DOS DÍAS CON HAMBRE
Pasillos del Poder
César Augusto Vázquez Chagoya
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18 de OCTUBRE de 2012
César Augusto Vázquez Chagoya
Pasillos del Poder
2012-10-18
Cuitláhuac es un municipio entre las carreteras de Veracruz-Córdoba. Con clima seco, los soldados del Ejército Mexicano tenían la misión en un camino de esperar la llegada de una camioneta de narcos. Solamente llevaban agua en su cantimplora y una que otra galleta. Tenían que estar agachados, llevaban dos días sin comer y el agua se había acabado.
Como siempre en un grupo, uno encontró un arroyo, entonces el mando mandaba de dos en dos para tomar el vital líquido y rellenar la cantimplora. Al tercer envío, del camino les salen unos viejitos quienes les gritan que esa agua estaba contaminada por las alcoholeras de la región.
Los soldados no obedecieron el llamado, porque para ellos el agua era la vida, además que estaba sabrosa. Nos queremos imaginar el calor que sufrían estos hombres con sus gruesos uniformes, cascos y cargar armas con municiones. La espera fue fructífera. Al tercer día apareció la camioneta y en esa ocasión, con prisa, detuvieron a 25 maleantes.
A fines de julio del 2011, se hizo un mini-cónclave de periodistas en la zona norte del puerto de Veracruz para analizar la muerte de los periodistas Milo Vela y Yolanda Ordaz, del diario NOTIVER. Todos abajo de los coches, sin barajas ocultas, en las cercanías de las planta de tratamiento de agua.
En eso pasan los malosos en camionetas grandes con los vidrios abajo para repeler agresiones. Iban y venían como en su casa. Nosotros inmóviles sólo viendo la impunidad de la que gozaban.
Después de estos hechos, los mandos de la Armada y el Gobierno de Veracruz deciden que la Policía Intermunicipal desaparezca y el mando policial lo tome la Armada. En diciembre del año pasado, llegamos a un hotel de la zona conurbada esperando a un personaje
No llegaba todavía y platicamos con taxistas que estaban haciendo sitio en espera de pasaje: "¿Cómo van los marinos?", preguntamos. Al unísono, contestaron que la violencia había bajado drásticamente.
El tiempo les ha dado la razón y más porque los marinos en el puerto son parte de la vida de la población. No sólo dieron su vida los cadetes Virgilio Uribe y José Azueta el 21 de abril de 1994 ante la invasión norteamericana, sino que en cada carnaval son los que protegen el desfile y pocos se atreven a no cuidar las normas.
El carnaval se toma en serio en el puerto de Veracruz. Los políticos que no agarraron la onda no se subían a los carros alegóricos, pero a petición ciudadana, caminan o encabezan el inicio del carnaval, la fiesta del pueblo.
Los marinos están ubicados en la congregación de Antón Lizardo, del municipio de Alvarado, de apenas un poco más de 6 mil habitantes. Este lugar es llamado así en honor el dueño de la nave que encallara en el siglo XVI, de origen Francés, oriundo de Niza. Aquí está ubicada la escuela de marinos y es bautizada como heroica.
Cierto: tanto marinos y soldados cometen errores y más porque se les dan funciones de policías cuando su misión es ir a la guerra para cuidar nuestra soberanía nacional. Los medios de comunicación somos duros con ellos cuando violan los derechos humanos.
Pero fuera de esto, desconocemos en la ciudadanía que estos hombres medio duermen, comen y viven. No sólo están comisionados en diversas partes del país y no tienen descanso. Tanto mandos como soldados actúan como si no les pasara nada. Llevan una vida extraordinaria de peligros que no imaginamos.
Los boletines de prensa de ambas fuerzas siempre escriben que un grupo armados les dispararon, ya sea a marinos o soldados, pero se nos hacía que estarían locos los maleantes de disparar contra hombres entrenados y con mejor armamento para morir bajos sus balas.
Desde principios del mes de noviembre del 2011 ya dudamos. Un grupo armado escondido en la avenida principal de Las Puentes, congregación del municipio de Coatepec, disparan contra un convoy de fuerzas armadas, matando a uno e hiriendo a dos.
Las fuerzas armadas venían de haber desmantelado una red de antenas de comunicación de los malosos sobre el Cofre de Perote, quienes, ante el ataque, repelen matando a un maleante y los otros huyen en un carro que pasó ante niños a exceso de velocidad, disparando contra la población y especialmente contra la iglesia y la estatua de Rafael Guízar y Valencia.
Entonces con desventaja si disparan los malosos contra las fuerzas armadas, nosotros nos preguntamos si con tanta hambre, falta de sueño, bajos salarios, donde defienden nuestra seguridad, la misma sociedad es recíproca con estos hombres valerosos.
Desgraciadamente no. La Ley de Víctimas de las fuerzas armadas sólo está reglamentado para la SEDENA, es decir, soldados, pero a la marina no.
Como no está reglamentado el apoyo a los marinos muertos, los mandos se han visto obligados a darles ascensos a sus muertos para ayudar a sus familias. Esto no se vale, tanto para los soldados y militares.
Como sociedad seguimos tratando a nuestras fuerzas armadas y a los policías como parte de las suelas de los zapatos. No sólo necesitan mayores salarios, sino seguridad social mayor para confiar en que a sus familias, aunque ellos falten físicamente, tengan asegurado el futuro de su descendencia.
Como sociedad queremos, exigimos, servicio de protección de primera, pero pagamos a nuestros protectores salarios y protección social de tercera, pero aun así cumplen con su misión en esta guerra mal planeada.
Por último, les quiero informar que en este mes de octubre del 2012, hicimos otro mini-cónclave en el norte del puerto de Veracruz en el mismo lugar cerca de la planta recicladora de agua; y en vez de ver a malosos en sus camionetas, estos ojos que se van a comer los gusanos, vieron pase y pase patrullas de la Marina.