Entregó Peña medalla a Lalo Andrade

Arturo Reyes Isidoro

Prosa Aprisa

2014-10-28

En efecto, anoche debió haber regresado al estado el gobernador Javier Duarte de Ochoa. Por la tarde ya volaba de regreso luego de “desahogar una agenda de trabajo común previa al inicio de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC) 2014” con el viceministro de Asuntos Multilaterales de aquel país, Carlos Arturo Morales, según un boletín de prensa oficial.
No se difundió acá, pero el director de Asuntos Jurídicos de la oficina del gobernador Javier Duarte de Ochoa, Eduardo Andrade Sánchez, recibió el viernes pasado de manos del presidente Enrique Peña Nieto la Medalla al Mérito Legislativo “José María Morenos y Pavón”.
El reconocimiento lo obtuvo en el acto de clausura de la 5ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Permanente de Congresos Locales (COPECOL), que se celebró en el Palacio Nacional, por haber sido promotor y artífice de la creación de dicha Conferencia como un espacio de diálogo y de acercamiento entre los legisladores locales de todo el país. Testigos fueron más de 500 diputados de todas las entidades y de todos los partidos políticos.
A Eduardo lo recuerdo adolescente ya orador en la Escuela Secundaria y de Bachilleres “Gral. Miguel Alemán” de Coatzacoalcos, luego jovencito locutor en la XEZS donde inició una fructífera trayectoria que lo ha llevado a ser diputado local, federal y senador, exitoso cronista deportivo en Televisa, presidente de la Confederación Deportiva Mexicana (CODEME), director de Comunicación Social de la PGR, vocero del CEN del PRI, abogado general de la UNAM, Procurador General de Justicia del Estado, presidente de la CONECOL y autor de más de una docena de libros especializados sobre derecho electoral, derecho constitucional, ciencia política e incluso sobre instrumentos jurídicos contra el crimen organizado.
Aquí publiqué alguna vez que cuando el PRI perdió la Presidencia de la República en el año 2000 fue el único que salió a dar la cara públicamente para defender a su partido y es histórico el hecho de que prácticamente se metió por la fuerza al estudio de Televisa donde Joaquín López Dóriga presidía un panel resaltando el triunfo del PAN sin haber invitado a ningún priista para que diera su opinión, pidiendo derecho a participar, hecho que su partido nunca le ha reconocido.
Pero al menos un colaborador del gobernador Javier Duarte de Ochoa da buena nota y se le debe reconocer.
A propósito de la CONECOL, de los recuerdos de mi niñez, al iniciar la segunda mitad del siglo XX, una estampa que se me quedó grabada es la del provinciano que para presumirle a todo el mundo que había ido a la ciudad de México, lo primero que hacía al regresar al pueblo era reunir en torno suyo a los familiares, vecinos o amigos y mostrarles una fotografía, en blanco y negro (entonces no se inventaba la fotografía a color), en donde se le veía en el Cerro del Tepeyac, al lado de la antigua Basílica de Guadalupe, posando junto o encima de un caballito de cartón, con sarape de fondo. Y es que entonces, para todo provinciano casi era obligación ir a conocer y a postrarse ante la tilma de Juan Diego, ahora San Juan Diego, y ya ni se diga de la Morenita del Tepeyac, la Virgen de Guadalupe.
Era un México pintoresco, al que le cantaban Jorge Negrete y Pedro Infante, a quienes escuchábamos a través de la XEW en radio de bulbos, cuando no imaginábamos que iban a existir la televisión y todo lo que hoy conocemos de aparatos digitales; un México al que dejaba boquiabierto la Tongolele y Rosa Carmina, rumberas antecedente de las encueratrices de después; al que hacía reír Cantinflas, Tin Tan y Viruta y Capulina; al que deleitaba con sus falsetes Miguel Aceves Mejía; al que entretenía en sus películas Luis Aguilar; al que causaba admiración Miroslava, María Félix y Dolores del Río; cuando el sitio turístico por excelencia era Xochimilco con sus chalupas o trajineras, y la prenda de moda eran los rebosos, hermosos por cierto.
Apenas iniciaba el servicio de ADO en unos autobusitos “chatos” (hasta que llegaron no los conocíamos en México, pues todos los camiones de pasajeros tenían “trompa”) que eran la admiración de todos. Yo recuerdo que incluso quien tenía la oportunidad de subirse a uno de ellos se sentía y en realidad era un privilegiado. Hasta entonces era la primera vez que se conocía el servicio de autobuses de primera y era una verdadera novedad que el autobús no hiciera parada sino hasta que llegaba a la terminal (a diferencia de los de “segunda” que lo hacían donde quiera), e incluso estaba prohibido que se abrieran las ventanillas.
Decía yo, los provincianos de entonces, cuando regresaban de la capital del país, para que “todo mundo” los viera en su pueblo, se exponían a que les llamara la atención el conductor pero abrían la ventanilla y sacaban la cabeza con la intención de que alguien los reconociera y fuera a platicar.
Pero todo esto me lo hizo recordar, como aquel pedazo de magdalena mojado en té hace aflorar los recuerdos a Marcel Proust que le alcanzan para escribir siete partes, siete libros, de su famosa obra En busca del tiempo perdido, un boletín de prensa que emitió la Legislatura el pasado viernes 24, que dio cuenta que algunos diputados locales fueron a la ciudad de México al congreso de la CONECOL y antes de regresar se tomaron “la foto del recuerdo” teniendo como fondo el Palacio de Bellas Artes.
Como buenos provincianos, ahí se ven, con cara de asustados, los diputados Alfredo Gándara Andrade, Antonino Bazxi Mata, María del Carmen Pontón Villa, Carlos Ernesto Hernández Hernández, Víctor Román Jiménez Rodríguez, Jorge Vera Hernández, Octavio Pérez Garay, Leandro Rafael García Bringas, Ignacio Enrique Valencia Morales y Gabriela Arango Gibb. En el boletín se dice que es la “foto oficial” con todos sus homólogos del país, pero no, no es un foto de grupo, se les ve sólo a ellos.
Mejor se hubieran hecho fotografiar en el Cerro del Tepeyac, o en Xochimilco arriba de una chalupa, o ya de perdida ante la fachada de lo que queda del Teatro Blanquita, para demostrarnos que fueron a la capirucha, se hubieran puesto un sombrero de charro, ellos con un sarape al hombro, ellas con su rebozo, y si hubiera sido posible con unos nopales sobre la cabeza como adorno. Qué provincianos nuestros diputados. Quizá eso refleja porqué el nivel de la actual Legislatura. A ellos los lleva, en camioneta especial, un chofer que conoce la ciudad de México, pero creo que son de los que si van solos, se pierden. ¡Ay México de mis recuerdos! Si supieras que te honran todavía unos diputados locales veracruzanos pintorescos.
Detalle
El domingo, dos alcaldes, expresamente invitados, acompañaron al senador José Francisco Yunes Zorrilla a su encuentro con los periodistas en su conferencia de prensa en el World Trade Center: el de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez, y el de Banderilla, Esteban Acosta Lagunes. ¿Américo posible próximo Secretario de Gobierno? A Pepe nunca se le despegaron sus fieles y eficaces colaboradores, Pablo González Madrazo, su secretario particular, y José “Pepe” Benítez Bretón, su hombre de confianza y logística, actualmente subdirector Operativo del DIF Municipal de Xalapa.