CNDH: autonomía descalabrada

Para imponer a la Piedra legislaron con mano de metate

La imposición de Rosario Piedra Ibarra como titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, fue al más puro estilo del: “haiga sido como haiga sido”...que conste.

Que si los votos se contaron mal, que si se reponía la votación, que si la señora Piedra es incondicional del presidente López Obrador, que si es militante de MORENA, que si no puede escribir un tuit sin faltas de ortografía, que si no le da el entendimiento, en fin, una serie de consideraciones que ponen en duda, razonable, que haya sido la mejor elección.

Si la propaganda oficial nos habla hasta la náusea de una transformación en curso, de un nuevo estilo de hacer las cosas, lo ocurrido a lo largo del proceso referido, desmiente tales afirmaciones.

Estamos, de nueva cuenta, ante los quehaceres de una presidencia imperial, en la que un solo hombre impone su voluntad sobre la opinión de todos, tenga o no tenga la razón, lo cual, con el paso del tiempo, nos llevará a otros revés histórico como sociedad.

Ante la timorata oposición, son los propios legisladores del partido en el gobierno, los responsables de servir de contrapeso al Ejecutivo. De no hacerlo, en su momento los reclamos serán inevitables y sumaremos otro sexenio perdido.