En Veracruz se mueven las piezas de cara a la sucesión de Javier Duarte de Ochoa.

2012-01-17

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Desde hoy, en Veracruz se mueven las piezas de cara a la sucesión de Javier Duarte de Ochoa.
La elección de candidatos al Senado de la República está signada por el tema de la próxima gubernatura.
Por ello, hay quienes observan en ese proceso la mano sigilosa de Manlio Fabio Beltrones.

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Descartado de la sucesión presidencial del 2012, el Senador sonorense dejó de ser un obstáculo para Enrique Peña Nieto, a cambio de que su mano se sienta en el próximo Congreso.
Trabajar para Manlio será la misión inicial de Héctor Yunes Landa, posicionado hoy como el número uno en la fórmula jarocha para la Cámara Alta por orden directa de Peña Nieto.
El ex gobernador del estado de México sabe que su búsqueda de la Silla Presidencial atraviesa por un camino lleno de vidrios.
Además de los medios de comunicación -donde mantiene su pacto principal con el oligopolio de Televisa y TV Azteca- Enrique requiere de un manejo ajedrecista de los sectores y grupos de poder en el PRI a nivel nacional.
El mapa político mexicano pasa por los Estados y en éstos sobreviven los cacicazgos, las alianzas y golpes debajo de la mesa y al margen de los dirigentes nacionales.
Ese es el contexto del que surge el posicionamiento de Yunes Landa.
Por Manlio y a contracorriente de Fidel Herrera Beltrán, Héctor se convirtió en el dirigente estatal del PRI en lugar de Ranulfo Márquez.
Por Beltrones y contra el interés de grupos de poder de la entidad, el ex Subsecretario de Gobierno y ex coordinador de la bancada priísta en el Congreso Local luce firme en su afán por convertirse en Senador.

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No hablamos de una posición menor.
El Distrito Federal es una plaza del PRD.
Allí, el PAN llevará como candidata a Isabel Wallace, una activista de la sociedad civil muy respetada en el ámbito nacional por la lucha que encabezó contra el crimen organizado luego del secuestro y muerte de su hijo.
El PRI irá con Beatriz Paredes Rangel, uno de sus activos más respetables en el país.
Sin embargo, con todo y eso la capital del país es un bastión perredista.
Si el PRD pierde esa plaza y la Presidencia de la República, prácticamente desaparece.
Pero las condiciones que se aprecian son para un crecimiento del voto a favor del PAN y el PRI, más no para la derrota del PRD.
Sabemos que tras el DF, la segunda reserva electoral se halla en el Estado de México, al que Enrique Peña Nieto gobernó y donde su equipo se siente seguro de ganar en julio.
Y la tercera trinchera es Veracruz, una plaza sumamente disputada, dividida, donde el PRI ha estado a punto de perder en dos ocasiones: el 2004 y el 2010.
Una plaza donde Javier Duarte comprometió 1 millón 800 mil votos para Peña y Miguel Angel Yunes acaba de prometer 1 millón 500 mil votos para Ernesto Cordero.
Veracruz es una plaza donde, por cierto, más de 300 mil ciudadanos no podrán votar por no haber hecho el trámite para renovar su credencial de elector.
Pero en fin, se diga lo que se diga los triunfos del PRI en el 2004 y el 2010 tuvieron en la mano de Fidel Herrera la clave para no entregar una gubernatura que habría sido la debacle anticipada del 2012 para el priísmo.
Si en Veracruz gobernara Miguel Angel Yunes y no Javier Duarte, el PRI no contaría con zapatos para cruzar el vidrio que aparece en el camino al primer domingo de julio.

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Y en todo este andamiaje, ni Fidel Herrera ni su sucesor: Javier Duarte De Ochoa han podido borrar de Veracruz la mano de Manlio Fabio Beltrones.
Enrique Peña Nieto negoció con el ex gobernador sonorense diversas posiciones y algunas de ellas serán muy importantes en el próximo Congreso.
A cambio de que la tercera plaza en importancia electoral del país no se sacuda, Héctor Yunes Landa va.
Y eso, lo coloca –desde hoy- en la línea sucesoria del 2016.
Para entonces falta mucho aún.
Mucha agua pasará por el río político, desde luego.
Sólo que en la política los hilos se tejen desde la rueca y así como se escuchan nombres desde Boca del Río, Veracruz y hasta Tuxpan; hay cantos de sirenas desde Soledad de Doblado y hasta Perote.

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Litempo 4, era la clave con que se identificaba a Fernando Gutiérrez Barrios (+) en la CIA, cuando el capitán del ejército trabajaba para la agencia norteamericana de inteligencia.
A la fecha, permanecen las dudas acerca del destino de toda la información con la que contó el poderoso político de origen veracruzano y no se sabe si la llevó a su tumba o la dejó encargada con algún alumno.
Gutiérrez Barrios fue tan poderoso, que Fidel Castro Ruz afirmó alguna vez que sin su apoyo no habría existido la Revolución Cubana.
Manlio Fabio Beltrones fue pupilo del hombre que gobernó Veracruz y ocupó la Secretaría de Gobernación en el gabinete de Carlos Salinas de Gortari.
Don Fernando buscó la Presidencia de la República del 2004.
El alumno del célebre creador del CISEN buscó la Presidencia en el 2012.
Y la buscará en el 2018, si puede.
Lo mismo que Héctor Yunes hará con la gubernatura de Veracruz.
Siempre de la mano de su amigo y padrino.