Todo el edificio del bienestar prometido se puede desplomar

Francisco Cabral Bravo

COLUMNA SEMANAL

2019-06-17

Con solidaridad y respeto a Cuitláhuac García Jiménez, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, Ricardo Ahued Bardahuil y Rafael Hernández Villalpando
El riesgo era tan alto bajo la amenaza arancelaria del presidente Donald Trump, que a Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, reconoció que 900 mil mexicanos pudieron haber perdido el empleo. México "salió con la dignidad intacta", dijo. En caso de que los aranceles se hubieran aplicado, hubiese venido un aumento de precios. Zanjada la crisis, reiteró que México brindará asilo a los migrantes. Sin daño alguno en la comitiva negociadora. Cada quien lo celebra como quiere.
Mario Delgado Carrillo, coordinador de los diputados federales de Morena, descartó que con el envío de 6 mil elementos de la recién formada Guardia Nacional a la frontera sur del país se pretenda agredir a los inmigrantes centroamericanos. "No va a haber política del garrote, eso no, se va a tener una política que respete la ley y los derechos humanos". "Yo creo que, independientemente de lo que se comprometió con Estados Unidos, si teníamos que tener una política migratoria diferente a lo que vivimos los últimos meses". Es momento de generar mejores ideas para reforzar la frontera sur y evitar que se vuelva a caer en una crisis humanitaria, pretexto para los ataques de Trump. Hay un gran perdedor: el Instituto Nacional de Migración.
Rebasado. Para concluir, el acuerdo alcanzado tiene costos para México, pero a mi parecer, menores a los que hubieran tenido los aranceles.
En ese sentido, se logró un éxito. Pero la errática política migratoria mexicana fue la que propició la amenaza de Trump.
Ojalá este gobierno aprenda de los aciertos y los errores.
El acto celebrado en Tijuana es sumamente preocupante, pues en las intervenciones, prevaleció una ambigüedad que revela que actores como el diputado Porfirio Muñoz Ledo se oponen frontalmente al acuerdo bilateral.
Coincido con el historiador Lorenzo Meyer, quien en su columna periodística escribió que el acuerdo bilateral es una humillación, por lo cual difícilmente puede sostenerse que la dignidad de nuestro país esté intacta.
De antemano, sería aconsejable dejar de lado el discurso de la polarización y la discordia que agobia a la nación y escuchar a todos para corregir a fondo. No se puede apelar a la unidad nacional cuando se insiste en dividir.
También aranceles por política migratoria es un trago realista, pero muy amargo. No queremos vivir esta situación otra vez. Nada hay de que enorgullecernos cuando haremos el trabajo sucio, cuando buena parte de la Guardia Nacional creada para abatir la inseguridad galopante de los mexicanos, tendrá que ser dedicada a contener a los migrantes.
La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) necesitará más recursos y no menos y la vigilancia de los Derechos Humanos deberá convertirse en una prioridad.
Pero seamos crudos, con una economía tambaleante, que declina en empleo e inversión, como un segundo semestre marcado por la desconfianza, los aranceles Podrían haber generado una espiral de caída con cientos de miles de familias afectadas.
Texcoco está en litigio. Retomar Texcoco de inmediato evitaría un conflicto mayor, inyectar la confianza, muy escasa hoy, traería inversiones, daría oxígeno al peso y seriedad a la administración, convirtiéndose, en carta de presentación de una economía abierta que, por razones de dignidad, quiere diversificarse. Realismo, pero ya por favor.
La vecindad, las debilidades de nuestro país y las enormes asimetrías de poder con Estados Unidos, nos colocan en el lugar perfecto para la extorsión y el maltrato trumpista.
México negocia contra la pared y Trump abusa de su condición.
En México se entiende que no debemos ponernos con Sansón a las patadas, porque no es una buena estrategia.
Así, mientras Donald Trump abusa de su poder, México se mira al espejo y ve a un país en donde su principal socio comercial se ha convertido en un enemigo despiadado.
Es claro que México y la Unión Americana cambiarán dramáticamente su política migratoria por presiones estadounidenses, para asegurar la viabilidad de la economía y las exportaciones mexicanas. Esto implica reducir el flujo de personas que entran al país, detener y controlar las personas que ya están en México, intentar que no crucen la frontera con Estados Unidos, ya sea ofreciendo ayuda humanitaria o usando la fuerza.
También con la restructuración del aparato de justicia y seguridad del país, el desorden de los cambios obviamente se reflejará en la capacidad del Estado para controlar este fenómeno migratorio, que toma tintes, de un riesgo a la seguridad nacional.
El sueño duró mucho, demasiado tiempo (o muy poco, dependiendo de su perspectiva) queridos lectores. Y digo que es un sueño porque lamentablemente nuestra vecindad es desigual, así lo ha sido históricamente.
En lo militar, en lo económico, en lo comercial, el hecho de compartir frontera con la nación más poderosa del mundo convierte todo intercambio, toda negociación, en una caminata sobre la cuerda floja.
En un mundo ideal, negociaremos desde una posición de fuerza, o al menos de paridad. En el mundo de verdad, ese en el que vivimos usted y yo, querido lector, hay que luchar por obtener el mejor acuerdo posible. Esto no se ha acabado, así que tocar aguantar otros embates de nuestro adorables vecino.
Marcelo Ebrard es un hombre de Estado, sabe de negociaciones, tiene presencia y domina idiomas, lo que sin duda fue fundamental en el aspecto humano de la negociación. Pese a la complejidad del asunto, sin aspavientos, con mesura, con seguridad enfrentó un capítulo complicado de la relación bilateral.
Republicanos y demócratas llamaron a la cordura y señalaron las negativas consecuencias de imponer aranceles en forma unilateral.
Esta medida afectaría la aprobación del T-MEC, y fundamental para el bloque comercial de Norteamérica en su competencia con otras regiones.
Hay críticas a los acuerdos alcanzados, se señala México hará de "border patrol" de EEUU con Centroamérica, Trump incluso señala aspectos aún ocultos de la negociación, muestra texto de lo ya informado.
Cierto es que una negociación implica un acuerdo que destierre pérdidas y permita transitar de mejor forma ante circunstancias muchas veces inéditas. Se dice la política es el arte de lo posible, no de lo deseable.
Creo que se logró frenar la amenaza, espero se cumplan acuerdos para que no se repita el escenario.
Será un costo alto para México frenar migrantes y atender por años a solicitantes de asilo en la frontera.
Pero de algún modo, ya se habían realizado acciones al respecto, sólo que ahora será parte del gasto público, hoy tan reducido por ayudas y otros programas no productivos.
Logramos frenar aranceles, con un canciller que en poco tiempo construyó un nuevo escenario, no exento de costos, que freno mayores pérdidas. Es tiempo de reflexionar sobre la conducción nacional y su proyecto a fin de tomar medidas que alienten inversión, crecimiento, empleo y productividad.
Por si algo nos faltará en el complejo panorama económico que enfrentamos, hay un creciente riesgo de recesión.
Más vale que los veamos y que vayamos tomando nuestras providencias para que luego no digamos que nos tomaron por sorpresa.
Los nubarrones están allí y vienen hacia nosotros. No nos sorprendamos, ni nos espantamos si próximamente tenemos una tormenta.
En México se comienza a hablar de recesión económica. Un término quizá todavía exagerado para el estado actual de la economía, Pero quizá no tanto desde el punto de vista de sus perspectivas inmediatas. Los economistas dicen que las cosas no pintan bien, afirman que la economía muy difícilmente crecerá al 2%, aunque el Presidente considera que están siendo conservadores. El mismo término puede aplicarse a la política.
Aunque en grados muy distintos, es la idea de que la democracia no funciona de manera efectiva para enfrentar los retos de la gobernabilidad. Una idea que puede tornarse peligrosa. ¿se puede hablar de recepción democrática en México? Quizá como en la economía todavía es pronto para saberlo. No tenemos, como ocurre en la economía, datos y cifras precisos. Los cambios políticos suelen ser menos abruptos y llevar más tiempo para hacerse evidentes, pero si pueden evaluarse ciertas tendencias.
Lo importante ahora es corregir. Porque si la economía no crece, todo el edificio del bienestar prometido se puede desplomar.
Sin crecimiento económico no hay posibilidad de generar bienestar ni más oportunidades ni un ingreso mayor para más mexicanos.
Porque si seguimos como en estos primeros meses, los pronósticos no son nada halagüeños.