Algo extraño está sucediendo en el priismo veracruzano. Un importante sector de esa militancia manifestó su rechazo a la forzada reelección de Alejandro Moreno en el Comité Nacional, pero sus expresiones han sido más bien “tímidas”, ante la amenaza real de que les inicien procesos de expulsión. * Veracruz presenta un panorama distinto a otros puntos del país. En esta entidad habrá elecciones el próximo año, para renovar los 212 ayuntamientos. Una batalla jurídica, mediática y política en estos momentos ayudaría muy poco a sostener una organización política que está -en el afán de no ser muy severo- al menos resquebrajada. * El primer cuestionamiento de los priistas veracruzanos fue si en la entidad se seguiría el ejemplo del comité nacional, esto es, que se ratificaría a Adolfo Ramírez Arana al frente del comité estatal. * Hay una buena parte de esa militancia que lo prefiere, no porque estén contentos con su desempeño, sino porque “el remedio podría ser peor que la enfermedad”, esto es que, en el afán de quitar a Ramírez Arana, terminen encontrándose con la noticia de que el dirigente optó por otra persona, cercana a él, para asumir la dirección del partido en Veracruz. “Mejor ahí le dejamos”, comentaron algunos. * Hay, sin embargo, otro sector del priismo veracruzano que asegura que en el reciente proceso electoral se destacaron algunas figuras por su liderazgo, su capacidad de operación y su compromiso con el partido. * Alguna de ellas pudiera tomar la estafeta, claro está: si así lo permite el propio Alejandro Moreno.
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Se le conoce como la Ley de Murphy y establece que “si algo puede salir mal, saldrá mal”.
Justo eso debe haber pensado el capitán de navío Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, flamante secretario de Seguridad Pública de Veracruz, cuando en plena organización de la Conferencia Nacional de Seguridad Pública Municipal -que tuvo lugar este miércoles y fue encabezada por el gobernador Cuitláhuac García- le llegan con la noticia de que a unos cuantos pasos de donde se realizaría este encuentro (al que asistieron alcaldes de todo el país y representantes de las secretarías de Seguridad Pública de varios estados) se cometió, a plena luz del día, un secuestro.
El asalto ocurrió cerca del mediodía del martes en la plaza comercial Mocambo. Una pareja fue atacada por un comando armado que se llevó al hombre. A unos cuantos metros de ahí, en el World Trade Center, se encontraban reunidas altas autoridades del ámbito de seguridad de Veracruz, con representantes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) cuya titular, Rosa Isela Rodríguez, de pronto decidió no acudir al evento y sólo enviar un mensaje vía internet a los participantes.
El capitán Zúñiga Bonilla no tuvo otra opción que hablar de cómo se ha reforzado la seguridad en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río (área en la que se han presentado asaltos, secuestros y homicidios en los días recientes) “en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar)”. Nada parece estar funcionando.
Insistió el funcionario estatal en que no ha aumentado la incidencia en delitos de alto impacto, y dijo que -incluso- “los homicidios han disminuido en más del 50 por ciento y los secuestros en más del 90 por ciento”. Por supuesto que nadie se lo cree.
Acorralado por la prensa, Cuauhtémoc Zúñiga tuvo que admitir el secuestro de una persona en el estacionamiento de la plaza Mocambo, pero “sólo fue ese”, aclaró.
“No hemos tenido, de acuerdo a los datos que proporciona la Fiscalía (más eventos de este tipo). Hubo un evento el día de ayer, se activó el Código Rojo y la Fiscalía ya está investigando”.
Está claro que el tristemente célebre “Código Rojo” no sirvió para dar con el grupo armado que consiguió sin grandes problemas el secuestro. Dicho código sólo sirve para justificar los abusos de los policías uniformados contra ciudadanos, nunca para capturar a los delincuentes.
El secretario de Seguridad Pública se apresuró a aclarar que las cosas no sucedieron “como algunos medios lo han mencionado y tratan de difundir información errónea”.
En realidad, los primeros reportes hablaban del intento de secuestro de una mujer que había quedado tirada en el suelo con un ataque de nervios. Una vez que llego la Guardia Nacional se pudo confirmar que a quien habían secuestrado era a su pareja y que ella se resistió, pues al parecer también trataban de llevársela.
La diferencia entre esas primeras versiones de la prensa y la historia oficial no exime a las autoridades del estado del señalamiento de ineficiencia en la protección de los ciudadanos.
Y mientras todo esto sucedía, representantes de todo el país se llevaban de Veracruz la peor impresión: “Organizan un evento de seguridad y no pueden cuidar ni tres cuadras a la redonda”, habrán dicho.
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Epílogo.
Una vez más el abogado Tomás Mundo puso el dedo en la llaga. El jurista criticó que la falta de pruebas periciales, como la psicología del testimonio, mantengan a una persona inocente en prisión. * Tomás Mundo, uno de los abogados con mayor preparación, dio a conocer el caso de un hombre al que se le acusó de cometer pederastia. La Fiscalía General del Estado (FGE) no integró de manera correcta la carpeta de investigación y, a pesar de ello, el Juez de Control la validó. * El abogado explicó que ya cuenta con un amparo de la justicia federal en el que se ordena realizar una investigación más exhaustiva e incluir en la carpeta la psicología del testimonio, para verificar que el testimonio presentado en contra del imputado, no fue inducido. * El abogado explicó que la psicología del testimonio es una prueba pericial que la fiscalía estatal debería estar haciendo por obligación desde el año 2014, pero no la hace. “Incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitió un manual para que sepan cómo hacerla por parte de la Fiscalía y cómo los jueces deben tomarla en cuenta”. * La ausencia de valoración científica en este caso tiene a una persona privada de la libertad por una acusación de pederastia, cuando la única prueba es un testimonio que fue inducido para implicarlo. * Y a pesar de ello hay quienes, sin conocimiento alguno, se atreven a elogiar el desempeño de la titular de la Fiscalía de Veracruz, Verónica Hernández.
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