El PRI ya Envejeció, es un Partido Derrotado…

Y del amor de ayer, sólo despojos
Agustín Lara

Este 21 de junio se cumplen 22 años de la muerte de aquel líder obrero que supo mantener unido al priismo, Don Fidel Velázquez Sánchez, quien a pesar de su avanzada edad mantuvo un sector obrero en apoyo a su partido. Don Fidel Velázquez, aquel líder que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), le daba a palomear las listas de candidatos a senadores, diputados y hasta gobernadores de los estados, a sabiendas el dirigente en turno del partido tricolor que el voto corporativo de los trabajadores de la Central de Trabajadores de México (CTM), sería el fiel de la balanza para hacer ganar los candidatos abanderados por el tricolor.

En una ocasión, ya de avanzada edad Don Fidel, con más de 90 años, en su reunión semanal con los medios de comunicación, un reportero le preguntó que si ya estaba enterado que el Partido del Sol Azteca haría alianza con otro partido de la chiquillada para ganar diputaciones federales, Don Fidel, semidormido o así se notaba, balbuceó únicamente: “cero más cero siempre ha dado cero”. La oposición al PRI en ese entonces era incipiente.

La contienda actual entre candidatos a presidir el Comité nacional del PRI o lo que queda de ese partido, está a tambor batiente. Hace escasos días se dio a conocer que renuncian al partido dos de estos candidatos, José Narro Robles, con 46 años de militancia que dice tener y Beatriz Pagés Rebollar que por años militara en ese partido y ocupara puestos públicos de relevancia abanderada por el PRI. Alguien decía que el PRI es un viejo nonagenario y achacoso.

En abril de 1984, Don Fidel Velázquez mencionaba: “El PRI ya envejeció, es un partido agotado, la forma de hacer política ya no responde a los tiempos, debe depurarse y superarse o estará condenado a morir”, y eso es lo que está sucediendo precisamente con el PRI.

Don Fidel Velázquez, viejo sabio, hace 4 décadas ya pronosticaba el “debilitamiento del poder político, el aburrimiento de priistas y de funcionarios públicos con la ideología del PRI”, también Don Fidel hablaba en esos ayeres de la transformación completa del PRI, de ese avasallamiento que hubo ante el “primer priista” que vino a terminar con el partido.

Se puede decir que se terminaron los hombres luchadores y consientes que había para sacar la elección a favor del PRI, se puede pensar que a raíz del asesinato de Luis Donaldo Colosio, que fue el último candidato a la presidencia de la república que movió a México, el partido tricolor cayó en manos de gente pusilánime, vasallos a la orden del presidente de la república en turno.

Don Fidel en su momento mencionaba que era necesario un cambio en la dirección del partido, su partido el PRI, hablaba de un verdadero cambio, y de lo necesario que surgiera el líder que aglutine a los priistas; en el PRI falta un hombre que sepa sacar de las cenizas al partido como el Ave Fénix, falta un Fidel Velázquez que controlaba todo el sector obrero, un Lázaro Cárdenas que supo terminar con la época de los caudillos, un Carlos Alberto Madrazo Becerra que mueva masas, siento decir que de todos los candidatos que quieren dirigir actualmente al partido ninguno de ellos tiene el valor ni la sapiencia para hacer resurgir al PRI. Todos huelen a perfume.

Se decía en aquel entonces que había que sudar la camiseta y en el PRI ya no hay candidatos de estos, es cierto, el PRI ya envejeció, pero no es un partido agotado, faltan priistas con enjundia que quieran levantar la bandera del tricolor y no lleguen a vender lo poco que queda del PRI, que como dijera el músico poeta Agustín Lara “y del amor de ayer, sólo despojos”, eso es lo que queda del PRI, sólo despojos, lamentablemente a 4 décadas de distancia se necesita otro viejo sabio como Don Fidel Velázquez, que supo mantener unido al PRI. Un viejo sabio como Don Fidel que inventó un mecanismo de control más poderoso que el dedo del presidente de la república en turno. No se necesita un nuevo PRI, se necesitan nuevos priistas para que inicien una nueva era de este partido. Yo digo y nada más. Hasta la próxima Dios mediante.

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