¿Cuánto tiempo le queda a Elba Esther?
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El 23 de abril de 1989, el entonces líder moral del SNTE, Carlos Jonguitud Barrios renunció a la Presidencia Vitalicia del grupo “Vanguardia Revolucionaria” y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
La caída de Jonguitud se hizo oficial luego de una entrevista entre el poderoso maestro nativo de San Luis Potosí y el entonces Presidente Carlos Salinas de Gortari.
Unas semanas antes de la jubilación del cacique –el 10 de enero- Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, había sido encarcelado bajo el argumento legal de poseer armas de uso exclusivo del ejército y por el asesinato de un agente del ministerio público federal en Ciudad Madero, Tamaulipas.
Tras el “quinazo” –se ha dicho- Carlos Jonguitud presuntamente le dijo a Salinas: Señor Presidente, yo me voy solo…
Lo cierto es que Fernando Gutiérrez Barrios (Gobernación), Manuel Bartlett Díaz (Educación) y Arsenio Farell Cubillas (Trabajo) fueron los Secretarios que enterraron el cacicazgo del potosino, por órdenes de Carlos Salinas.
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Las historias del SNTE y del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) están llenas de sangre, de asesinatos de líderes, de corrupción y de alianzas subrepticias entre las mafias del sector laboral y los grupos de poder en turno en el gobierno de México.
Carlos Jonguitud Barrios llegó al poder desde 1972 y se mantuvo en él durante 17 años.
El 22 de septiembre de 1972 -con el apoyo del presidente Luis Echeverría- un grupo de personas armadas encabezadas por Jonguitud se apoderaron del edificio del SNTE.
Acto seguido nombraron Secretario Interino a Eloy Benavides y desconocieron a Carlos Olmos, en aquel momento, Secretario General.
Como en muchos otros casos –la manipulación de la Cooperativa propietaria del Diario Excélsior para obligar a la salida de Julio Scherer García y su equipo del periódico en 1976, es otro ejemplo- la mano de Luis Echeverría estuvo detrás del arribo de Carlos Jonguitud al control del SNTE.
En 1974, Jonguitud se convirtió en el Secretario General del SNTE y allí planeó permanecer el resto de su vida a través de “Vanguardia Revolucionaria”.
Carlos Jonguitud logró cargos como una Senaduría y la gubernatura de su natal San Luis Potosí, montado en el cacicazgo del gremio magisterial.
Su falta de lectura de la circunstancia de 1988, cuando el PRI perdió las elecciones ante Cuauhtémoc Cárdenas pero con el apoyo de las fuerzas armadas y de los poderes de facto se mantuvo en el poder, lo llevó al final de su carrera política.
Además de “La Quina” –su declarado enemigo- Salinas de Gortari eliminó a Jonguitud y para ello se apoyó en una joven dirigente cuya carrera magisterial inició en su natal Chiapas, pasó por un breve cacicazgo en el Estado de México y en algún momento la hizo aliada del propio Jonguitud.
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Elba Esther Gordillo -impulsada por Salinas- quedó al frente del SNTE.
El 24 de abril de 1989 Refugio Araujo Del Angel, electo Secretario General del SNTE apenas en febrero de aquel año, renunció al cargo y Elba Esther quedó en su lugar.
Cuando asumió el cargo, la maestra afirmó:
“No permitiremos que el sindicato sea un botín de nadie, de nadie. No habrá reelección. Los estatutos no lo permiten”…
Sin embargo, desde entonces a la fecha la maestra se ha mantenido al frente del Sindicato que agrupa a un millón y medio de maestros y maestras.
De hecho, el SNTE sigue siendo el Sindicato más grande de América Latina.
Este año, Gordillo cumplirá 22 años en el poder; 5 años más que su antiguo líder, jefe y amante.
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En el año 2006, el tabasqueño Roberto Madrazo fue el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Desde el 2003, el tabasqueño se había peleado con Elba Esther. En diciembre de aquel año, le quitó la Coordinación de los Diputados Priístas en el Congreso Federal.
La media de fuerzas entre el madracismo y el SNTE fue espectacular y al final Roberto Madrazo perdió la lucha, perdió las elecciones frente a Felipe Calderón y perdió su carrera política.
Entre 2004 y 2006, Elba Esther trabajó contra el PRI y Madrazo.
Aún siendo militante priísta, la líderesa magisterial hizo pedazos a Roberto.
Aún se escuchan los ecos de la célebre consigna elbista que recorrió el país y contribuyó notablemente al tercer lugar del madracismo:
“¿Tú le crees a Madrazo?
Yo tampoco”
Fue hasta el 12 de julio del 2006, que el PRI se atrevió a expulsar a Gordillo de sus filas.
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Así como hizo añicos a Roberto Madrazo, la neo cacique del SNTE contribuyó al triunfo de Felipe Calderón Hinojosa y luego pasó la factura respectiva.
En la primera etapa del sexenio calderonista Elba Esther lucía todopoderosa, invencible, más influyente que cualquier líder nacional de cualquier partido, incluido el PAN.
De este modo le dieron las direcciones del ISSSTE –donde colocó a Miguel Angel Yunes Linares, su ahora enemigo- y la Lotería Nacional.
Le entregaron, también, posiciones en la Secretaría de Educación Pública que al inicio sexenal manejó Josefina Vázquez Mota, con quien la maestra chocó pero topó con pared.
Y le dieron más, mucho más.
Elba Esther obtuvo con Felipe Calderón lo que ningún Presidente le había dado: posiciones políticas de primer nivel, co-gobierno de la SEP y poder, demasiado poder.
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El peor error de los políticos es creerse Dioses. El poder es una droga. El poder corrompe. El poder devora.
Así como tuvo más poder que los líderes partidistas, Elba Esther creyó que podría retar a la estructura del gobierno mismo y creó su propio partido, el PANAL.
Elba Esther llegó al poder por decisión del gobierno y ahora lo reta.
Con el PANAL, su juguetito, la maestra hizo alianzas con el PAN antes que militar en el PAN.
Luego logró alianzas con el PRI, antes de volver a militar en el PRI.
En la lógica de la dirigente nacional de los maestros durante las dos últimas décadas, ella tiene más poder que los partidos y no necesita ser un militante más. Ella es el Partido. Ella es el PANAL.
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Ante este contexto, la ruptura de la alianza con el PANAL de parte del PRI -anunciada el viernes pasado por Pedro Joaquín Codwell- es un suceso envuelto por un significado profundo.
El 2012 no es el 2006. Elba Esther y su poder ya no son los mismos.
Ya no hay enfrente un Roberto Madrazo al cual hacer pedazos. Ya no está enfrente un PAN que buscaría su respaldo al costo que fuera para ganar las elecciones.
En el PRD, Elba apesta. Allí, siempre ha apestado. Y el PANAL no es –nunca ha sido- garantía de nada. Es apenas un barquito que se mueve con el viento y las del 2012 no parecen ser corrientes de aire favorables.
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Juan Nicolás Callejas Arroyo, el cacique del SNTE en Veracruz, es rival político de Elba.
Rafael Guzmán Ochoa, Senador por el PANAL y ex líder nacional del SNTE, es un ex aliado de la maestra.
Miguel Angel Yunes Linares y Elba Esther se odian.
En Veracruz, pues, a la maestra no le conviene ni pararse.
El Estado de México, al margen de la influencia que pudiera tener Elba con sus huestes magisteriales, está en manos del Grupo Atlacomulco que la acaba de despreciar.
Oaxaca y su natal Chiapas han sido y son símbolos históricos de la oposición magisterial a los cacicazgos primero de Jonguitud y luego de Elba Esther.
La maestra intentó que su hija fuese Senadora por Chiapas. No lo será.
Sus posiciones en la SEP, el ISSSTE y la Lotería Nacional ya se perdieron. Felipe Calderón Hinojosa tiene a la líder magisterial arrinconada, a pesar de encontrarse en las postrimerías de su gobierno y lo del arrinconamiento permite rememorar la historia de Salinas con Jonguitud en 1989.
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¿Cuánto tiempo le queda a Elba Esther?
Imposible saberlo a detalle. Lo que está claro es que su reloj de arena del poder cada día opera con menos granos a su favor.
Tantos enemigos ha hecho en su vida política…Tantas deudas políticas tiene en su haber…Que la maestra Elba parece no haber atendido el poema de Renato Leduc:
Sabia virtud de conocer el tiempo…
A tiempo amar y desatarse a tiempo…
Como dice el refrán, dar tiempo al tiempo…
Que de amor y dolor, alivia el tiempo…