Lideresas de la confrontación
¿Qué derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice?
José Saramago
Atanasio Hernández
CONTRACOLUMNA
2020-07-13
Lucy Díaz está al frente del colectivo de madres que buscan a sus hijos, Solecito; lleva años enfrentando a la autoridad para que se haga justicia y eso le ha valido el reconocimiento nacional e internacional. Están Las Patronas, cuya labor con los migrantes en la zona centro del estado de Veracruz les ha granjeado premios nacionales e internacionales por su incansable labor altruista.
Son lideresas y luchadoras sociales. Personas que anteponen su interés propio para unir fuerzas y ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, o más bien, esperando que cambien las cosas para todas y todos.
Pero están también los y las “lideresas sociales” que usan a muchas personas para crecer políticamente, para exigir beneficios de partidos y gobiernos, que buscan constantemente incrementar su base social, a quienes ven como carne de cañón y a quienes convencen de apoyar a tal o cual partido.
Hablemos de un caso en particular en Xalapa.
A finales de 2018 vecinos de la colonia 21 de Marzo denunciaron vivir bajo las amenazas e intimidación de la lideresa de la asociación civil Renovación Veracruzana, Arely Hernández Alvarado, y sus seguidores, ya que los habitantes de la calle Cedros -comandados por la pseudoluchadora social- destruyeron parte de la pavimentación en la que trabajaba la Dirección de Obras Públicas. Los mismos afectados lo declararon así:
“Nos han dicho varias veces que no hablemos, que dejemos las cosas así, porque vendrán a golpearnos. La señora ya nos quitó la mitad de la calle, es la segunda vez que viene a destruir parte de la obra. Un día vino con unas personas dizque a medir y dijeron ‘hasta aquí’… se encaprichó, y como ya no la seguimos a sus juntas y prácticamente la dejamos sola, trae pleito.
La verdad es que nos engaña y hace las cosas a su conveniencia. Agarró pico y pala hasta que rompió el pavimento, lo destruyó. No es justo, porque fueron dos días de trabajo echados a perder, además del dinero y toneladas de concreto… no es justo”.
Si no es para los míos, no es para nadie. Así funcionan. No les importa la gente, para ellas y ellos, son votos, soldados que, entre más sean, mejor se ven los bloqueos, las manifestaciones, las tomas de instalaciones.
De hecho, 2018, el año de la transición cuando acabó el gobierno del panista Miguel Ángel Yunes Linares, Xalapa fue presa de un sinfín de manifestaciones, alentadas, financiadas u orquestadas por el exgobernante. Un día sí y otro también.
El Palacio Municipal fue tomado por la gente de estos líderes y lideresas sociales como los de Antorcha Campesina, los MILES o Vía Veracruzana.
Incluso, Arely Hernández llegó al extremo de cerrar con cadenas y candados todos los accesos del inmueble público, impidiendo a la gente entrar o salir. Su exigencia: obra pública para sus huestes. Hubo denuncias, pero la justicia estaba en manos de Jorge Winckler, hoy prófugo de la ley.
Así funcionan.
Pero el colmo, es que ahora, en plena pandemia por el Coronavirus, que mata a 8 de cada 10 personas que tienen más de 60 años que al mismo tiempo padecen obesidad, hipertensión o diabetes, esta señora se manifestó el viernes pasado llevando consigo a decenas de personas vulnerables: niñas, niños, adultas y adultos mayores, así como a otras con sobrepeso para presentarse en el DIF Estatal.
Lo peor es que a ella no le importa si se contagian, pues será un pretexto más para arremeter contra las autoridades.
Algo que extraña de sobremanera es que esta señora, que trata de “pendejos” a todo el que no esté de acuerdo con ella, forme parte del Consejo Consultivo del Instituto Veracruzano de las Mujeres, así como lo lee.
¿Hasta cuándo vamos a aguantar a estas “lideresas” de la confrontación?, ¿hasta cuándo actuará la Fiscalía General del Estado contra estos pseudolíderes sociales?