Ramero Deschamps

JAVIER ROLDÁN DÁVILA

La insoslayable brevedad

2019-10-17

También en el crimen organizado se dan los revolucionarios e institucionales

El título no es un ‘dedazo’, Carlos Romero Deschamps es el ejemplo claro de la prostitución de la política, el de vender, en esta caso la conciencia, al que mejor pague, sobre todo, dejándolo hacer a sus anchas, uso y abuso de los dineros del sindicato.

Romero es una etapa superior del charrismo sindical, es la versión neoliberal del liderazgo obrero, el ladrón perfumado y de gustos exquisitos que todos los domingos acude al servicio religioso y apoya al Teletón.

Junto con sus cómplices, funcionarios de los distintos gobiernos que vio pasar, el pillastre logró lo que parecía imposible: quebrar la joya de la corona de las paraestatales mexicanas.

El daño que han causado va más allá de la malversación de los dineros públicos, eso es una parte, en realidad son responsables de que las aspiraciones de millones de mexicanos se vean frustradas porque metieron en una crisis recurrente al país, además, pervirtieron el servicio público prohijando una clase política llena de rufianes.

¿Cómo castigar a este rapaz? ¿Cómo hacerlo reparar el daño?

No hay forma, el perjuicio es mayor, en todo caso, lo necesario es que la historia no se repita y una forma, es impidiendo que los ‘socios’ de Romero se reciclen en la 4T.