Importa pura corneta si los expresidentes pisan la cárcel
Bernardo Gutiérrez Parra
Desde El Café
2020-08-21
Como presidente, Andrés Manuel López Obrador ha visitado Veracruz en diez u once ocasiones. Es el estado al que más visitas ha hecho. Cada que se dirige a la jarochada les dice paisanos, habla maravillas de Veracruz y asegura que su gente es afortunada porque tiene un gobernador honesto, pero fuera de eso no ha hecho nada por la entidad que no sea lastimarla con su abandono.
¿Sabes de al menos una escuela, mercado, clínica o carretera que haya inaugurado en alguno de esos viajes, lector? Yo tampoco. Su estrategia es llegar a determinado lugar, prometer como si siguiera en campaña, echar pestes contra los gobiernos corruptos, levantarle el brazo a Cuitláhuac García, reiterar que el gobernador es honesto y vámonos.
De hecho, las últimas veces vino en plan de bronca y desdén. En una de sus visitas les dijo mentirosos a los campesinos del sur cuando le aseguraron que no habían recibido apoyos. Y en otra ocasión se negó a escuchar a los familiares de los desaparecidos.
Por sus pistolas impuso a Cuitláhuac como candidato a la gubernatura por encima de aspirantes con más inteligencia que el ingeniero mecánico electricista. Por sus pistolas aceptó la sugerencia de Roció Nahle de poner en la secretaría de Gobierno a un tipo deleznable como Eric Cisneros. Por sus pistolas importó de Chiapas a un sujeto que nadie conoce y lo sentó en la silla de la Subsecretaría de Gobierno. Y por sus pistolas trajo como jefe de la policía estatal a un regiomontano con antecedentes de extorsión en aquella ciudad.
¿Resultado? Veracruz está convertido en el paraíso del nepotismo, la corrupción, la transa y la deshonestidad.
La entidad navega en un mar de corrupción tan proceloso como en los gobiernos anteriores, con la diferencia que esos gobiernos hacían escuelas, hospitales, mercados, carreteras, puentes. Con sobreprecio y lo que gustes y mandes lector, pero los hacían. Y esas obras generaban trabajo que ahora no hay.
Un ejemplo paradigmático de que aquí no se hace nada ocurrió en el sur en abril del 2019.
Tras la masacre de Minatitlán, López Obrador se dejó caer por ese municipio donde prometió esclarecer ese asesinato múltiple y llevar a los responsables a prisión. “No están solos” les dijo a los familiares de las víctimas… y hasta la fecha.
Ahí el gobernador Cuitláhuac García pronunció uno de sus discursos más apasionantes, emotivos y vibrantes de su carrera política: “El día de mañana aquí en Veracruz y precisamente acá en el sur, se anuncia ya como una realidad, el crédito ganadero a la palabra con la entrega de más de 500 vaquillas el día de mañana tan solo para la zona sur. Estos son los hechos, la realidad y con eso, vamos a tranquilizar Veracruz”.
¿Tranquilizar la zona más caliente de la entidad con 500 vaquillas? No cabe duda que Veracruz se ha convertido en un estado de caricatura.
Este martes antes de su conferencia mañanera, alguien le dijo al presidente que el puerto de Veracruz había sido concesionado por 100 años y de inmediato olió corrupción. “A ver, el que otorga un contrato para que una empresa maneje el puerto de Veracruz 100 años, ¿cómo se le llama a eso? O sea, es un bien público que se entrega por 100 años. Me acabo de enterar. Imagínense una concesión del puerto de Veracruz de un siglo, ¿cómo es que firmaron eso?
- ¿Cuál es la empresa, presidente?- le preguntó un reportero.
- No voy a darla a conocer ahora pero sí vamos a buscar que se revoque el contrato-, contestó Andrés Manuel.
Quizá el tema ya no se vuelva a tocar porque ya debe saber que el concesionario no es ningún particular sino el gobierno de México y Banobras. Y que la concesión por 100 años se hizo precisamente para evitar que los particulares metan las manos en un puerto donde se manejan cientos de millones de dólares diarios.
A ese grado llega la ignorancia en la 4T que ha repercutido en Veracruz a donde el presidente ha venido en diez u once ocasiones a echar grilla, a prometer como en campaña y a no hacer nada. Porque nada ha hecho por Veracruz que no sea joderlo.
Hablando en tercera persona un analista político me dijo textual: “A los veracruzanos les importa pura corneta si por el caso Lozoya meten a tres ex presidentes a la cárcel. Lo que quieren es trabajo, salud, educación, seguridad y nada de eso les ha dado el presidente. Si López Obrador piensa que metiéndolos a la cárcel la jarochada atiborrará las urnas con votos para Morena en el 2021, qué equivocado está”.
Aguas con el abandono y desdén a los veracruzanos… aguas.
bernardogup@hotmail.com