¡ALLÁ NOOOOS VEMOOOOOOOOOS!

Columna sin nombre Pablo Jair Ortega www.columnasinnombre.com pablojairortegadiaz@gmail.com 21 de MAYO de 2014

Pablo Jair Ortega

Columna sin nombre

2014-05-21

En lo personal nunca tuvimos el gusto de saludar o conocer a Joe de Lara. Lo que recuerdo la primera vez es haber visto ese programa de televisión bizarro que conducía por la mañana, como parte de la programación que cortaba la señal nacional del canal 2 de Televisa en el sur de Veracruz hasta el mediodía.

En un lugar como Minatitlán donde el cable apenas iba a llegar y la antena parabólica era para los pudientes, la realidad del entretenimiento en medios de comunicación se daba en la radio local, con programas que distaban mucho de la repetitiva y castrosa música grupera que hoy invade todas las estaciones populares. En televisión, el canal 12 de TvCable llevaba como eslogan “Nuestro Canal”, precisamente porque era una transmisión especializada para minatitlecos.

Hablamos de apenas hace 20 a 25 años, cuando mucho.

Para ese entonces, resultaba curioso ver un programa producido en el puerto de Veracruz llamado “Bazar del Hogar”, muy lejano a las costumbres de varias regiones del estado; es decir, el jarocho del puerto no tiene nada que ver con el veracruzano de Los Tuxtlas, o del Istmo, o del Totonacapan, la Huasteca. Era algo así como tener que aprender, a través de la televisión, cuáles eran las costumbres de los veracruzanos del puerto.

Joe de Lara entonces se convirtió en un ícono popular rompiendo la barrera de las regiones a través de Televisa. Se volvieron famosas la Unión de Viejas Argüenderas, las Viejas del Papayal, Sumiko Mitzuko, entre otros personajes que escapan a la mente.

En el futuro, ningún estudiante de Comunicaciones podría negar que ese insólito programa de televisión era digno de estudio. Era un programa de jarochos, hecho por jarochos, producido por jarochos y dedicado al puerto de Veracruz, pero con esa señal que le permitía ser visto en todo el estado.

Para empezar, era uno que duraba, literal, toda la mañana. Su formato era de revista musical, principalmente. Estridente, tropical, guapachosa, y muy dada al doble sentido; las típicas y populares canciones de bodas y quince años, presentando toda una cartelera de grupos que ahí iniciaron su fama o la acrecentaron, como Los Caracoles.

Pero no sólo era desmadre en el programa de Joe de Lara. Consciente del medio que utilizaba, el presentador también usaba espacios para la belleza, la salud, los chismes, etc., secciones comunes que cualquier programa mañanero tiene. Sí, con sus concebidos toques y estilos jarochos. Sí, no con personajes bellos como los que hoy exige la televisión “mexinaca”, pero tampoco se deben dejar de lado los servicios a la comunidad para pedir apoyos o solicitar ayuda. El foro para el jarocho que no tenía para pagar publicaciones en los periódicos o spots en estaciones de radio, netamente dirigido a la clase popular para un altruismo aldeano. Inolvidables también los maratones para recaudar fondos.

Muchos dirían que era un show naquísimo… La neta, tal vez tengan razón… Pero creemos que tenía una verdadera identidad jarocha. Que Joe de Lara conducía un largo programa con sus limitaciones técnicas, peculiares formas de improvisar y hacer malos chistes dirigidos al pueblo del puerto de Veracruz, pero ahí estaba presente.

Era entretenido, porque era el programa que muchos de la clase media y clase baja nos tuvimos que chutar por la mañana mientras había ratos muertos, especialmente porque en varias partes del estado no había ni Canal 4 Más, ni canal 5, y a la de a huevo tenías de dos sopas: el 13 de Imevisión y el 2 de Televisa.

Pero además de darle oportunidad a músicos y personajes locales, también hizo lo mismo con estudiantes de Comunicaciones: de la FACICO, más específicamente. Amigas entrañables de generación nos contaban que si bien al aire parecía ser un programa mal hecho, detrás era un chinga y una responsabilidad enorme llevar a cabo una transmisión en vivo durante largas horas y aprender los pininos del lenguaje televisivo en una estación real, y no de juguetes “Mi Alegría” como suele haber en las universidades.

Nos contaban que otra de las grandes experiencias eran las giras que realizaban por todo el estado, llevando caravanas musicales a casi todos los rincones de Veracruz y organizando bailes populares en las plazas. Dirán “muy pinche naco, muy pinche corriente”, pero las verbenas populares de Joe de Lara acarreaban miles de gentes que buscaban esparcimiento o ligarse una nalga a huarachazos.

Y las friegas también eran para las pasantes de Comunicación que se tuvieron que fletar la envidiable odisea de conocer todo el estado de Veracruz y trabajar verdaderamente en una televisora. Giras que las forjaron para ser las profesionistas destacadas de hoy.

No sabemos si por estrategia comercial o sólo porque era un programa ya no apto para la nueva imagen de Telever, “Bazar del Hogar” salió del aire años después y Joe de Lara desapareció de las pantallas en Veracruz. Posteriormente, la señal de Televisa Veracruz también dejó de interrumpir la señal nacional.

Pero nunca Joe de Lara dejó --ni dejará-- de ser personaje típico del puerto de Veracruz.

Este miércoles dejó de existir y sin duda, con ese típico acento costeño, no dudaría que sus últimas palabras fueran las de su conocida muletilla: “¡ALLÁ NOOOOOS VEMOOOOOOOOOS!”… Descanse en paz.