mientras que otra: "Es mi papá al que mataron. Qué les hizo. Porqué a él si era bueno?". Y: "Que Gumaro habrá los ojos dios mio, por favor que no nos deje", terminó estallando también en llanto desgarrador la nueva viuda, mientras abrazó con fuerza a sus pequeñas.

Ello mereció un silencio escalofriante, de esos que herizan los cabellos; dos de tres mujeres periodistas presentes se limpiaran furtivas lágrimas, mientras los reporteros varones serios, mirando sin ver, o con los puños cerrados y apretados algunos, como tratando de digerir algo atorado en sus gargantas, en señal quizá de sorpresa, furia contenida y eso sí, mucha impotencia.
El portón principal estaba entreabierto y solo se permitia el acceso a las autoridades, más periodistas que continuaban llegando, y angustiados padres de familia para llevarse a sus hijos, encerrados estos por su seguridad en varios salones.

"Yo le hablé, estaba vivo todavia pero ya no pudo hablar, sólo atinó a revirar sus ojitos", recordó un padre de familia que estaba presente en el momento del asesinato enmedio de alumnos y sus maestros que realizaban su posada de fin de año.

"Su mujer entró corriendo y gritando que habían matando a un hombre, sin saber que se trataba de su marido", dijo otro testigo.

Cuando sacaron a todos para efectos "de las diligencias de rigor", afuera junto al portón donde había hombres y mujeres preguntando por sus hijos, hubo reclamos airados en cascada, a los marinos que trataban de contenerlos: "Ustedes no sirven para nada; ya para qué vienen?; a poco con estos panchos que hacen van a dar con los asesinos?; miren nada más 4, no son 5 patrullas; porqué no mejor se van a tratar de agarrar a los de las motos que andan matando gente?; "son unos inútiles pero eso sí, para distraerse y andar enamorando y embarazando jovencitas, sí son buenos" ...

De entre ellos una voz exigió: Preguntenle a la directora porqué estaba abierto el porton a esa hora, si ya no era hora de que entrará ningún padre?.

Y al salir ésta : "Si vienen a buscar a sus hijos pregunten con sus familiares o sus amistades, porque aquí ya no tenemos a ningún niño; había una niña que no aparecía pero ya la encontramos, estaba escondida pero sana y salva, ya se la llevaron sus padres".

El cadáver del fotoperiodista acayuqueño fue sacado por un portón lateral del plantel, de esa forma se evitó más sufrimiento para sus familiares. Y sus compañeros no pudieron o no quisieron fotografiarlo así. Tomas fotográficas que en vida nunca se le escaparon a Gumaro Pérez Aguilando, quien jamás llegó a la redacción con las manos vacías, o diciendo que no quiso o no pudo.

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