Pobre de México, Tan Lejos de Dios y Tan Cerca de los Estados Unidos…

Por Francisco Vargas Perales

CON DERECHO A RÉPLICA

2019-06-17

El pueblo de México cada seis años cifra sus esperanzas en un candidato a la presidencia de la república, el cual podría sacarnos de la pobreza en la que estamos inmersos. Cada seis años se le aplaude al candidato que supuestamente trae mejores propuestas, antes, con la creación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y sus antecesores, en la época del caudillismo, así como en la época reciente, el pueblo, por una razón u otra se veía obligado a votar por ese partido que desde su fundación se convirtió en fábrica de nuevos ricos. Los candidatos del PRI siempre llegaban con atractivas promesas que a la postre las olvidaban.

Don José López Portillo (1976 – 1982), en su campaña enarboló la consigna de “la solución somos todos”, el cómico carpero de esos años, Jesús Martínez (Palillo), hizo la parodia de “la corrupción somos todos” y al término del sexenio de Jolopo, como se le conocía a López Portillo, el cómico en mención ante el desprestigio de este gobernante presentó una comedia con el título de “Agarren a López por pillo”. Los mexicanos con José López Portillo sufrimos la gran devaluación del peso mexicano, seis años de promesas no cumplidas.

Pero seis años antes habíamos tenido un presidente, Don Luis Echeverría Álvarez (1970- 1976), que en su campaña nos prometió salir “arriba y adelante”, su gobierno resultó ser populista y demagogo, con un despilfarro tremendo en el gasto público. En ese sexenio echeverrista se inició la época de inseguridad en el país con los asesinatos y secuestros que continuó en el sexenio de José López Portillo con su jefe de la policía capitalina Alfonso “El Negro” Durazo.

Esto es por recordar épocas recientes, épocas en que el mexicano no tenía confianza en los partidos de oposición al PRI, siempre se pensaba que en México había una democracia dirigida, siempre ganaba el PRI, era la época del amiguismo y compadrazgo. Fue tan terrible el sexenio de Luis Echeverría Álvarez, con su halconazo y el tipo de cambio del peso que llegó de 12.50 a 20.60 pesos por dólar, de tal forma que el pueblo opinaba que en el sexenio de Echeverría lo único que fue para arriba fue la deuda y lo único que impulsó hacia adelante fue el tipo de cambio.

Así podemos recordar al simple de Miguel de la Madrid Hurtado (1982 – 1988), su slogan de campaña fue “la renovación moral” y “combatir de frente la corrupción”. Don Miguel de la Madrid, tomando en cuenta la experiencia que los paisanos habíamos sufrido con presidentes anteriores, en su primer discurso como presidente aseguró: “no permitiré que el país se me vaya de las manos”. Miguel de la Madrid fue uno de los presidentes más aplaudidos por su buen manejo de discurso, pero la corrupción creció en su sexenio pese a sus promesas.

Así llegó el aciago sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988 – 1994), con su slogan de “solidaridad”, este sexenio fue infausto, quién no recuerda a la Paca, la muerte del candidato del PRI Luis Donaldo Colosio, el EZLN, Camacho Solís, el Obispo Samuel Ruíz, la firma del tratado del Libre Comercio entre México y los Estados Unidos, Raúl Salinas de Gortari y el saqueo a la Conasupo; el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, fue ejemplo de corrupción y de “troche y moche”, como diría el jarocho.

Aquel marasmo de corrupción y mal gobierno, fue por lo que el pueblo de México le perdió la confianza al Partido Revolucionario Institucional, si es que le hubiera tenido alguna, siendo este sexenio de Salinas el parte aguas para que el voto a ese partido se le diluyera, no más confianza al PRI, pero aun así ganó las elecciones con Ernesto Cedillo Ponce de León ( 1994 – 2000) , a partir de este sexenio el PRI entró en agonía y el pueblo le otorgó el voto al Partido Acción Nacional (PAN), con su candidato, el ranchero de Guanajuato, Vicente Fox Quezada (2000 . 2006).

Otra desilusión fue para los mexicanos el lenguaraz de Vicente Fox, en su campaña hacia la presidencia de la república, en sus discursos prometía que su gobierno iba a ser “el gobierno del cambio”. Los mexicanos estábamos urgidos de un cambio, el que nunca le llegó al paisano; Vicente Fox prometió a la clasemediera un “vocho” y un “Changarro”, prometió que resolvería el problema de Chiapas en 15 minutos y en una ocasión ya como presidente cuando le echaban la culpa de la crisis que sufría México, contestó: ¿Y yo por qué?. Así llegó Felipe Calderón Hinojoza (2006 – 20012), el pueblo quería el cambio anunciado y no llegaba, cada seis años eran nuevas esperanzas, cada seis años era fincar ilusiones en el nuevo mandatario. El pueblo le pierde la confianza al Partido Acción Nacional y regresa a votar por el PRI, gana Enrique Peña Nieto (2012 – 2018), que es historia recién contada.

Así llega el actual gobernante Andrés Manuel López Obrador (2018 - ), el hombre fincó la esperanza de la mayoría del pueblo mexicano, treinta millones de votos en las urnas electorales, el pueblo clama ese cambio, ya no más PAN, ya no más PRI, el Peje, como se le conoce, es la esperanza de México, ya lo había dicho en campañas pasadas, aquí se pone en práctica la frase de Luis Donaldo Colosio Murrieta “veo un México con hambre y sed de justicia”, el pueblo mexicano está hambriento y sediento de justicia, esta enorme responsabilidad recae en Andrés Manuel López Obrador.

Pero desafortunadamente ya se vio que Andrés Manuel no tiene plumas para ser gallo, el problema de los migrantes lo sometió a lo que dispuso el gigante del norte, en una ocasión dijo Andrés Manuel “no le han quitado ni una pluma a este gallo”, ahora tal parece que Donald Trump lo desplumó. Andrés Manuel López Obrador quedó como boxeador malo, a mi leal saber y entender se cayó en el primer raund. Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos, esta frase se le atribuye al dictador Porfirio Díaz Mori, y muchas décadas después queda a la medida. Yo digo y nada más. Hasta la Próxima Dios mediante.