CUITLÁHUAC: LA LECCIÓN DEL CHINAMECAZO

Juan Salomón

Breves de aguarena

2019-01-21

Aprovechando un viaje familiar de fin de semana al sur del estado, el autor de esta columnilla decidió desviarse hacia Chinameca, donde cuenta con amigos y conocidos que recrearon sucesos de actualidad y del pasado en estas tierras de usos y costumbres acaso difíciles de comprender por quienes vivimos en las grandes ciudades.

Lugareños de edad avanzada rememoraron que hace años, allá por la segunda mitad del siglo pasado, el joven ejecutivo de una empresa privada establecida en Acayucan, circulaba en su automóvil por la carretera, cuando el destino o la mala suerte, según se le quiera ver, le jugó una macabra broma al atravesarse un indígena sin tomar las debidas precauciones. El hombre fue atropellado y murió al impacto.

Ya se imaginarán lo que este lamentable percance desencadenó. Se juntaron los vecinos, acorralaron y detuvieron al conductor, lo amarraron de pies y manos y acordaron lincharlo. El aterrado ejecutivo, a quien este reportero conocería años después, narraba a sus amigos que ya se veía colgado del árbol

que estaba frente a él, con la lengua de fuera, los ojos desorbitados y el viento meciendo grotescamente su cuerpo como en película de terror.

Como pudo negoció por varias horas con sus captores y por fin fue liberado.

Viene a cuento este relato por lo ocurrido al gobernador Cuitláhuac García Jiménez, el miércoles 9 de enero de este año, cuando una turba prácticamente lo secuestro durante buen rato en un hecho inédito en los anales de Veracruz y que si los operadores políticos del gobierno del estado hubiesen hecho correctamente su trabajo de inteligencia, negociaciones y logística, jamás habría sucedido.

(Los vecinos de Chinameca se opusieron a la creación de un relleno sanitario en su municipio y lograron que el proyecto fuera cancelado).

¿Cómo permiten que caiga el gobernador en una virtual celada que debió haber sido prevista y conjurada por su equipo de colaboradores más cercanos?

Este humillante trato, esta vejación y falta de respeto a la investidura de quien fue electo por el pueblo y que representa a más de 8 millones de veracruzanos, no tiene precedente por lo menos en los tiempos modernos de la política del estado. Sería terrible que nos acostumbráramos a esta clase de acontecimientos que cada día se pueden volver más violentos. Ojalá esto sirva de lección para eventos futuros. Vean el interesante y revelador video: