EL “CISNE NEGRO”, EL VERDE Y OTROS FACTORES

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Pablo Jair Ortega

Columna sin nombre

2016-01-13

El PRI en Veracruz seguramente estará ya más ocupado en ver la estrategia electoral que se manejará de cara a las elecciones del 2016, que en cuanto al candidato. Lo anterior, aunque se mantiene todavía en disputa, se sabe que pinta para favorecer al senador Héctor Yunes Landa.

Y es que si bien se comentaba que la alianza entre el PAN y el PRD no parecía preocuparle al priismo jarocho, seguramente el escenario local para Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones, no es para confiarse.

Lo anterior puede esgrimirse en dos tópicos: el gran descontento ciudadano que existe con la administración de Javier Duarte de Ochoa y la de su tutor Fidel Herrera Beltrán, así como los escenarios de traiciones que podrían ser una posibilidad por parte de los Duartistas/Fidelistas. (Sí, porque leales son nada más a su proyecto de pandilla y nada más).

Existe contra el PRI un gran descontento ciudadano en Veracruz, palpable en gran parte por la gran crisis económica no sólo derivada por el alza del dólar o por la globalización, sino por la falta de pagos a proveedores y sectores productivos que han sido muy afectados en los recientes años. Todos los días leemos de protestas de falta de pagos a proyectos productivos en el campo, aguinaldos que no se ha depositado, falta de pago a maestros y un sinfín de reclamos financieros donde el gobierno estatal termina dando el “bomberazo” con comunicados y depósitos bancarios de última hora. Este ha sido el principal Talón de Aquiles de la administración Duartista.

Al mismo tiempo, otro tema preocupante que tendrían que considerar en los escritorios de Los Pinos y de la sede nacional priista, es la inseguridad creciente que se desata en determinados puntos de la entidad, como ha estado ocurriendo al sur de Veracruz donde se elevaron los secuestros y las ejecuciones. Se trata del corredor que lleva desde la región de Isla hasta Tabasco, donde han proliferado desde los asaltos hasta los secuestros y ejecuciones.

Y es que esta zona, por más que han metido operativos de seguridad con la policía estatal y la Marina, sigue siendo un punto rojo permanente donde ya debería existir un plan regional que controle tanto los afluentes del río Coatzacoalcos como el del Tonalá, así como los caminos que comparten los estados de Tabasco y Veracruz, ya que la delincuencia organizada se mueve en esta región sin jurisdicción alguna y podemos asegurar que atraviesan ambos estados como si nada.

Pero también valdría la pena investigar a los grupos de poder regional que conviven y operan con células delincuenciales en municipios como Acayucan, Isla, Cosoleacaque, Las Choapas, por mencionar algunos.

Y es que el sur de Veracruz es la reserva de votos más importantes para el PRI. Prácticamente son los que han mantenido la hegemonía del tricolor en Veracruz.

También está harto interesante el panorama de las pugnas locales entre la nueva y vieja generación que busca el control del poder político en el estado.

Por ejemplo: es notable que el Partido Verde es una facción controlada por la nueva generación de políticos que encabeza el gobernador Duarte, pero sobre todo por el cónsul de México en Barcelona, Fidel Herrera Beltrán. Es más que sabido que el Partido Verde es sólo un satélite del PRI; que de ecologista no tiene nada y sólo es un retrete de los intereses del Revolucionario Institucional.

Incluso, en la reciente elección federal, quien atrajo como estrategia todos los golpes, multas, rompió todas las reglas, llamó a los reflectores del escándalo, fue precisamente el Verde; el PRI, entonces dirigido por César Camacho Quiroz, se la llevó “de a muertito”, en silencio, dejando que todo mundo se concentrara en los abusos e ilegalidades del PVEM.

En Veracruz, insistimos, la franquicia del PVEM está más que infiltrada por la Fidelidad y la muestra está en los recientes candidatos que abanderan a este partido: el hijo de Fidel, de nombre Javier Herrera Borunda, hoy diputado federal plurinominal; y Édgar Spinoso Carrera, también cercano a Fidel; los diputados locales también se sabe que fueron designados (algunos priistas cercanos al Tío Fide, como Renato Tronco) en ese partido sólo por cumplir la cuota de la alianza.

Pero el Verde a la vez es una franquicia supeditada a un líder nacional que trata directamente con el presidente de la república y con su homólogo priista. Es decir, el “Niño Verde”, Jorge Emilio González, guía “moral” de ese remedo de partido, tendrá que supeditarse --como lo ha hecho siempre-- a los intereses del PRI y a sus líderes, y servir de patiño como en las recientes elecciones federales.

Así que en Veracruz, al menos de entrada se ve difícil que el Partido Verde se la quiera jugar solo o apoyando a candidatos de esa generación que se resiste a soltar la plenitud del pinche poder, llevándole la contraria a lo que serían los designios del tricolor nacional, donde todo apunta al abandono de los Duartistas/Fidelistas.

Habrá también que subrayar que hay también actores políticos del Verde en Veracruz que ya se están desligando del Duartismo/Fidelidad, y han expresado que apoyarán con todo al senador Héctor Yunes Landa.

Así que el Verde, como la falsa alianza rota, es algo que ya tampoco alcanza la plenitud del pinche poder, por más fotos que se tome Silva para lucir como aspirante “fuerte”, porque sencillamente ese “Cisne Negro” (ya saben por quién) ya desinfló.

EPÍLOGO

Estaría chido que la esposa del Chapo Guzmán, hija del extinto capo Nacho Coronel, se presentara con la Señorita Laura con el tema “Mi marido me engaña con una actriz de Televisa”, y que inviten al susodicho y a la Kate… “¡Que pase el desgraciado!”… Y así todo el teatro mientras no se aclara quién lo dejó fugarse y quién lo ha protegido durante tanto tiempo.