La nueva Inquisición
“¿Qué derecho tiene un señor o señora de creer que por escribir una columna tenemos que creer que es verdad lo que dice?”.
José Saramago
Atanasio Hernández
CONTRACOLUMNA
2020-07-16
Si pensábamos que dos siglos después nos habíamos librado de la Santa Inquisición Española y la leyenda negra que gira a su alrededor, estábamos equivocados. Aunque los crímenes, prácticas y efectos de esa institución eclesiástica no son necesariamente los que se le atribuyen, realidad y mito se entremezclan para aflorar en las actitudes que asumimos en la condena social de alguien, sobre todo cuando se trata de un personaje público.
El caso del exfutbolista Luis Roberto Alves dos Santos Gavranic, mejor conocido como Zague, es ejemplo de cómo un mensaje privado trasciendió a lo público y corrió como la pólvora en las redes sociales, con consecuencias. Más allá de consideraciones morales, el video difundido puso fin a su vida conyugal, cuando menos.
Un caso más reciente es el de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, cuyo personal público en sus redes una efeméride para recordar la renuncia de Victoriano Huerta a la Presidencia, pero con la imagen de Francisco I. Madero, a quien el aludido ordenó asesinar un año antes. La burla y la difusión del yerro fue tal, que el titular de la dependencia debió salir a dar una explicación que tampoco convenció a sus detractores.
Esta tendencia al escarnio colectivo se ha acrecentado durante los últimos días, pues la pandemia ha servido como escenario propicio para desahogar la frustración y el miedo que nos producen el presente y el futuro –incierto– con el confinamiento. Pero no es el origen del ciberbullying, alentado principalmente desde los medios de comunicación de acuerdo con los intereses que defienden.
En las redes sociales se ha sabido explotar el descuido de sus usuarios, la gente común, que no lee. Al consumidor de Facebook, Twitter, Instagram, etcétera le basta con una cabeza o título malintencionado para darse una idea, normar su criterio y emitir juicios de valor: opinar, afirmar y difamar sin conocimiento o bases. Así funcionan hoy las redes sociales, en las que cualquiera sirve de chivo expiatorio ante el descontento generalizado. Nunca antes hubo tantos imbéciles con voz.
No conozco personalmente a Francisco Villa Campa, jefe de la Policía Municipal. De por sí, su nombre causa algún efecto, pues sería nieto del general revolucionario que en realidad se llamó José Doroteo Arango Arámbula. Pero se entiende que es locuaz, atrabancado, y esto es parte del asunto. En su página de Facebook, por ejemplo, llama a sus subordinados “mis muchachitos”; aparece en fotografías y videos “en acción”; es muy activo, y tiene casi 3 mil amigos.
El asunto viene al caso porque la tarde-noche del lunes, una cuatrimoto de la Policía Municipal terminó hundida en el segundo lago de El Dique. Éste es el hecho. Por una parte se informó que un agente de nombre Manuel Martínez Díaz marco el alto a un motociclista que ingresó al lugar –acordonado y de acceso restringido por la pandemia–, pero en lugar de parar se dio a la fuga.
El oficial dijo que lo persiguió, o iba a perseguirlo, porque el volante se trabó y el vehículo cayó al lago. Martínez Díaz alcanzó a saltar y resultó “policontundido” (con unos cuantos golpes), fue atendido en la Clínica 10 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y no pasó a mayores. Al sitio acudió el director de la Policía, Francisco Villa, quien se metió al agua para sacar la cuatrimoto.
Pero cuando esto sucedía un reportero que no testificó el origen de los hechos hizo una transmisión en vivo y aseguró que el funcionario municipal iba manejando y cayó al lago... Ardió Troya en las redes sociales. Sin importar el contenido de las notas generadas tras el incidente, el público y hasta el dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Alberto Velázquez Flores, se quedaron con la idea de que así fue.
Francisco Villa difundió un video en el que las cámaras de seguridad vial acompañan su recorrido –tras el incidente– de Palacio Municipal a Los Lagos, en una motocicleta de dos ruedas. El director de Gobernación Municipal, Juan Vergel Pacheco, también aseguró que estaba en una reunión con el Jefe de la Policía cuando les informaron del accidente.
Pero esto a nadie le importó. Fue más tentador producir noticias falsas, exigir renuncias, caricaturizar al personaje y difundir a diestra y siniestra memes en los que se le ridiculiza. Ahora los reporteros no relatan o describen, opinan; los lectores ya no leen, creen a ojos cerrados y difunden, y los detractores (de esos hay una lista larga) se dedican a fabricar culpables y encender la hoguera.