En el Fraccionamiento Indeco-Ánimas de Xalapa hay una calle que tiene por nombre una fecha: 17 de octubre. Casi nadie sabe a qué se refiere esa nomenclatura, que conmemora ni más ni menos el día del año 1953 en que fue aprobado el voto de las mujeres mexicanas en las elecciones.
Era Presidente de la República el veracruzano Adolfo Ruiz Cortines cuando se consumó ese decreto justiciero, y aun cuando puso toda su voluntad en que se emitiera, la verdad es que fue el presidente Miguel Alemán Valdés, también paisano, quien había tenido la iniciativa de incorporar a las mexicanas en los procesos electorales como ciudadanas con todos sus derechos, y a don Adolfo solamente le tocó cumplimentar el proceso.
La concesión del voto femenino en México fue el primer paso de una larga serie de luchas que cambiaron radicalmente la geografía política de la nación. Tuvieron que pasar muchos y muy duros años para que las féminas pudieran integrarse plenamente en puestos importantes de la administración pública. Hoy por primera vez desde aquella ocasión hay una Presidenta de la República en México y pronto habrá la primera Gobernadora Constitucional en Veracruz.
Resulta raro que al actual Gobierno del Estado de Veracruz no se le haya ocurrido hacer una celebración especial con tal motivo y más si Cuitláhuac García Jiménez sigue buscando desesperadamente la manera de allegarse la simpatía de Claudia Sheinbaum para que por fin lo tome en cuenta en algún puesto, en cualquier cargo ya a estas alturas. Pero es que así es él…
Tuvo que ser una mujer, una de las pocas diputadas locales de oposición que están en la Legislatura, la que tuviera la gentileza y la inteligencia de recordar esta efeméride singular.
La legisladora panista Verónica Pulido Herrera subió ayer a la tribuna del Congreso estatal a exigir que se honrara a quienes hicieron posible el voto de la mujer en México y pidió que “la memora de este legado sea el impulso para seguir construyendo, desde todos los poderes públicos, las condiciones para que la participación de las féminas en política sea en un marco de plena libertad”.
No sé si en las celebraciones de la soberbia mayoritaria o en las apuraciones del triunfo que les dio todo el poder, los diputados locales del partido oficial y sus aliados olvidaron aprovechar el 17 de octubre para quedar bien con la Presidenta y con la próxima Gobernadora.
Pero Verónica Pulido no perdió la ocasión y desde el podio exigió que “la paridad debe ser efectiva y no sólo numérica. En esta tarea deben converger los partidos, la ciudadanía y las instituciones para incorporar las demandas de las mujeres en la agenda pública y en los presupuestos.”
Bien por doña Vero. Mal por los morenos salientes.
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