SE COMÍAN A LOS MUERTOS
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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2 de NOVIEMBRE de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-11-02
Los que tenemos muertos vamos al panteón siguiendo las costumbres prehispánicas, que estas abarcan desde el 28 de octubre, así como sucede en Juchitán, Oaxaca, que celebran antes del 1 y 2 de noviembre que son fechas del Día de Muertos para la iglesia católica.
Mucha gente piensa que la fiesta a nuestros muertos tiene orígenes católicos y eso no es cierto. La Iglesia tomó la tradición indígena y como ellos manejaron los panteones desde que llegaron hace más de 500 años, la hicieron más formal y ahí están las fiestas al lado de las iglesias que son verdaderas obras de arte.
Por lo menos en México, porque hay regiones en donde se celebraba a los muertos desde hace miles de años, no había panteones. Se comían con guisados el cadáver y los huesos lo metían en vasijas que enterraban en el mes de agosto, que era un símbolo de la siembra.
Otros no se los comían y los enterraban bajo suelo en sus patios. Hay veces que construían una casa arriba del muerto para indicar dónde estaban enterrados. Estas costumbres se dieron generalmente a las regiones y pueblos con la influencia de los aztecas. Éramos caníbales.
En el libro de la “Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España” de Bernal Díaz del Castillo, habla de canibalismo al engordar con cerdos a los enemigos y comérselos. No podíamos creer cuando en 1985, en el poblado Helio García Alfaro, del municipio del Uxpanapa, un originario de La Chinantla de Oaxaca se vengó del amante de su esposa matándolo y comiéndose su corazón a la vista de todos. Era una cosa común entre ellos.
Así que cuando llegan los españoles y los padres católicos, el indígena tenía que decidir si se lo comían sus parientes o los gusanos. A sangre y fuego la iglesia católica metió la religión y nos quitó algo de caníbales.
No sabemos de qué se espantan de los crímenes de los integrantes del narcotráfico, que no son diferentes a como matan a sus adversarios como lo hacía Al Capone en Chicago. Igualitos y con más pimientas en México.
Como ya no sé si me comen mis parientes o los gusanos, mejor voy a pedir que me incineren. No les voy a dar el gusto que con mi pancita hagan un buen mondongo.
Como debemos reinos de la muerte, un homenaje a José Guadalupe Posadas, por sus grabados riéndose de la muerte con sus Catrinas y otros, que hiciera famosos los grabados el pintor Diego Rivera
Para terminar: ¿Gusta unos tacos de seso? Ríase. El muerto al pozo y el vivo al gozo.